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“Pedro Sánchez no es la persona más adecuada para lograr la paz interna en el PSOE”

La líder de los socialistas vascos, Idoia Mendia

Aitor Guenaga

Idoia Mendia (Bilbao, 1965), firme defensora del 'no es no' y leal a Pedro Sánchez “hasta el final”, cree que el tiempo político del exsecretario general del PSOE para liderar el partido ha pasado. Considera que quienes han “protagonizado el mayor enfrentamiento de los últimos 30 años en el PSOE difícilmente van a poder formar parte de la solución”. La líder de los socialistas vascos quiere un partido menos caudillista, con una Ejecutiva “mucho más coral” y su apuesta para coser el partido es Patxi López. 

Defiende el acuerdo con el PNV en Euskadi, pero también avisa a su líder, Andoni Ortuzar, ante la tentación de ir de la mano con otras fuerzas como EH Bildu o Elkarrekin Podemos para defender el derecho a decidir en el “nuevo estatus” vasco. “Vamos a ir trabajando y tejiendo complicidades para conseguir un nuevo Estatuto que sea legal, que se valide en el Congreso y después por la ciudadanía vasca. Confío en que ese sea el viaje que hagamos juntos con el PNV”, sostiene. 

Tras más de cinco años del final de la violencia, apuesta por una política penitenciaria más flexible con los presos de ETA, con “inteligencia y visión de Estado”, pero sobre todo espera que el debate que se está produciendo en las cárceles sirva para que los reclusos etarras abracen la legalidad penitenciaria y que “termine con el reconocimiento del daño causado e inicien el camino de la reinserción”.

¿Qué cuerpo se le quedó al ver a Iñaki Urdangarin salir por la puerta grande de la Audiencia de Palma en libertad, sin fianza y rumbo a Suiza?

Siento perplejidad, puedo entender las razones jurídicas que explicaba el fiscal, pero el caso genera desconfianza hacia las instituciones, y es justo lo que no necesitamos.

Esa foto en portada con la medio sonrisa de Urdangarin, que ha generado indignación en muchos sectores, con un caso que ha afectado a instituciones básicas del Estado como la Monarquía, ¿cree que es la imagen de la doble vara de medir de la justicia?

Los grandes olvidados de la justicia están en las cárceles y son delincuentes con delitos pequeños. En este caso, ante el cuestionamiento o ruido de algunos sectores contra determinadas instituciones del sistema democrático del 78, tuvo un valor que la infanta Cristina, como miembro de la Casa Real, se sentara en el banquillo; y lo valoré positivamente. Pero conocida la sentencia y el diferente trato a la hora de entrar en prisión verdaderamente no sé si la ciudadanía lo va a entender mucho y si va a ayudar a que confíen en las instituciones.

Imagino que tampoco los cambios adoptados por la Fiscalía General del Estado en relación a puestos clave como el fiscal de la Audiencia Nacional, el de Anticorrupción o el del fiscal Manuel López Bernal, que habla ahora de “presiones e intimidaciones”, ¿no?

Hay que diferenciar los casos. En las fiscalías anticorrupción, producir cambios cuando son tribunales que están enjuiciando casos importantes de corrupción, al cambiar la cabeza se producen inevitablemente dilaciones en esos procedimientos. Y la justicia debe ser rápida. Si se estaba haciendo bien ese trabajo, deberían seguir hasta finalizar esos procedimientos que son tan complejos.

En el caso de Murcia, además, López Bernal fue el fiscal que denunció al presidente de esa comunidad, Pedro Antonio Sánchez, por corrupción. La propia Unión Progresista de Fiscales ha denunciado las “motivaciones ideológicas” que estarían detrás de estos cambios por parte del fiscal general José Manuel Maza.

No sé qué es lo que ha impulsado al fiscal general del Estado. Pero en estos casos lo razonable es que, mientras esos procesos tan complejos sigan vivos, no haya cambios.

Con la perspectiva que da el tiempo, ¿qué le pareció el golpe de mano que acabó con Pedro Sánchez y el tumultuoso Comité Federal del 1 de octubre?

No fue una manera adecuada de hacerlo. Aquella dimisión en bloque de parte de la Ejecutiva y el Comité Federal posterior fueron episodios muy negros para el PSOE, están en la retina de todos los militantes y nos está haciendo vivir este proceso de preprimarias con un ambiente demasiado enrarecido. Aquello no fue bueno, no obedece a la tradición del partido, en el que siempre hemos dado ejemplo de democracia interna y limpieza.

