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“Me parece fundamental poder realizar consultas populares, vinculantes o no vinculantes”

El alcalde Gorka Urtaran asomado al balcón de su despacho en el Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz.

Natalia González de Uriarte

El nuevo alcalde de Vitoria, Gorka Urtaran, sabe lo que es pasar de un fracaso tras obtener unos malos resultados electorales en las últimas municipales y quedar condenado prácticamente al olvido en el ámbito político, a resurgir de las cenizas. Cuando él mismo, asumida la derrota, estaba dispuesto a hacerse a un lado en el PNV, Urtaran fue recuperado por su partido para encabezar una alternativa con el objetivo de desalojar al popular Javier Marato de la alcaldía que ostentó en Vitoria durante cuatro años y que las urnas le devolvían.

La gestión del regidor popular y la polémica suscitada por su campaña difamatoria hacia el colectivo magrebí suscitaron un amplio rechazo social hasta el punto de que diversos colectivos y todos los exalcaldes -a excepción de los del PP- pidieron a las fuerzas de la oposición impedir que Maroto repitiera como máximo mandatario en Vitoria pese al respaldo obtenido en las urnas. Este llamamiento, junto a un acuerdo global de estabilidad alcanzado entre los jeltzales y el PSE -que no se llegó a materializar en en la investidura de Urtaran- y el apoyo inédito de EH Bildu, de Podemos y de Irabazi- la formación que agrupa a Equo y Ezker Anitza- convirtieron en alcalde al aspirante que había quedado en tercera posición en las elecciones tras haber conseguido tan solo cinco concejales de 27.

Después de esa vertiginosa llegada al despacho de alcaldía - “a mi no me gusta llegar así a los sitios”, confiesa a eldiarionorte.es - y ya desde la diferente perspectiva que ofrece la quinta semana de legislatura, afronta el difícil reto que finalmente aceptó de gobernar con cinco concejales. Denota, de momento, ilusión y serenidad. Confía en llegar a acuerdos- “hay más puntos de encuentro cuando se trata de la política local que de desencuentro” y en la responsabilidad política del resto de las formaciones del Pleno del Ayuntamiento para sacar adelante propuestas de mejora para la ciudad y la ciudadanía.

Urtaran da la bienvenida a las fuerzas recién llegadas al consistorio -Hemen Gaude e Irabazi- y las mira con respeto. Pero la confluencia unitaria que intentan esas formaciones emergentes con otras de izquierdas de cara a las elecciones generales con el fin de acabar con el bipartidismo, a su juicio, en Euskadi, no tendrá el mismo peso que en el resto de España. “Esa indignación y ese malestar ciudadano que pueda haber hacia el gobierno del estado de España y hacia el PP en concreto, creo que no se da en Euskadi hacia el PNV y que no se va a dar porque aquí la política se ha hecho diferente, porque el PNV gobierna de forma muy diferente a la forma de gobernar del PP”, asegura el alcalde.

Uno de su sueños era ser alcalde de Vitoria pero se convirtió casi en pesadilla por cómo obtuvo usted el bastón de mando, bajo tanta presiones desde varios frentes.

La verdad es que sí que hubo en aquellos días mucho movimiento para lograr un cambio en la Alcaldía, y todas las miradas estaban puestas en el PNV. Como dijimos en campaña nuestra formación era la única que podía suscitar los apoyos necesarios para lograr las mayorías suficientes en el Ayuntamiento de Vitoria. Durante aquellos días hubo mucha movilización social para exigir a las fuerzas municipales un cambio de rumbo. Tuvimos que elegir. A mí no me gusta llegar así a los sitios, pero lo tengo muy claro, si tengo que elegir entre mantener un equipo de Gobierno que estaba desarrollando una política que yo consideraba absolutamente peligrosa para la convivencia, la coexistencia pacífica, o tener que encabezar la alternativa, encabezo la alternativa.

Alcalde legal pero “no legítimo” ¿qué responde ante esa acusación que le lanzó el ministro Alfonso Alonso?

Es absolutamente legal porque ha habido una mayoría absoluta de los miembros del Pleno municipal que han depositado la confianza en mí. Soy igual de legal y legítimo que los más de 140 alcaldes del PP repartidos por la geografía del Estado que aún no ganando las elecciones, fueron elegidos por una mayoría absoluta en el pleno.

En principio se mostró reacio, lo ideal es llegar a es de sillón empujado por la vocación y no por la obligación, ¿qué le hizo ceder y asumir ese difícil compromiso de ser alcalde habiendo obtenido solo cinco concejales de 27?

