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La crisis deja sin sus terapias a niños sordos de Córdoba

El mobiliario y material de ACPANSBI listo para ser retirado de su sede.

Carmen Reina

Desde hace varios

años, todas las tardes, después de la jornada en el colegio, la Asociación

Cordobesa de Padres de Niños Sordos Bilingües (ACPANSBI) abre las puertas de su

sede para que trece menores reciban a diario terapia, aprendizaje y apoyo

escolar. A día de hoy, los recortes en las subvenciones públicas han hecho que

los responsables de la asociación echen el cierre a su sede ante la imposibilidad

de pagar el alquiler y, con ello, los menores que aquí son tratados se quedan

sin un centro donde recibir su terapia.

En 2012, habían recibido una subvención del Ayuntamiento de Córdoba de aproximadamente 1.600 euros más una ayuda de la Consejería de Salud y Bienestar Social de 4.000 euros para el mantenimiento de su sede. En este año 2013, la convocatoria de la Junta acaba de abrirse para solicitar la ayuda para el centro y la del Ayuntamiento “

no se ha abierto ni sabemos si se abrirá“, explican, con lo que la situación que se encuentran a fecha de hoy es que no tienen recursos para poder afrontar el pago del alquiler de su sede para el próximo curso.

“Si los niños no reciben su terapia todos los días pierden

su futuro“, cuenta a eldiario.es/andalucia la presidenta de ACPANSBI, Inmaculada Simón, para explicar

el alcance de la situación. Porque esta asociación posibilita que, con el trabajo

voluntario de sus socios, los menores que tienen deficiencias auditivas reciban

a diario clases de lengua de signos, logopedia y también apoyo escolar,

materias “fundamentales” para que sigan sus estudios al mismo nivel que sus

compañeros oyentes y para que la integración con ellos sea real.

De hecho, en esta asociación los alumnos reciben

una educación bilingüe -lengua oral y lengua de signos-, de manera que los

niños sordos puedan comunicarse y expresarse, conocer y reconocer el mundo, y

gracias a ello, desarrollar al completo sus habilidades lingüísticas,

cognitivas y sociales para “poder desarrollar su vida de forma normal”, argumenta

Simón.

Ahora, con el cierre del centro en el que sólo quedan cajas

embaladas con todo el material didáctico y el mobiliario listo para ser

retirado, la asociación busca una solución para que el próximo curso puedan

seguir trabajando y que los pequeños no sufran un retraso en su educación que

sería difícil de recuperar.

Petición de cesión de un local público

Petición de cesión de un local público

Hasta el momento, han mantenido reuniones con la Diputación Provincial y el

Ayuntamiento de Córdoba, explica Simón, a quien

solicitan la cesión de un local “donde nosotros nos ocuparíamos del

mantenimiento y podríamos llevar a cabo nuestras terapias“.

Pero “de momento, no tenemos ninguna respuesta afirmativa”, explica con preocupación la presidenta de la asociación. El Ayuntamiento, por su parte, no ha emitido hasta el momento ninguna respuesta al respecto. “Para

nuestros niños todos los días cuentan“ y, por eso, ”nuestro esfuerzo y nuestro

trabajo es por y para ellos“.

“Somos conscientes de

que las administraciones no pueden darnos dinero en la situación económica en

la que estamos, pero sí hay locales públicos vacíos que podrían cedernos“, afirman

desde la asociación.

“No entendemos que, tras años de trabajo duro, y en casi

todos los casos voluntario y altruista que se ha hecho desde la asociación,

ahora nos encontremos con que nadie quiera ayudarnos en esta situación y que

los niños se encuentren sin tratamiento el próximo curso“, añade.

Una tarea diaria

Una tarea diaria

Con un nuevo local, la tarea diaria e imprescindible para los niños de ACPANSBI sí sería posible,

puesto que con la cuota anual que pagan los socios y algunas actividades

benéficas que organizan para recaudar algo de dinero, ellos se hacen cargo del

mantenimiento y del pago de los recibos ordinarios que una sede necesita. Porque,

además, aumentar la cuota de 70 euros anuales que pagan ahora las familias se

hace imposible también por la crisis, ahora que “muchos socios están en el paro”,

dice Simón.

Por eso, los padres y madres de niños sordos llaman a la

sensibilización sobre su situación y esperan que alguna puerta se les abra

antes de septiembre. Su actividad se debería iniciar, de hecho, antes incluso del

comienzo del curso, con el trabajo necesario de adaptación del material escolar

y otros recursos a las necesidades de los menores.

Dicen que no pierden “la esperanza” de encontrar una nueva

sede antes de septiembre pero, mientras, Inmaculada Simón señala también su

cabeza porque “la razón y la situación” les dice que, de momento, no tienen un

lugar para desarrollar su tarea en el futuro.

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