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Maroto deja sin subvención a una asociación de ayuda a inmigrantes y la condena al cierre

Consuelo Parra, la primera por la derecha, junto con otras trabajadoras de la asociación Prestaturik.

Eduardo Azumendi

La Asociación de Profesionales Extranjeros Prestaturik es una organización sin ánimo de lucro y cuya finalidad ha sido durante sus 11 años de vida facilitar la integración de los inmigrantes en Vitoria. Pero en enero tuvo que cerrar sus puertas al perder la subvención que recibía del Ayuntamiento de Vitoria. Con más de 11.000 personas atendidas desde 2003, el Ayuntamiento, dirigido por Javier Maroto, ha suprimido para 2015 la ayuda que le venía concediendo. El año pasado ya se salvó en el último momento gracias al acuerdo presupuestario entre PP y PNV, por el que siguió recibiendo una ayuda, aunque con un recorte del 25%. Pero ahora, el Consistorio ha decidido retirar todo su apoyo.

Consuelo Parra, la coordinadora de Prestaturik, culpa directamente del cierre al alcalde de Vitoria. “Poco a poco nos han obligado a ir suprimiento programas de integración, hasta el punto de que ahora solo teníamos el de clases de castellano a inmigrantes. Para este año el Ayuntamiento ha prorrogado los presupuestos, pero no han mantenido nuestra partida”. La asociación no puede mantenerse únicamente a base de voluntarios. “No es suficiente para ofrecer un buen trabajo todos los días. Hasta aquí hemos llegado. El trabajo no puede salir por obra del Espíritu Santo”.

quien a su juicio está azuzando a la sociedad contra los inmigrantes. “Desde que entró Maroto se han sucedido uan serie de 'coincidencias' muy negativas contra la inmigración: se ha opuesto a las mezquitas, ha suprimido el programa de mediación intercultural, ha planteado el endrecimiento para empadronarse, ha combinado delincuencia con inmigración, persigue a los locutorios y ahora nos deja sin ayuda”.

Hasta hace unos meses, en la asociación se podía encontrar desde asesoría para la homologación de títulos extranjeros, hasta clases para la alfabetización técnica en oficios pasando por el apoyo escolar en euskera a menores y un programa de apoyo psicológio a inmigrantes. Los recortes empezaron hace cuatro años y han resultado implacables.

“Nuestra organización”, asegura Parra, “no puede sostenerse sin la colaboración municipal. Hemos recibido alguna ayuda de la Diputación y del Gobierno vasco, pero son cantidades muy pequeñas para los proyectos”.

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