Pues estuvieron involucrados algunos de los exponentes más importantes de esa tradición del partido de la que habla. Se habló hasta de un golpe de Estado interno.

No sé si habría que definirlo como un golpe de Estado. Que Sánchez tuviera que dimitir de una manera tan traumática, eso la gente no lo olvida. Aquello ocurrió el 1 de octubre y ahora lo que nos toca a los socialistas es mirar al futuro y ver cómo salimos de la situación que nos puso aquel comité federal, cómo encontramos un liderazgo para el partido y cómo unimos al PSOE. Más allá de los proyectos políticos, que son muy importantes, necesitamos unión para que la gente confíe en nosotros. Tanto ruido lo único que ha hecho es perjudicar la imagen del partido y distorsionar el mensaje.

Usted ha pedido unas primarias limpias, dar una “lección de democracia” a quienes esperan que ustedes “se acuchillen” en ese proceso.

Tenemos que dar ejemplo modélico de cómo se debate: sin insultos, sin extremismos. Nosotros no hemos sido nunca un partido caudillista. Aunque hemos tenido grandes líderes y liderazgos muy fuertes, estoy pensando en Felipe González, los tiempos han cambiado y se requiere de direcciones mucho más corales. Esa tensión en las redes sociales y en las agrupaciones que llega al insulto o a tachar de traidor a un compañero porque defiende una posición política legítimamente no cabe en este partido. Después de ser el primer partido que puso en marcha las primarias, no podemos cargarnos el instrumento y, con este trajín que nos traemos, podemos acabar cargándonos las primarias. Sería lamentable.

Los socialistas vascos y usted fueron firmes defensores de Sánchez y del 'no es no'. ¿Cuándo pensó que Sánchez era el pasado en el PSOE?

Hemos sido defensores de la dirección legítimamente elegida en un congreso, y la lideraba Pedro Sánchez. Nosotros no somos de nadie, esa no es la tradición del partido. Yo soy del Partido Socialista, y fuimos leales con él hasta el final. Creímos hasta el Comité Federal del 23 de octubre que había que votar 'no' a Rajoy, que no era bueno que el partido facilitara un Gobierno del PP. Pero se tomó aquella decisión, yo voté en contra, pero creo en la organización del PSOE y la asumo. Estamos en un escenario político nuevo.

Pero algunos de los actores siguen siendo los mismos, por eso le preguntaba cuándo se dio cuenta de que Sánchez era un elemento del pasado.

No es que creo que sea un elemento del pasado, es que para la tarea que tenemos los socialistas ahora, buscar un secretario o secretaria general que lleve al partido a la senda de la unidad interna, de un proyecto plural para todo el país, aquellas personas que, queriéndolo o sin querer, han protagonizado el mayor enfrentamiento de los últimos 30 años en el PSOE, porque la situación del partido es la peor de los últimos 30 años, difícilmente van a poder formar parte de la solución, de esa unidad que necesita el partido.

¿Y se lo ha transmitido así, tan claro, a Pedro Sánchez?

Sí, sí. Se lo he transmitido en varias ocasiones.

¿Y cuál fue su respuesta al ver que Idoia Mendia se sumaba a la lista de 'deserciones'?

Con Pedro siempre hemos sido leales, hemos querido contar con él en todo momento, siempre le hemos trasladado que es una persona que tiene mucho futuro en la política, pero que, como parte del conflicto, no le considerábamos la persona más adecuada para muñir esos acuerdos y la paz interna en el partido y la unidad. No le gustó, lógicamente.

Hay quien presenta ahora a Sánchez como un “extremista” que da “bandazos” y que solo busca una entente con Podemos. ¿Es una caricatura de su figura política?

(Silencio) La verdad es que a esa pregunta debería responder el propio Pedro Sánchez. Pero lo cierto es que el Pedro de ahora defiende como cuestiones prioritarias cosas que en su etapa como secretario general no defendió.

Y a usted no le gusta.

Es su opción política.

¿Por qué Idoia Mendia se ha pasado con armas y bagajes a apoyar a Patxi López y su candidatura?

Mi máxima obsesión es conseguir la unidad del partido. Yo como militante tengo un voto, tengo mi opinión y tengo derecho a expresarla. Pero al día siguiente del congreso, gane quien gane, los socialistas vascos estaremos detrás.

¿El 'no es no' no era ejemplo de esa “izquierda exigente” que reivindica López?

