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Los tres españoles que han logrado los 432 millones de material sanitario en la “guerra” del mercado chino

Imagen de una fábrica de mascarillas de Shanghai, que ha añadido líneas de producción para elevar su capacidad al 120%

Raquel Ejerique

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España está “en una guerra auténtica por hacernos con mascarillas, test rápidos, respiradores”, decía este jueves la ministra de Hacienda, María Jesús Montero. Esa guerra tuvo una batalla ganada el miércoles con el acuerdo de 432 millones de euros con empresas chinas que proveerán a la sanidad española de todo ese material que se ha estado anunciando, pero que no acaba de llegar a los hospitales y centros de salud. El ministro de Sanidad, Salvador Illa, aseguró en su rueda de prensa que el contrato está “cerrado y pagado en toda su integridad”. Un tuit de la embajada china enfriaba el optimismo y especificaba este jueves que la compra está “en curso” y que no ha salido todavía material hacia España, además de mostrar su malestar por el hecho de que el Gobierno español haya comprado tests rápidos a una empresa que no estaba en el listado oficial ni en ese acuerdo principal de los 432 millones. La embajada no ha contestado a eldiario.es sobre qué quiere decir con que la compra de material está “en curso” o si falta algún proceso para hacerlo real, como tampoco ha respondido Sanidad.

El trato comercial que anunció el miércoles el ministro Salvador Illa se inició bastante antes, al menos hace dos semanas, por personal de otro ministerio, el de Industria y Comercio. “Las oficinas económicas y comerciales de España en el extranjero empezaron hace tiempo a buscar proveedores de mascarillas, respiradores o guantes y a gestionar posibles pedidos, antes del estado de alarma por supuesto”, cuentan fuentes conocedoras de las gestiones. Esas oficinas, aunque están situadas en las embajadas de cada país, dependen del Icex, el Instituto Español de Comercio Exterior dependiente de la Secretaría de Estado de Comercio y bajo paraguas del Ministerio de Industria. Varias fuentes sitúan al consejero comercial de Pekín, Carlos Tórtola, como uno de los conseguidores más importantes junto a su equipo. También han logrado encontrar y pactar todo ese material desde las oficinas de Cantón, dirigidas por Aitor Mate, y Shanghai, que coordina Juan José Zaballa. Este ha sido el equipo que ha logrado localizar proveedores y apalabrar la compra para que España pueda tener todo ese material vital para la protección de personal sanitario y pacientes españoles.

Pero el chino no ha sido el único mercado en el que han probado suerte las oficinas de comercio españolas. También han buscado desde hace semanas proveedores y material los consejeros españoles en EEUU, aunque el país gobernado por Trump ha cerrado en los últimos días la posibilidad de vender a España material sanitario, ya que está en plena expansión de la epidemia. También se han mandado informes desde las oficinas del Icex en Corea con la disponibilidad de empresas para fabricar. La ministra de Exteriores informó el día 25 de que se han comprado también materiales a Suecia y respiradores a Turquía. Pero finalmente ha sido China el país con el que se han apalabrado los mayores acuerdos, en los que se ha trabajado semanas, y en un momento de gran presión en la demanda, ya que todos los países afectados por COVID-19 están buscando los mismos materiales en los mismos lugares, lo que ha dado lugar a un cierto desabastecimiento mundial que obliga a intentar ser más rápido y eficaz que otros países, como admitía este jueves la ministra Montero.

Según anunció Illa en la rueda de prensa del miércoles, se han logrado asegurar en el mercado chino 550 millones de mascarillas quirúrgicas y de protección, 5,5 millones de test rápidos para detectar el virus (distintos de los fallidos que compró Sanidad por otra vía), 11 millones de guantes y 950 respiradores que se repartirán a las comunidades autónomas. Algunas de estas regiones, sin embargo, habían empezado a buscar por su cuenta ante la inminente necesidad de material en los hospitales, y siguen con sus planes para proveerse ellas mismas hasta que llegue todo esto por los canales comerciales oficiales.

Por ejemplo, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, anunció que fletaba dos aviones con material de los que de momento no se sabe nada, ni siquiera si se han pagado o no. También criticó que el Gobierno paralizara la entrada de envíos en aduanas, algo que ha desmentido reiteradamente el Ministerio.

