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El batacazo electoral del PSOE traducido a euros: pierde un millón en subvenciones

Susana Díaz durante un acto de la campaña del 2D

CIVIO / Eva Belmonte

La caída de 47 a 33 escaños y la pérdida de 400.000 votos por parte del PSOE no solo cambia la dinámica de fuerzas en el Parlamento de Andalucía y abre la puerta a un gobierno de derechas, sino que supone un varapalo económico para la formación. Según los resultados, el partido de Susana Díaz podría reclamar hasta 3,4 millones en subvenciones para sufragar los gastos electorales, más de un millón menos de lo que consiguió en 2015. Y, lo que es más importante, una cantidad insuficiente para sufragar el coste de su campaña.

En las últimas elecciones andaluzas, celebradas hace tres años, el PSOE justificó que la campaña le costó 4,4 millones de euros. Gracias a las subvenciones, que dependen de los resultados, pudo sufragar todos los gastos (podía reclamar, entonces, hasta 4,5 millones). El problema, esta vez, ha sido que ha vuelto a presupuestar su campaña en la misma cantidad, esos 4,4 millones, según informó Newtral. Si ese ha sido el gasto efectuado, tendrán que poner de su propio bolsillo un millón de euros.

Así, la evolución del PSOE ha sido de 47 a 33 escaños pero, además, de 4,5 a 3,4 millones de euros en subvenciones. Por su parte, el PP podrá reclamar hasta 2,8 millones, Ciudadanos 2,3, Adelante Andalucía 2,1 y Vox, 1,7. Estas cifras son las ayudas máximas que pueden recibir y las formaciones políticas deben justificar ante la Cámara de Cuentas de Andalucía que han gastado ese dinero en la campaña. Esto es: solo reciben ayudas por lo que hayan gastado.

Aunque lejos de las cifras de los socialistas, Ciudadanos tampoco cubriría gastos. Aunque su presupuesto (2,4 millones) está muy cerca del total que le correspondería (2,3), el problema aquí es el reparto. Podría cobrar algo más de un millón para gastos ordinarios y 1,3 para envíos de papeletas, pero gastó, según anunciaron, 1,5 en los primeros y 0,9 en las segundas. Así, tendrían que cubrir con fondos propios casi medio millón de euros de gastos ordinarios, ya que el envío de propaganda electoral lo cubren de sobra.

El resto de partidos, si acaban justificando que han gastado todo lo anunciado y el reparto entre gastos ordinarios y propaganda electoral les cuadra, podrán cubrir todo o casi todo el coste de su campaña electoral. Al PP, que ha perdido 600.000 euros desde 2005 del tope que podría cobrar, le corresponderían tras las elecciones de ayer hasta 2,8 millones, por encima de los 2,54 de su presupuesto.

Adelante Andalucía, por su parte, pese al recorte en escaños (y en la ayuda máxima que pueden pedir), ha gastado mucho menos de lo que le correspondería. Podría optar a hasta 2,1 millones de euros y, según anunciaron, su presupuesto de campaña era de 1,4 millones. Si las cuentas acaban siendo estas, ahorrarían unos 700.000 euros a las arcas públicas. En 2015, solo Podemos (IU iba separada) ahorró casi un millón y medio por lo mismo.

Vox, por su parte, puede recibir hasta 1,65 millones de euros en subvenciones electorales. Eso sí, como con el resto de formaciones, solo accederá a la cantidad que pueda justificar como gasto realizado. Desconocemos cuánto ha destinado a su campaña electoral.

Subvenciones más elevadas que en Cataluña

En Andalucía, para estas elecciones, el escaño se paga a 23.034,99 euros y, el voto, a 0,8501. De esas cifras, con los resultados, salen las subvenciones máximas para gastos ordinarios. Son números más altos que, por ejemplo, los de las últimas elecciones autonómicas celebradas, las catalanas de hace un año: el escaño valía 16.101,6 euros y, el voto, 0,61.

El reparto de subvenciones electorales de Andalucía, establecido en una orden de la Consejería de Economía y Hacienda andaluza publicada en el BOJA el pasado 16 de octubre, también marca la otra pata de estas ayudas, la destinada a pagar el envío por correo de propaganda electoral. A diferencia de las elecciones municipales, generales y otras autonómicas, en Andalucía esta cuantía sí depende, también, de los resultados.

Así, mientras que en el resto de elecciones se reparte una cuantía igual a todos los partidos que hayan obtenido escaño (una cifra fija multiplicada por el censo), en Andalucía el número que se multiplica por el censo es distinto dependiendo de qué porcentaje de votos hayas conseguido. Así, esta metodología beneficia a los partidos con mejores resultados. Las ayudas para propaganda electoral suponen más de la mitad del total de 3,4 millones que puede reclamar el PSOE para pagar parte de sus gastos electorales.

El máximo de gastos de campaña y propaganda

Los partidos políticos plantean sus presupuestos de campaña teniendo en cuenta sus cuentas y prioridades pero, también, cómo calculan que les irá en las elecciones. Y lo hacen porque cuánto puedan recuperar vía subvenciones depende de sus resultados. Existen dos tipos de ayudas: las destinadas a gastos ordinarios, que se calculan según el número de votos y escaños obtenidos; y las destinadas a sufragar el envío de propaganda electoral, que se suele calcular según el censo pero, en el caso de Andalucía, esa cifra también depende del resultado conseguido.

Esas dos cifras suman el máximo total subvencionable, todo lo que podrían cobrar si efectivamente lo han gastado. Así, tras las elecciones, los partidos tienen que presentar a la Cámara de Cuentas de Andalucía la justificación de sus gastos ordinarios de campaña y de envío de papeletas. Y solo cobran por aquello que justifican hasta ese máximo total subvencionable. Si han gastado menos, ahorran la diferencia a las arcas públicas, como ha pasado con Adelante Andalucía. Si gastan más, como ha pasado en este caso con el PSOE, tienen que sufragar una parte con fondos propios.

Este artículo fue publicado originalmente en Civio. Lea el original aquí.Civioaquí

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