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ENTREVISTA | Teresa Ribera, ministra de Transición Ecológica

“Estamos en pleno cambio de modelo energético, pensar que no va a tener incidencia social es irresponsable”

Teresa Ribera en la Cumbre del Clima de Polonia

Raúl Rejón

Katowice (Polonia) —

Teresa Ribera, ministra de Transición Ecológica, participa estos días en Katowice (Polonia) en la Cumbre del Clima COP 24, en la que se debe decidir qué pasos van a dar los países del mundo para evitar el calentamiento global.

¿Les ha pillado por sorpresa el discurso regresivo de la alianza de potencias fósiles en torno a EEUU?el discurso regresivo de la alianza de potencias fósiles en torno a EEUU?

No por sorpresa. Desde el momento en que se dio a conocer el informe el Panel Científico Internacional sobre las consecuencias de no limitar el calentamiento a 1,5ºC, todos los países dieron la bienvenida destacando la trascendencia que tenía. Y cuando se sometió a aprobación se comenzaron a ver las reticencias de cuatro países: EE UU, Egipto, Arabia Saudí y Rusia. Por tanto era algo que se podía prever.

¿También una división con tanta claridad?

La beligerancia es relativa. Lo que sí ponen de manifiesto es que cuestionan que sea la ciencia la que oriente la decisión de los poderes públicos. Es lo más grave. Tenemos que ver cómo avanzar todos juntos. Evitar que se politice ese hecho. El peor escenario es que demos por bueno que los estados puedan cuestionar el papel del Panel Científico como elemento decisivo en este proceso. Hay que gestionar con calma y prudencia. Más aún cuando sabemos que, frente a la preocupación económica de países explotadores de recursos fósiles, hay otros países que de lo que están hablando es de supervivencia alimentaria. Y no caer en la tentación de, llevados por la pasión, a salir en tromba.

El comisario Arias Cañete dijo que era “inaceptable”.

Es inconcebible que un informe que es solicitado por los países, que es elaborado por los científicos y aprobado en octubre, cuando vuelve a la conferencia que lo pidió, esta haga como que no existe. Eso no tiene ni pies ni cabeza. 

Quiebra el principio que está en el origen de la lucha contra el cambio climático que es que la comunidad científica informa de tal modo que las decisiones de la comunidad internacional sean lo más coherentes posible con las alertas de la ciencia. Si la ciencia no informa ¿de qué estamos hablando?

¿Ve riesgo en España de que se provoque o haya grupos como los chalecos amarillos que iniciaron su protesta por un impuesto ambiental a los carburantes?

En España siempre hay tentación de inflamarnos con bastante facilidad y eso es un error porque hay cosas que ocurren y hay realidades que deberían darnos pistas sobre cuáles son los puntos importantes sobre los que poner la atención. A mi juicio, el elemento más importante es que estamos ya en pleno proceso de cambio de modelo energético y de procesos industriales. Esto tiene impactos muy importantes sobre las personas. Por tanto, pensar que las cosas van a ocurrir solas y que se van a ajustar solas y que no van a tener ningún tipo de incidencia social es una irresponsabilidad muy grande.

Reconoce entonces que ahí hay un riesgo...

Es imprescindible que se haga notar que el cambio sin medidas de acompañamiento en la transición justa es difícil. No se puede generalizar un sentimiento de pérdida o abandono en colectivos especialmente vulnerables. No se puede decir no sé si cierra o no cierra la minería pero no me importa, cuando todos sabíamos que en diciembre de 2018 era muy difícil que pudiera seguir porque lo que haces es condenar a la gente a la incertidumbre.

Hay que pensar con antelación suficiente que los trabajadores de las plantas térmicas o las ciudades y vecinos que viven de esa planta de manera indirecta tengan opciones en el territorio que les permitan un futuro laboral, de asentamiento y de futuro para sus hijos. Si no es muy difícil explicar a esas personas que se ven afectadas por el proceso de cambio que debido a razones X se cuestiona cuál es su modo de vida. Todos necesitamos tener una esperanza.

Quizá es el momento más complicado, el de activación de ese proceso de cambio. No ya con las primeras ideas sino en la parte operativa. Sin diálogo social honesto y una convicción fuerte de por qué es importante hacerlo, la inercia nos lleva a mirar para otro lado.

La reciente sentencia europea que ha anulado los límites de polución demasiado permisibles para los coches indica que también hay que apretar en el lado de las empresas, ¿no? reciente sentencia europea

El escándalo de las mediciones de los diésel nos debe permitir sacar conclusiones. Siempre es importante preservar la confianza en las instituciones. Dimos por buenas determinadas reglas de medición que resultaron no serlo. Y se supone que debemos velar por el cumplimiento de las normas, pero también por la salud de los ciudadanos. Los jueces, al ponderar los bienes en conflicto, subrayan que la salud pública merece prioridad mayor. Que no se pueden hacer ajustes a la ligera que se traducen en mantener una ficción con una decisión ahora anulada.

Son los ayuntamientos los que han torcido el pulso a los Gobiernos en este asunto.

Es muy interesante ver cómo crece el activismo del derecho ambiental. Voy a acudir a los tribunales porque tengo legitimidad porque mis derechos ambientales no están siendo protegidos por los gobiernos. Significa que los ejecutivos no están siendo capaces de ofrecer suficientes garantías o ser valientes para acompañar a los ciudadanos en algo que les preocupa mucho como es su salud o el cambio climático. Los tribunales están siendo más abiertos a reconocer ese tipo de derechos.

En esta COP, ha tenido que salir una coalición de países a demostrar que no el que habla más fuerte como EEUU o Arabia se queda con el campo de juego.

No puede ser que las negociaciones acaben en el mínimo común. Hay que empujarlas en la dirección correcta. Y eso es congruente con París. Y más en este momento que parece tan difícil y la gente se desespera al ver la complicación y se tiende a abandonar cuestiones que antes se consideraban importantes. Con todo, luego hay que cumplir en el ámbito doméstico. Quizá es el mayor reproche que se le puede hacer a la administración anterior: que no se tomaron en serio lo que suponía las políticas de cambio climático.

Aplicando esa fórmula, España tiene que sacar adelante la política de cambio climático. Con una ley o con medidas en un decreto.

Me encantaría que la ley se aprobara en esta legislatura. Y creo que en las grandes líneas hay más consenso del que se aparenta. Es mucho más amplio que el que representa la mayoría de la moción de censura de Pedro Sánchez.

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