Es que la izquierda exigente y la política tienen que saber en cada momento cómo tienen que actuar para hacer lo que decía Ramón Rubial, hacer políticas de izquierdas, políticas socialistas en las instituciones. Querámoslo o no, el 23 de octubre el Comité Federal del PSOE decidió abstenerse ante la investidura de Mariano Rajoy, ahora tenemos un gobierno en minoría del PP y nosotros lideramos la oposición. Con ese escenario político tenemos que jugar y tratar de derogar las reformas del PP que han hecho mucho daño a los españoles y tratar de sacar adelante lo que nos parece fundamental: gran pacto con las pensiones, salario de inserción vital, etc. Esa es la izquierda exigente a la que creo que se refiere Patxi López. No estás en las instituciones para mantenerte en tus esencias.

¿Es decir, que ve a Sánchez envuelto en las esencias?

No, no, yo no sé en qué está Pedro Sánchez. El 'no es no' tuvo un sentido y tuvo un momento. Ahora estamos en otro momento político.

Lo que parece claro es que usted no quiere a Susana Díaz dirigiendo el partido. ¿Está dispuesta a mediar entre López y Sánchez para construir una única alternativa a una líder como Susana Díaz, que ha dejado claro que tiene ganas, ambición y que le gusta ganar?

Eso tendrán que decirlo ellos, si están dispuestos a mediar o acercar posiciones. Con Pedro ya he sido suficientemente clara. Pero yo no estoy interviniendo en el tema de las primarias.

 En los últimos meses se adivina un eje de complicidad política entre el socialismo vasco y el catalán, entre usted y Miquel Iceta. Al líder del PSC, el concepto de “plurinacionalidad del Estado” que maneja Sánchez le gusta. ¿A usted?

A Iceta le he escuchado más cosas: decir que la plurinacionalidad ya está en la Constitución del 78, que nacionalidades y nación vienen a ser lo mismo. Catalanes y vascos tenemos una visión parecida de cómo debiera ir la reforma constitucional y de cómo avanzar en términos de reconocimiento de las singularidades de algunas regiones de España y como naciones culturales. 

Pero van mas allá de lo que recoge el documento de Granada elaborado por el PSOE en 2013, que parece se les queda corto a ustedes y al PSC.

Socialistas vascos y catalanes tenemos una visión parecida, pero lo importante es que caminemos juntos con otras comunidades de España y con el resto del PSOE. Y es significativo, aunque sea un matiz, que en las últimas resoluciones aprobadas en el Comité Federal con la gestora se haga hincapié en que el documento de Granada es un punto de partida. Queremos avanzar en esa reforma territorial que necesita España.

Y Cataluña, porque el choque de trenes si se mantiene el referéndum parece inevitable.

Yo apostaría más por unas elecciones anticipadas. Elecciones que, seguramente, ganará ERC. A los independentistas catalanes se les acaba el tiempo, la desconexión está a la vuelta de la esquina. ¿Van a desconectar efectivamente? Veo difícil que una comunidad autónoma emprenda un camino fuera de la legalidad cuyo fin es crear un Estado independiente y pretender que eso tenga validez jurídica. Nada de lo que están haciendo está dentro de la legalidad. Nadie va a reconocer un Estado que ha surgido de una completa ilegalidad.

Hablemos del Ejecutivo vasco, donde ustedes gobiernan junto al PNV. ¿Parece que ahora sí se fía de su líder, Andoni Ortuzar? Hace un año y medio tenía sus dudas.

Al final, Ortuzar y yo estamos colaborando de manera más cercana, mas constante. Hemos trabajado mucho juntos el acuerdo de gobierno entre ambos partidos. Lo que quiero valorar es su actitud proactiva en todo momento para alcanzar acuerdos y limar diferencias cuando han surgido. Creo que él tiene la misma idea de mí.

¿También en materia de “nuevo estatus” se fía de que lo que defienda y haga el PNV en Euskadi se realizará bajo el paraguas de la legalidad, como se recoge en el pacto de gobierno?

Ambos nos reconocemos libertad para plantear en la ponencia de autogobierno cada uno su ideario político. Yo no le voy a pedir al PNV que renuncie a su ideario, ni ellos nos van a pedir a los socialistas que renunciemos a lo que hemos defendido históricamente. Llegará un momento en el que el PNV tendrá que elegir en qué estación se baja en relación al nuevo estatus.

Entonces sí hay líneas rojas para el PSE.

No es que haya líneas rojas.

