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El problema sin resolver de la romería de El Rocío: una media de 10 animales muertos

Mulas con extrema delgadez y otras marcadas en morado tras ser intervenidas en la aldea almonteña.

Fermín Cabanillas

“El dispositivo veterinario de la Junta de Andalucía en el Plan Romero ha certificado la muerte de nueve equinos y un bovino”. Este mensaje se leía el pasado viernes entre los párrafos de la nota oficial del Plan Romero para hacer balance del cierre de la romería de El Rocío de este año.

De nuevo, la media de diez animales muertos por romería se ha cumplido, a pesar de la intensa vigilancia tanto del Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil o de asociaciones de voluntarios como ‘El Refugio del Burrito’, una ONG con sede en Málaga cuyos componentes han vivido en la aldea almonteña hasta que se marcharon de ella los rocieros.

De momento, llama la atención que, igual que el año pasado, haya muerto un buey en el camino rociero. El último falleció en 2017, y cuando ocurrió esa muerte hacía veintiún años que no moría uno en El Rocío. Lo de los caballos es más habitual, y la media se mantiene.

Eso sí, la media global se mantiene. En la romería de 2017 murieron 10 caballos en el camino o la aldea rociera, tres menos que en El Rocío de 2016. Se calcula que la romería almoneda cuenta con un movimiento de 20.000 caballos y unos 260 bueyes.

Si se tienen en cuenta los datos desde que el Partido Animalista (PACMA) comenzó a hacer un estudio sobre este tema, en 2014, son casi 145 los animales muertos, sobre todo caballos, aunque últimamente las mulas se han unido a la estadística.

Animales ancianos

La semana comenzaba con una acción conjunta entre la Guardia Civil y El Burrido, que acabo con la imputación por un presunto delito de maltrato animal a un componente de la hermandad del Rocío de La Algaba (Sevilla), de cuyo carro tiraba camino de la aldea almonteña una mula de 30 años de edad y en un estado de delgadez extrema.

La asociación lleva ya cinco años trabajando en El Rocío. Se instalan en una zona cedida por el Ayuntamiento de Almonte, y aunque han observado una mejora en el trato que se da a los animales en la romería, lamentan que “todavía queda mucho trabajo por hacer”.

En cifras, ha habido un 30 % menos de intervenciones por bienestar animal, mientras que el 95 % de los animales testados presentan buenas condiciones físicas y tienen sus necesidades básicas cubiertas. Los casos de maltrato son muy puntuales, representando menos del 5 %, lo que supone las cifras más bajas de los últimos 5 años.

Las cifras redondas señalan que han habido 9 muertes de équidos, 48 intervenciones por problemas de bienestar animal y 3 mulos de edad geriatrica intervenidos.

Y es que, ha asistido este año a más de 60 animales y, en tal mal estado estaban algunos de ellos, que 14 fueron inmovilizados y 3 incautados al no ser considerados aptos para trabajar, la mayoría provienen del negocio del alquiler ilegal. De hecho, una de las mulas ancianas que fueron intervenidas había sido comprada para ser alquilada en la Feria de Abril, y de ahí fue llevada directamente a El Rocío, con el mismo fin de ser alquilada para paseos por la aldea. En estos casos, los voluntarios marcan al animal con un spray de color morado indeleble, de modo que el animal es fácilmente identificable si se vuelve a ver por la aldea.

Todos los animales inmovilizados o incautados este año son de edad geriátrica, presentan desnutrición, artrosis, con heridas abiertas producidas por aperos inadecuados y eran alquilados sin descanso. De edad geriátrica y de alquiler era, al menos, uno de los 9 animales muertos, que cayó de repente mientras tiraba de un carro y cuyo cuerpo estaba marcado por la X de la vacunación de la peste equina (no usada desde el 1992), lo que indica que dicho animal tenía más de 26 años. Si los animales tienen más de 20 años ya no pueden ser usados para tiro. Si tienen más de 25 son, directamente, ancianos.

Más suerte tuvieron las mulas Violeta y Cleo, que pudieron salvarse gracias a la intervención conjunta del refugio   y el SEPRONA, y que fueron inmovilizados por ser animales geriátricos, con condición corporal muy deficitaria y no apta para trabajar. Cleo es el citado mulo de la hermandad de La Algaba, y Violeta fue encontrada después de más de un día abandonado sin comida ni agua con sus aperos puestos, en un estado caquéctico (delgadez extrema), y tras hacer el camino al Rocío con la hermandad sevillana de La Puebla del Río, con alguien montado en su emaciado cuerpo, acabando con una herida de 10 centímetros en su columna vertebral.

Ahora, estos animales están en manos de expertos que intentarán mantenerlos en buen estado. El reto es llegar algún día a la cifra de cero muertes en El Rocío.

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