El tranvía de Alcalá de Guadaíra o el 'castigo' a Gutiérrez Limones
El alcalde de Alcalá de Guadaíra, Antonio Gutiérrez Limones (PSOE), pretendía optar a la reelección en 2015 con el punto de haber desbloqueado las obras del tranvía que conectaría la ciudad con el Metro de Sevilla -paradas desde 2012- pero esta baza la ha perdido. La Junta de Andalucía no ha incluido ni un euro para este proyecto, lo que ha sido interpretado como un castigo en el entorno del regidor que hace dos años le disputaba la secretaría general del PSOE de Sevilla a Susana Díaz antes de que esta diera el salto a la presidencia de la Junta de Andalucía y a la dirección regional del partido. Hasta el último momento, Antonio Gutiérrez Limones confiaba en que se dispusiera por lo menos de alguna partida -por pequeña que fuera- que permitiera hablar de desbloqueo de cara a las elecciones municipales de 2015, pero lo cierto es que en la negociación de los presupuestos autonómicos del próximo año nadie del PSOE dio instrucciones a IU -que gestiona la Consejería de Fomento y Vivienda- para que no olvidara este proyecto. Y la consejería de Fomento y Vivienda ha hecho valer sus propias razones para dejarlo fuera.
En este contexto, Antonio Gutiérrez Limones, que vivía su momento más dulce cuando fue uno de los primeros en posicionarse a favor de José Luis Rodríguez Zapatero cuando nadie creía todavía en él, saborea la amarga caída en el ostracismo dentro de su partido. Y con grandes dificultades para salvar una alcaldía que mantenía en mayoría absoluta por la mínima hasta que la salida de una edil de su equipo de gobierno lo dejó en minoría a mitad de mandato. De hecho, en el PSOE son muchos los que dan por perdida esta plaza para las próximas elecciones municipales, pese a que se trata de la tercera ciudad de la provincia (tras Sevilla y Dos Hermanas) y goza de una de las agrupaciones más fuertes del partido. La última salida que le había ofrecido Susana Díaz era incluirlo en la candidatura a las elecciones europeas del pasado mes de mayo, como un retiro digno, pero Antonio Gutiérrez Limones rechazó la oferta y dejó pasar el que parecía el último tren que le quedaba. Y ahora no le queda ni tranvía para coger.
“Un monumento a la desidia”
Por eso no se está mordiendo la lengua a la hora de criticar este abandono. De este modo, ha exigido que se incluya este proyecto en el trámite parlamentario de los presupuestos autonómicos esta semana, para que no se convierta “en un monumento a la desidia y la incompetencia de la Junta de Andalucía”. Entiende que es “irracional que no se culmine una obra que está en un 80%” de ejecución y ha mostrado su preocupación de que sea “una moneda de cambio” cuando se trata de un proyecto “clave” para el desarrollo de una ciudad que figura entre las más industrializadas de Andalucía.
Sin embargo, desde la Consejería de Fomento y Vivienda dan sus razones para dejar fuera este proyecto e incluso celebran que puedan demostrar que se están teniendo en cuenta criterios objetivos de racionalidad en la inversión y no razones políticas. Recuerdan que el proyecto fue paralizado en 2012 cuando ya se habían ejecutado cerca de 80 millones de euros, con los que se había finalizado lo que se conoce como obra civil (infraestructura, montaje de vía y urbanización) de dos de los tres tramos en los que se divide, y había comenzado el tercero y último que conecta con la estación Pablo de Olavide del Metro de Sevilla. Supone unos 20 millones de euros en obra civil, pero en conjunto falta mucho más dinero porque hay que sumar instalaciones y sistemas (energía, señalización y comunicaciones), además del material móvil (trenes), o sea, 70 más. Estamos hablando, pues, de 90 millones de euros de inversión que faltan. Desde la Consejería de Fomento y Vivienda exponen pues que cuando el alcalde y la patronal hablan de un 20% de obra pendiente es “inexacto”.
La demanda se basó en un crecimiento que no se ha producido
Pero más allá de que hagan falta 90 millones de euros según sus cálculos para acabarlo, hay otras razones para dejarlo aparcado. Por ejemplo, que para la futura explotación, el tranvía basaba gran parte de su demanda de viajeros en la ejecución y colmatación del Parque Tecnológico de Alcalá de Guadaíra, situado cerca del campus de la Universidad Pablo de Olavide. Este proyecto no se ha concretado, y ni siquiera se ha urbanizado el solar, con lo que esta bolsa de suelo para usos terciarios está en el aire, y con ella buena parte de la demanda que iba a tener. La cobertura del tranvía se concentraría pues en Montecarmelo, Avenida de la Constitución y calle Sanlúcar la Mayor, además de la potencial captación de viajeros por la proximidad de paradas en los centros empresariales y comerciales Alcalá Innova y Los Alcores. Igualmente la crisis ha dejado en el aire el desarrollo residencial previsto en El Zacatín, que también era cubierto por el tranvía, y por tanto, esta potencial demanda se ha perdido también.
En definitiva, el tranvía fue concebido con la previsión de unos desarrollos urbanísticos y comerciales que no se han producido y por tanto la consejería que dirige Elena Cortés calcula que de los cinco millones de pasajeros por año previstos inicialmente, se ha pasado a apenas uno, “y eso contando con un trasvase considerable de usuarios hacia el tranvía de los autobuses que operan entre Alcalá de Guadaíra y Sevilla”, según apuntan fuentes de este departamento. Esta baja demanda supondría unos costes de explotación de seis millones de euros al año, que habrían de pagar la Junta de Andalucía (75%) y el Ayuntamiento de Alcalá de (25%).
El Ayuntamiento de Alcalá de Guadaíra ya adeuda a la Junta de Andalucía en concepto de aportación a la inversión, y en virtud del convenio firmado por ambas administraciones en 2009, un total de 13,61 millones de euros, que debía haber ido aportando desde hace ya cinco años. De los 90 millones de euros que restan por ejecutar, el consistorio debería aportar unos nueve, cuando las arcas municipales se encuentran en una grave situación. “Estas circunstancias difícilmente encajan con las prioridades de eficiencia del Gobierno de Andalucía, centrado en la reactivación de obras en avanzado estado de ejecución y con elevada demanda social”, argumentan desde la Consejería de Fomento y Vivienda.