Habíamos estado preparando toda la legislatura anterior para poder llegar a la Alcaldía y poder demostrar a la ciudadanía que teníamos un proyecto bueno para Vitoria-Gasteiz y el más ajustado a sus necesidades y el más atractivo para la ciudadanía. Pero no hemos sido capaces de transmitir ese mensaje o la ciudadanía no lo ha valorado así. Una vez obtenidos esos resultados, yo me plantaba que teníamos que cambiar las cosas aquí [en referencia a su equipo]. Pero hay un elemento que es fundamental, hay que respetar los derechos humanos y la política municipal tiene que basarse fundamentalmente en el respeto a las personas y en atenderlas a todos sin distinción de raza, de nacionalidad, de sexo o de religión. Lo que me hizo cambiar de opinión es que no podíamos mantener en Vitoria un Gobierno con un discurso que atentaba directamente contra los derechos humanos.

¿Ha sido la decisión más difícil de su vida?

(Sopesa la respuesta unos segundos) Sí, profesionalmente sin duda, sin duda. Ha sido la decisión más difícil que he tenido que tomar.

Usted siempre ha hecho gala de que su equipo es favorable a pactar con todos por el bien de la ciudad, cediendo y dejando de lado si fuera necesario las pretensiones de su formación. Pero en ese caso, los que le han aupado a la Alcaldía son formaciones políticas de una significación alejada al PNV que le van a recordar día sí día también que gracias a ellos es usted alcalde. En el lado contrario, el PP -al que han desalojado de la alcaldía- está siendo muy crítico con su equipo sin alcanzar la quinta semana de la legislatura. ¿Le parece estar frente a un barco ingobernable?

No, creo que vamos a poder entendernos. La política es el arte de llegar a acuerdos, del diálogo y del consenso. En Vitoria-Gasteiz hay sensibilidades políticas muy diferentes representadas en este Ayuntamiento; hasta tal punto que hay seis fuerzas políticas, pero todos tenemos un objetivo común: hacer de Vitoria una ciudad mejor. Hay más puntos de encuentro cuando se trata de la política local que de desencuentro. En este ámbito las ideologías no dificultan tanto. Si hay voluntad por las partes es más fácil llegar a acuerdos en asuntos municipales que en cuestiones de alta política y yo percibo voluntad en Sumando Hemen Gaude, Irabazi y también en EH Bildu.

¿Y en el PP?

Espero que durante los próximos meses podamos ver un cambio en la actitud política del Partido Popular y que también ellos pretendan llegar a acuerdos por la ciudad. Pero el PP no es necesario para llegar a mayorías en este Ayuntamiento, por lo tanto, ellos verán si quieren seguir como hasta ahora marginados de cualquier tipo de acuerdo o si quieren hacer una política responsable y una vez pasado el duelo, se sumen a esa voluntad negociadora y pactista que el resto de fuerzas ha demostrado.

¿Entonces la actitud del PP hacia ustedes responde a ese proceso de adaptación emocional?

Sí y es comprensible la actitud inicial. Puedo entender que se sientan molestos por no haber obtenido la Alcaldía después de haber ganado las elecciones. Y puedo entender que entre los simpatizantes haya gente que se pueda sentir muy molesta, pero entre las personas que ejercemos la política tiene que primar la responsabilidad frente a ese sentimiento y, por lo tanto, deberían ya de haber pasado ese duelo y tomar ya una actitud mucho más favorecedora al desarrollo de acuerdos, propuestas para trabajar en positivo para la ciudad. Nosotros lo hicimos cuando Juan José Ibarretxe dejó de ser lehendakari por un acuerdo PSE-PP o cuando Alvaro Iturritxa, a pesar de haber sido la primera fuerza en Álava fue dejado a una lado por el movimiento de Rabanera, del Partido Popular. Nosotros hicimos un ejercicio de responsabilidad política y trabajamos entonces por el bien de Araba y de Euskadi, lo que espero que también sea capaz de hacer le PP en Vitoria.

Las fuerzas emergentes se organizan también en Euskadi en un intento de lograr una confluencia, una candidatura unitaria y desalojar del poder a partidos tradicionales, para las generales. Pero puede que se extienda este movimiento a las autonómicas. Entonces será el PNV el que pueda salir perjudicado. ¿Qué futuro le depara en Euskadi a este intento?