Comunidades por su cuenta

La Comunitat Valenciana ha utilizado otro sistema para proveerse sin esperar a la compra centralizada del Ministerio de Sanidad. Ha contactado con e l empresario chino afincado en València Chen Wu Keping, a través del que ha adquirido equipamiento sanitario –equipos EPI (guantes, batas...), mascarillas, respiradores, camas hospitalarias– por valor de 11 millones de euros procedente de China. Para traerlo se ha abierto un corredor comercial no institucional, conocido como 'operación Ruta de la Seda'. Toda esta operación se hace con intermediarios privados.

La compra centralizada del Gobierno a través de la Secretaría de Comercio usa otros canales, oficiales, incluidas embajadas y personal funcionario y ha estado en contacto permanente con el Ministerio de Comercio de China, que ha hecho de intermediario con las empresas del país y que obliga a que éstas tengan “la licencia oficial de la Administración Nacional de Productos Médicos de China”. Por eso, que Sanidad haya comprado al margen tests exprés, poco fiables según los expertos, a una empresa fuera de ese circuito oficial, ha causado malestar en el gobierno chino, como ha expresado públicamente a través de su cuenta de Twitter la embajada en Madrid.

Precisamente el uso de canales extraoficiales es uno de los riesgos que ven fuentes que conocen la negociación del Gobierno: “Están surgiendo especuladores e intermediarios en un mercado salvaje ante la alta demanda de mascarillas y respiradores, por eso es importante la labor que han hecho los consejeros del Icex, que han identificado a proveedores con garantía comercial, con productos homologados y respaldo del gobierno chino”. Sin embargo, ese material todavía ni ha salido de China, como ha dicho la embajada. El Ministerio de Sanidad recuerda que las comunidades autónomas, ante las peticiones de rapidez que le hacen y la situación de urgencia, pueden acudir a través de vías oficiales o hacerlo a través de empresarios o intermediarios, que es lo que ha hecho el presidente valenciano, Ximo Puig, ante la falta de material desde que se inició la crisis.

15 días para cerrar las gestiones

¿Por qué se ha tardado más de dos semanas en cerrar la compra desde que se localizó el material en China por parte de las oficinas comerciales hasta que se ha anunciado el acuerdo este miércoles? Nadie da una explicación clara. Fuentes oficiales no tienen una explicación más allá de que requiere una tramitación administrativa y lleva tiempo. ¿Y quince días o más es normal ante una pandemia y con el colapso de las UCI? Desde Sanidad tampoco especifican el motivo concreto, aunque algunas fuentes apuntan a que el organismo encargado de estas compras centralizadas, el Instituto Nacional de Gestión Sanitaria (Ingesa), que depende del Ministerio de Sanidad, está desbordado. Es un organismo pequeño que se dedica básicamente a gestionar la sanidad en Ceuta y Melilla. Ahora está gestionando compras de urgencia y masivas en países extranjeros. “Están desbordados, pero es lógico”, dicen fuentes gubernamentales.

Otro de los obstáculos para que ese material encontrado en China haya llegado antes ha sido al parecer el papeleo que ha pedido este instituto público de Sanidad. “Es normal, piden algunas cautelas sanitarias” con ese material que va a llegar de otro país para ver sus especificidades técnicas, señalan las mismas fuentes. A esto hay que sumarle que en los negocios con empresas chinas normalmente se pone el requisito de pago en cash o avales, lo que también puede complicar los pagos. Ninguna fuente oficial de las administraciones implicadas ha precisado el porqué de esa demora en cerrar el acuerdo, ni de qué departamento han podido surgir obstáculos o si había manera de acelerarlo más. Sanidad tampoco ha contestado sobre si Ingesa está desbordada o qué burocracia ha aplicado antes de dar vía libre a la compra.

De momento, los pedidos conseguidos desde las oficinas de España en China asegurarían el abastecimiento de los hospitales y centros españoles, aunque ahora la duda es cuándo va a llegar exactamente. La ministra de Exteriores precisó el miércoles desde Moncloa que ese material se traerá a través de “un corredor de carga que el Gobierno pone en marcha junto a un consistorio de empresas, que empezará a operar el sábado y se prolongará en el tiempo”.

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