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La 'Interviú'

Portadas de la revista Interviú

Montero Glez

Antes de que Henry Miller llegase a mi vida, llegó la Interviú; una revista que rezumaba humedad en los tiempos del destape y cuyas páginas centrales venían dedicadas a alguna que otra señora desnuda y siempre con los ojos pintados, mirando a cámara. 

Aquella revista provocó en mi pubertad un incendio que se iba alimentando semana a semana, cuando mi padre aparecía con la Interviú y yo la disfrutaba en la soledad del cuarto de baño. Antes de que las mujeres se hiciesen de carne y pelo, para mí ya existían en la Interviú

Luego estaban los reportajes, los chistes del Perich y de Forges y sobre todo lo demás, las piezas de Vázquez Montalbán con las que aprendí que la alta cultura viene de la mano de la cultura popular. No puede ser de otra manera.

Hace unos días anunciaron el cierre de la Interviú y con tal anuncio me vino al pecho el sentimiento manriqueño de que cualquier tiempo pasado siempre fue mejor a este. Ahora, que ha dejado de existir la Interviú, aflora en mi memoria aquella revista que mezclaba mujeres y actualidad de la misma manera que si hubiese ingerido una magdalena proustiana que me llevase hasta aquellos días revueltos de política y desnudos, cuando la pulsión hormonal se desata a la vista de un cruce de piernas y los granos del pecado empiezan a picar las mejillas. Es verdad, la tensión sexual se hacía presente en un mundo recién descubierto, un mundo donde el origen de la vida latía un poco más abajo del ombligo, ahí donde llegaba el aguijón carnal.  

La Interviú ha formado parte de mi memoria sentimental. También de mi educación en lo referente a anatomía femenina y cómo no, en lo tocante a este oficio que ahora ejerzo y que tiene en Vázquez Montalbán su referencia pues, para mí, él fue el primero que empuñó la linterna para iluminar aquellos rincones oscuros por los que un hombre de letras ha de abrirse camino, entre escabrosidades, declives y precipicios venéreos.

Todo esto ocurría mucho antes de que a mi vida llegase Henry Miller, mucho antes de que sus Trópicos me acompañasen en un viaje que aún no ha acabado. Por lo dicho, escarbo en mi memoria y sólo puedo ofrecer palabras de agradecimiento a la publicación que me ha traído hasta aquí ¡Gracias por tanto Interviú!

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