Entre esas fuerzas confluye un poco el malestar e indignación que surgió en su día del 15M y que ha tenido diversas expresiones. Aquí en Vitoria Hemen Gaude-Sumando e Irabazi. Pero creo que son dos escenarios, el vasco y el estatal, que no se pueden comparar. No se puede comparar la política que ha desarrollado el PP en el Estado, de la política del PNV. Es cierto que el PNV no gusta a todo el mundo, pero es mucho más sensible a las necesidades de la ciudadanía y está más cercano al verdadero objetivo de la política -que no es otro que resolver los problemas de las personas- que la política desarrollada por el PP durante estos últimos años, centrada única y exclusivamente en el mantenimiento del déficit, en el control de la deuda, muy economicista y muy poco sensible, con recortes en materias básicas para el mantenimiento del Estado de bienestar. Y por cierto, hablamos de un partido plagado de casos de corrupción con sentencias firmes. Eso no se ha producido en el PNV. Esa indignación y ese malestar ciudadano que pueda haber hacia el Gobierno del estado de España y hacia el PP en concreto, creo que no se da en Euskadi hacia el PNV, y creo que que no se va a dar porque aquí la política se ha hecho diferente, porque el PNV gobierna de forma muy diferente a la forma de gobernar del PP.

La ciudadanía reclama mayor participación en los asuntos municipales, pero los cauces existentes hasta ahora no parecen del todo propicios. Usted es favorable a la participación pero ¿hasta qué punto y cómo se puede fomentar dado que los consejos ciudadanos están de capa caída tras la última legislatura?

Una de las características que va a definir la actuación de nuestro Gobierno va a ser la participación ciudadana y transparencia absoluta en todas aquellas gestiones que hacen referencia al Ayuntamiento: rendición de cuentas, acceso a la información, detalle de los gastos derivados de nuestro trabajo diario...Y sí, hay que fomentar la participación ciudadana, ¿cómo? Primero, que aquellas cuestiones que se tratan en los órganos de participación, consejos territoriales y consejos sectoriales pasen a formar parte de la agenda municipal y que haya un 'feed-back', es decir, que sean temas analizados y contestados por parte de este Ayuntamiento. Hay otro elemento que me parece fundamental que es la posibilidad de realizar consultas populares, vinculantes o no vinculantes, contemplamos ambas posibilidades. Para ponerlo en práctica hace falta elaborar un reglamento municipal que establezca un procedimiento para la realización de esas consultas sobre cuestiones polémicas o que son estratégicas para el devenir de la ciudad. E insisto, pueden ser vinculantes. Y hay que trabajar para que la participación a título individual se pueda hacer efectiva y hay herramientas como las tecnologías de la información que lo permiten. Pero es necesario voluntad política y liderazgo político para el desarrollo de fórmulas de participación ciudadana mediante las que los vecinos y vecinas perciban que se toman en cuenta sus opiniones. Solo así la participación se incrementará.

¿Va modificar las medidas que el anterior equipo de Maroto tomó en el ámbito de políticas sociales? Recuerde que se rebajaron las cuantías y además ahora se canjean mediante una tarjeta, una medida muy críticada también desde su formación. las medidas que el anterior equipo de Maroto tomó en el ámbito de políticas sociales

Tenemos que actuar con rigor económico y sensibilidad. Tenemos que evitar gastar más de lo que se tiene, pero también lo que se gasta debe tener en cuenta las necesidades de las personas y de las familias más necesitadas. Con respecto a las políticas sociales vamos a implementar todo tipo de instrumentos y de colaboraciones para luchar contra el fraude en aquellos ámbitos que sean de nuestra competencia. Lo que no vamos a hacer es recortar derechos o políticas que mermen el bienestar de la ciudadanía ni estigmaticen a colectivos sociales y a las personas que reciben este tipo de ayudas.

¿Tirará su equipo de tijera para reducir gasto sobre una plantilla que durante la anterior legislatura ya alzó la voz debido a los recortes y al insuficiente personal que atiende ciertos departamentos con importante carga de trabajo como Hacienda o Asuntos Sociales?

