En Andalucía, en la última década, se ha producido un incremento sin precedentes en la tasa de creación de empresas, que ha sido apoyado por las iniciativas adoptadas por los distintos poderes públicos y privados. Y detrás de cada empresa creada, hay una historia, esfuerzo, ilusión y mucho sacrificio. Lo que nosotros llamamos ADN emprendedor.
Reciclando poesía ¿Quién dijo que el papel estaba en crisis?
La historia diaria de Depapel empieza en una cubeta con agua donde se sumergen durante horas restos de papel inservible y termina en la edición de un libro de poesía. En medio, todo un proceso artesanal que es el sello personal de esta editorial cordobesa que tiene en el papel reciclado el exponente máximo de todo un trabajo basado en la estética y el gusto por la lectura.
Desde lo que fuera un pequeño taller de encuadernación, surgió la idea de hacer su propio papel reciclado y trabajar a partir de él en el diseño de objetos de papelería primero y, finalmente, en la publicación propia de libros. “Aquí no hay recursos, hay trabajo”, sintetiza el promotor de Depapel, Manuel Patiño, para explicar que la tarea autodidacta y artesanal que desarrollan requiere de tiempo, cariño y mucha dedicación.
Manuel empezó solo en su taller, primero encuadernando trabajos para otros. “Era la época de las colecciones de fascículos para todo”, recuerda sobre sus inicios, hace ya veinticinco años. Realizaba trabajos para terceros, particulares y bibliotecas que le demandaban su servicio como encuadernador.
Pero, inmerso siempre entre libros, en ese tiempo surgió la idea de trabajar las posibilidades del papel y, con ello, comenzó a elaborar, de manera autodidacta siguiendo “una guía con instrucciones que me prestaron”, su propio papel reciclado. A partir de ahí, la creatividad se unió a la artesanía y comenzó a crear primero objetos de decoración y luego de papelería: agendas, libretas y cuadernos de todos los tamaños, que fueron los predecesores en Depapel de lo que finalmente sería su propio sello editorial.
Y llegados a la publicación de libros, la artesanía se mantiene. De las bolsas de basura de las imprentas, repletas de pruebas de impresión y cortes de la guillotina, obtiene Depapel su materia prima: el papel que ya resulta inservible para otros. A partir de ahí, comienza la tarea seleccionando por colores ese papel, remojándolo en agua durante horas hasta poder meter la batidora industrial y hacer una especie de papilla con él. Luego, forman las hojas del nuevo papel con marcos de madera que delimitan su perímetro, las van colocando entre capas de tela y, cuando han logrado su consistencia, están listas para tenderlas a secar.
Así, la azotea de Depapel se convierte cada semana en un verdadero tendedero de hojas de papel reciclado desde donde Manuel Patiño y sus compañeros de trabajo miran siempre al cielo porque, desde luego, la climatología juega un papel importante a la hora de acelerar o frenar el acabado del papel reciclado.
La artesanía y la estética como sello propio
Ese proceso artesanal y la estética que se logra en el libro editado con papel reciclado es el valor añadido que Depapel ofrece a sus clientes. “Son librerías que quieren aportar a sus compradores un plus”, cuenta Patiño y explica cómo “el valor primordial que los clientes valoran es la artesanía y la estética de nuestros libros”.
Así, hasta establecimientos de Sevilla, Málaga, Cádiz, Córdoba y de fuera de Andalucía como Barcelona, Salamanca o Madrid, se distribuyen los libros y el material de papelería que elabora esta firma cordobesa. “Para una editorial independiente y pequeña como nosotros la distribución es la parte más complicada”, afirma el promotor de Depapel al recordar los viajes de una de sus compañeras a distintas ciudades para establecer relaciones comerciales con las librerías.
Pero ese trabajo tan cuidado desde la propia elaboración del papel reciclado hasta la difusión de los libros tiene su recompensa y, en medio de la actual vorágine tecnológica y los e-books, hay un público al que aún le gusta leer en papel y, si es en papel reciclado, el libro cobra un nuevo valor añadido, convirtiéndose también en un objeto de regalo especial.
La autoedición para nuevos autores
Ese valor añadido y ese gusto por la lectura pausada se ve también en los títulos que Depapel publica. El catálogo de sus libros se centra en su mayoría en poesía, colecciones de versos, pero también dejan hueco para ediciones de cuentos y ejemplares que, con imágenes y textos, hablan de pintura, de rincones con encanto de varias ciudades o de la arquitectura propia de éstas. Y todo ello con una cuidada edición, una estética peculiar que, nada más verlo, identifica sus libros con el sello editorial.
Ahora, reinventándose en estos tiempos de crisis, la publicación de libros en Depapel da un nuevo giro y cobra especial importancia la autoedición. “La crisis llega a todos” -explica Patiño- y hay quien para poder editar sus relatos o sus poemas no puede dirigirse a una gran editorial. Nosotros sí publicamos sus libros. La autoedición que le ofrecemos supone poder sacar sus obras al mercado y, a la vez, hacerlo con nuestra artesanía como distintivo“.
Junto a ello, en el horizonte más próximo de Depapel, la investigación con nuevas técnicas de impresión para obtener acabados distintos en el papel reciclado ocupa parte de su trabajo actual. Con ello, quieren también ampliar las líneas de trabajo y los puntos de venta de sus libros para llegar a un público mayor. Tienen claro que, ellos mismos, son los que escriben su futuro.
Sobre este blog
En Andalucía, en la última década, se ha producido un incremento sin precedentes en la tasa de creación de empresas, que ha sido apoyado por las iniciativas adoptadas por los distintos poderes públicos y privados. Y detrás de cada empresa creada, hay una historia, esfuerzo, ilusión y mucho sacrificio. Lo que nosotros llamamos ADN emprendedor.