Mael, el niño gijonés de 3 años que sufrió la amputación de manos y pies por una infección, vuelve a ser 'autónomo'
Mael es un niño gijonés, de 3 años, que a pesar de su corta edad ha enseñado a los adultos el significado de la palabra superación. Una infección por meningococo tipo B -la más virulenta- derivó en la amputación de sus pies y sus manos. El pasado mes de junio, el pequeño se sometió a una operación en el Hospital de La Paz de Madrid, en la que intervinieron de forma simultánea una veintena de médicos.
Cuatro meses después, el menor comienza a ser un poco más “autónomo”. Ya se sostiene erguido sobre sus prótesis ortopédicas, come y bebe solo.
Diseños personalizados para Mael
Para favorecer aún más su “independencia”, el alumnado de Terapia Ocupacional de la Facultad Padre Ossó de Oviedo le ha entregado productos de apoyo personalizados que elaboraron en clase expresamente para él.
“Nos parece una iniciativa preciosa y muy valiosa. Ver cómo los futuros terapeutas ocupacionales aprenden creando materiales reales para niños como Mael es una forma maravillosa de unir la formación universitaria con la vida y las personas. Recibir estos materiales hechos con tanta dedicación es un regalo”, explican sus padres, Pablo y Nerea.
Mejorar su calidad de vida
Los futuros terapeutas ocupacionales han trabajado durante las últimas semanas en el diseño y creación de distintas herramientas adaptadas a sus necesidades, con el objetivo de favorecer su autonomía y mejorar su calidad de vida.
Es muy emocionante ver cómo desde la universidad se implican en crear materiales pensando en las necesidades reales de Mael. Detrás de cada textura y cada objeto hay cariño, empatía y vocación por mejorar la vida de los demás, y eso se nota. Nos parece una iniciativa preciosa y muy valiosa
Los productos entregados, elaborados a partir de materiales sencillos o incluso mediante impresora 3D, responden a actividades diarias del pequeño, permitiéndole realizar de forma más independiente diferentes acciones cotidianas como la alimentación, escritura o el juego.
La implicación del alumnado
Los padres de Mael reconocen que les resulta “muy emocionante ver cómo desde la universidad se implican en crear materiales pensando en las necesidades reales de Mael. Detrás de cada textura y cada objeto hay cariño, empatía y vocación por mejorar la vida de los demás, y eso se nota. Nos parece una iniciativa preciosa y muy valiosa”.
“Ver cómo los futuros terapeutas ocupacionales aprenden creando materiales reales para niños como Mael es una forma maravillosa de unir la formación universitaria con la vida y las personas. Recibir estos materiales hechos con tanta dedicación es un regalo. No solo ayudan a Mael en su desarrollo, sino que también muestran la humanidad y compromiso de quienes están formándose para mejorar el mundo”, añaden.
Trabajar con “un caso real”
El proyecto se ha desarrollado dentro de la asignatura Autonomía e independencia en patología osteoarticular, donde el alumnado ha aplicado sus conocimientos a un caso real.
Estíbaliz Jiménez Arberas, docente y coordinadora del Grado en Terapia Ocupacional de la Facultad Padre Ossó, asegura que esta experiencia ha sido muy enriquecedora, porque “los estudiantes han trabajado desde un contexto académico con un caso real, sabiendo que su esfuerzo iba a tener un impacto directo en la vida de Mael y su familia”.
Los cuatro meses transcurridos desde la intervención quirúrgica han permitido ver la gran evolución de un niño que no se quejaba nunca. En junio pasado, empezó a dolerle la rodilla y sus padres le trasladaron hasta el hospital de Cabueñes, en Gijón.
El diagnóstico médico
Tras ser examinado, fue dado de alta y volvió a casa. Pero esa misma noche empezó a sentirse mal y Pablo y Nerea volvieron a llevarlo al centro hospitalario. Desde Cabueñes fue trasladado posteriormente a la UCI pediatrica del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), en Oviedo, donde se les facilitó el diagnóstico que provocaba ese malestar en el pequeño: meningococo tipo B.
Tras pasar diez días en coma inducido, Mael despertó. La sepsis por meningococo derivó en una coagulación intravascular diseminada, conocida como “púrpura fulminante”, que le provocó un fallo multiorgánico.
Vencer a la infección
La familia no dudó cuando, tras superarlo, los médicos advirtieron que habría que amputarle. Los padres se trasladaron al Hospital de La Paz en Madrid, donde fue intervenido quirúrgicamente.
En estos cuatro meses desde la operación Mael ha mostrado grandes progresos. Ya se sostiene erguido sobre sus prótesis ortopédicas, come y bebe solo y es el mejor ejemplo de una palabra que llena todo: superación, la de un niño de tres años que ha logrado vencer a una infección muy virulenta y que ha sido la inspiración para el alumnado de la Facultad Padre Ossó de Oviedo.
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