Aunque suene a tópico tenemos que partir de la herencia recibida. La situación que ha dejado el PP es de emergencia. Hemos recibido una proyección de déficit de aquí a final de año de 68 millones de euros. Hay partidas presupuestarias que no tiene la consignación económica suficiente para poderse ejecutar. Tenemos que tomar medidas encaminadas al incremento de ingresos y a la contención del gasto. Nuestra propuesta presentada ya al resto de grupos -que tendrá que ser acordada y consensuada por una mayoría del Pleno- pasa por contener el gasto en partidas que entendemos que no son prioritarias para atender la calidad de vida o en aquellas que entendemos que se crea una situación injusta. Esto ocurre en algunas sociedades municipales como Ensanche XXI. No puede ser que un arquitecto de la sociedad cobre mucho más que un arquitecto municipal. Tienen unos sueldos que están sobredimensionados dada la situación económica de la sociedad y del Ayuntamiento. Tenemos que equipararlos. Supone una reducción del salario y no de la plantilla municipal. Arrastran unos convenios de épocas de vacas gordas, salarios muy elevados que han mantenido y crean una situación injusta con respecto al resto de los empleados del Ayuntamiento. También planteamos de forma negociada y consensuadas incentivar la salida de aquellos trabajadores que se van a jubilar o que tiene plaza en otra empresa u otra administración.

El sector público se relaciona en demasiadas ocasiones con ineficacia o despilfarro y también en Vitoria. La percepción en este caso no es infundada dado lo conocido en la última legislatura sobre gestiones como la de los locales de San Antonio o las expropiaciones mal tasadas de Olarizu ¿Cómo se le da la vuelta a esta impresión extendida entre la ciudadanía?los locales de San Antonio expropiaciones mal tasadas de Olarizu

Coincido en que esta valoración sobre el sector público está en la calle pero es un poco injusta. La Administración pública tiene unos magníficos profesionales que hacen un magnífico trabajo. Como suele ocurrir en otras profesiones no se pone en valor el trabajo que se realiza bien, porque se da por hecho que tiene que realizarse así. Si es cierto que hay cuestiones que no se han hecho bien pero generalmente atienden a decisiones políticas y no técnicas. La percepción social es un poco injusta, se pone el acento en lo que se hace mal, no se tiene en cuenta la mayoría de las cosas que se hacen bien. Es algo humano, a mí me pasaría lo mismo, pero esas cuestiones que se hacen mal están generalmente vinculadas a un interés económico concreto del Gobierno de turno.

La Green Capital ¿ha perdido su espíritu verde?

Perdimos una magnífica oportunidad para hacer en el 2012 de la Green Capital una ciudad verdaderamente sostenible y para convencer a las instituciones europeas de que este galardón merecido por el compromiso de muchos partidos diferentes y fundamentalmente por la implicación de la ciudadanía, se hubiese convertido en algo más, en un galardón para una ciudad sostenible en la que también se incorporase la vertiente social y la económica de la sostenibilidad. Difícilmente podemos ser una ciudad sostenible con más de 22.000 personas desempleadas, o con empresas que cierran un día sí y otro también, o con un comercio local que está languideciendo, o con una situación de pobreza mayor o con personas que no tienen para cubrir sus necesidades más básicas. Eso no es una ciudad sostenible. Lo es aquella en la que no hay una mínima calidad de vida para todos los ciudadanos sin distinción y en la que el desarrollo económico es compatible con el respeto al medio ambiente y con la dignidad de los trabajadores. Eso se debería haber hecho y no se hizo. Ahora tenemos una magnífica oportunidad para hacerlo. La Green Capital es algo más que las políticas medio ambientales.

Uno de sus referentes políticos y que además le ha mostrado su apoyo de forma pública es José Ángel Cuerda, exalcalde de Vitoria. Su forma de hacer política dejó huella en esta ciudad ¿A usted cómo le gustaría ser recordado?

Por una persona que hizo las cosas con sentido común, que me centré en las necesidades de la ciudadanía y que logró que en esta ciudad pudiéramos vivir un poco mejor. Si conseguimos en estos cuatro años que la ciudadanía tenga la percepción de que gracias al quehacer diario de este Ayuntamiento ahora vivimos un poquito mejor, con eso, me conformo, que es mucho.

Hay alcaldes que se perpetúan en sus puestos, conservan el cargo durante varias legislaturas. ¿Es partidario de limitar esto?

Eso es muy relativo. A priori un recambio, una regeneración política, siempre suena bien. Pero hemos conocido casos como Iñaki Azkuna en Bilbao, José Ángel Cuerda en Vitoria-Gasteiz, Odón Elorza en Donostia, alcaldes que han estado muchos años y que la gente quería que siguieran estando. Si hablamos del caso de un regidor que empasta con la ciudadanía, que la gente valora positivamente su trabajo y que entiende que el modelo de ciudad que está desarrollando es el que se quiere seguir trabajando, no entiendo que tenga que haber una ley que le impida volver a presentarse como candidato. Los recambios en cualquier institución, si las cosas se van haciendo bien, tendrían que hacerse por voluntad popular.

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