¿El derecho a decidir no lo es?

Es que yo no voy a defender el derecho a decidir. Nosotros no vamos a defender nada que no esté dentro de la legalidad. El PNV lo planteará en la ponencia seguramente, ya lo hizo en la legislatura pasada. ¿Que el PNV encuentra compañeros de viaje para el derecho a decidir y avanzar en esos términos en una reforma del Estatuto? Ellos verán con quién quieren continuar el viaje en el tren de la reforma del autogobierno.

¿Es sería motivo de ruptura del acuerdo de gobierno en Euskadi?

Tenemos que ir quemando etapas, la ponencia no ha iniciado sus trabajos. Vamos a ir trabajando y tejiendo complicidades para conseguir un nuevo Estatuto que sea legal, que se valide en el Congreso y después por la ciudadanía vasca. Confío en que ese sea el viaje que hagamos juntos con el PNV.

Ha arrancado la ponencia de Memoria y Convivencia: no está el PP, y la izquierda abertzale, sobre todo Sortu, sigue sin hacer sus deberes en materia de reconocimiento del daño injusto causado por ETA. Y ha desplegado en las últimas semanas su discurso más duro contra la Ertzaintza, a la que acusa de torturadora.

Eso es cierto. Lamentablemente hoy en el Parlamento todos juntos podemos condenar los GAL, el Batallón Vasco Español, la violencia de los abusos policiales, todo menos los asesinatos de ETA, la extorsión y la violencia terrorista etarra. Sortu todavía es refractario a reconocer el daño causado. En las últimas semanas, además, hemos asistido a una escalada de violencia verbal por parte de Bildu y un endurecimiento del discurso inusitado y unas concentraciones intolerables delante de las comisarías de la Ertzaintza, dando por buenas cifras sobre la tortura que yo pongo en duda. No se plantea fácil el trabajo en la ponencia.

Pero, tras más de cinco años del fin de la violencia de ETA, hay que intentar que el mundo de la izquierda abertzale siga avanzando, que el mínimo ético que aprobamos en 2012 sea una realidad de todos los grupos y, a partir de ahí, avanzar en el tema de la política penitenciaria, que sé que a la izquierda abertzale le preocupa mucho, un tema en el que nosotros podemos también avanzar. Y sobre todo en el relato de lo que ha ocurrido en Euskadi. Espero que esa reflexión que están haciendo los presos de ETA en las cárceles termine con el reconocimiento del daño causado e inicien el camino de la reinserción. Hay que aplicar la política penitenciaria con inteligencia y visión de Estado.

¿Con quién quiere usted pactar los presupuestos del Gobierno vasco recién presentados, con el PP o con EH Bildu?

No es que me dé igual con quién, que puede sonar un poco así, pero me importa el qué. Las enmiendas que ayuden a seguir generando empleo, que sea de calidad, invertir en lo que genere valor añadido en Euskadi, que nos permita mejorar nuestros servicios sociales, bienvenidas sea.

Pero es evidente que hay dos pistas de circo en esta negociación: las cuentas vascas y las de Rajoy, que el PNV negocia directamente en Madrid.

A mí lo que haga el PNV en el Congreso es una cuestión de Ortuzar y del PNV. No me meto.

¿Usted ve posible que el PNV apoye los presupuestos de Rajoy y aquí el pacto sea con EH Bildu?

Veo posible el acuerdo con Bildu. Y creo que el PP está muy dispuesto a la negociación. Lo que he visto en el Parlamento vasco es que hay casi codazos por acordar con el Gobierno, lo cual es una buena posición de partida para aprobar los presupuestos. Luego es verdad que habrá partidos que prefieran quedarse en la marginalidad y en la pancarta y no entrar a acordar, como Podemos.

Por cierto, han llenado el Gobierno de coalición de altos cargos y asesores.

¿Usted cree?

Es lo que dicen los datos: se ha pasado de 219 la anterior legislatura a 256 con el pacto PNV-PSE.

Bueno, quien conoce bien el Gobierno sabe que los asesores cumplen una función necesaria. Este Gobierno se ha visto ampliado en un número de consejeros, tres, cada consejero tiene estipulado su número de asesores. El Gobierno lo ha publicado con la máxima transparencia. Y hasta donde yo sé esta figura existe en todas las instituciones, incluido el Parlamento vasco. Los parlamentarios tienen asesores a su cargo y no conozco ningún grupo parlamentario que haya renunciado a ningún asesor.

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