Este domingo, 22 de junio, Madrid acogerá una manifestación histórica por la defensa del lobo en la Península Ibérica. Esta movilización, impulsada por más de 150 organizaciones de toda España, Portugal y Francia, reclama la protección real de una especie clave para la salud de nuestros ecosistemas y exige su reintroducción en territorios donde ha desaparecido, como Andalucía.
Durante siglos, Andalucía fue uno de los grandes bastiones del lobo en la península. Las cifras de las antiguas Juntas de Extinción de Alimañas muestran la dimensión de la persecución: decenas de lobos de todas las edades eran abatidos cada año en las subpoblaciones del sur. Una presión insostenible que sembró la desaparición actual.
Desde hace más de 40 años no hay una población viable de lobos en Andalucía. Aunque pudieron sobrevivir individuos aislados, no existía posibilidad de recuperación sin una intervención decidida. El abandono institucional permitió que el lobo desapareciera sin ruido: ni refuerzos poblacionales, ni planes de recuperación, ni medidas de conservación. Solo silencio.
El lobo fue víctima de la caza legal y furtiva, pero también de la falta de voluntad política. A pesar de informes y alertas científicas, se mantuvieron estimaciones infladas y censos sin rigor metodológico, basados en técnicas indirectas y obsoletas. No se podía hablar de población viable. Finalmente, en 2023, la Junta de Andalucía reconoció oficialmente su extinción, presionada por la comunidad científica y la ciudadanía.
El proyecto LIFE Lobo Andalucía, financiado con 1,6 millones de euros (56% de la UE), nació con buenas intenciones, pero falló desde su diseño. Se centró en la concienciación social cuando ya no quedaban lobos que proteger en Andalucía. Un proyecto de este tipo no puede funcionar sin estar vinculado a un plan real de recuperación. No se actuó a tiempo ni con ambición.
Para que vuelva el lobo a Andalucía se necesitarían refuerzos poblacionales bien diseñados en zonas adecuadas, junto a una estrategia científica y social sólida
Con la situación actual, el regreso natural del lobo es extremadamente difícil. Aunque está incluido en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (Lesrpe), lo que prohíbe su caza, los controles poblacionales y la presión humana continúan en zonas clave del norte peninsular. Si sigue siendo perseguido allí, su expansión hacia el sur es prácticamente imposible.
La masacre del lobo en España debe terminar YA. Hasta que esto no suceda, no podremos hablar de conservación de la especie. Mientras no se frene su persecución, el resto son gestos vacíos.
El lobo se ha convertido en un chivo expiatorio útil: una especie a la que se responsabiliza de problemas estructurales del sector agro-ganadero y de decisiones políticas ineficaces. Problemas que nada tienen que ver con su presencia, pero que salen cada día en las noticias.
La caza del lobo en España no tiene nada que ver con la ciencia y mucho menos con la ética o la conservación. Se trata de sectores privados muy beneficiados por ingentes ayudas de dinero público los que presionan a los gobiernos de las comunidades autónomas y central en una especie de chantaje en busca de votos y poder.
Para que vuelva el lobo a Andalucía se necesitarían refuerzos poblacionales bien diseñados en zonas adecuadas, junto a una estrategia científica y social sólida. En 2024, nuestro proyecto —junto a entidades como GREFA, FAPAS o Rastrea— entregó a la Dirección General de Sostenibilidad Ambiental y Economía Circular un borrador para su reintroducción, acompañado de un riguroso análisis sobre su conservación en la región.
No se trata solo de recuperar una especie: se trata de restaurar el equilibrio ecológico, reconocer errores históricos y empezar a hacer las cosas bien. El regreso del lobo a Andalucía no es una utopía, es una cuestión de voluntad
El Proyecto Censo Lobo es una iniciativa científica a medio y largo plazo basada en la ciencia ciudadana. Su objetivo: implicar a la sociedad en la conservación del lobo y la biodiversidad ibérica. Mediante una metodología científica rigurosa y la formación continua de voluntarios, trabajamos para entender la situación poblacional del lobo, su dinámica y el estado de sus hábitats pasados, presentes y potenciales.
Nuestra misión es influir positivamente en las decisiones de conservación, con datos verificados, ciencia independiente y una visión a largo plazo. Somos parte de la sociedad científica DIRUS, centrada en el estudio de grandes depredadores y sus hábitats, con líneas de investigación abiertas incluso en otros países. Actualmente, tenemos nuestra sede en la Universidad de Alcalá (UAH).
La manifestación del 22 de junio responde a decisiones recientes que amenazan la conservación del lobo, como la retirada de su protección nacional. Las organizaciones convocantes exigen mantener al lobo en el Lesrpe, implementar políticas de conservación basadas en ciencia y garantizar su presencia en el territorio de forma efectiva y respetuosa.
No se trata solo de recuperar una especie: se trata de restaurar el equilibrio ecológico, reconocer errores históricos y empezar a hacer las cosas bien. El regreso del lobo a Andalucía no es una utopía, es una cuestión de voluntad.
¿Será esta movilización el primer paso? El clamor social, la comunidad científica y la historia dicen que sí. La política tiene ahora la última palabra.
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En Abierto es un espacio para voces universitarias, políticas, asociativas, ciudadanas, cooperativas... Un espacio para el debate, para la argumentación y para la reflexión. Porque en tiempos de cambios es necesario estar atento y escuchar. Y lo queremos hacer con el “micrófono” en abierto.
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