Juanjo Puigcorbé: “Hay un movimiento de la confusión para desvirtuar el movimiento soberanista”
Juanjo Puigcorbé (Barcelona, 1955) reflexiona e interroga simultáneamente. Dice lo que piensa mientras busca respuestas en su interlocutor. Este actor, director y guionista –que participa en un curso de la UNIA titulado ‘Filmando la Historia: discursos históricos desde el cine’- se considera parte de esa clase media del mundo de la cultura que la crisis ha situado al borde de un precipicio laboral y económico. Reconoce que ha estado a punto de rendirse pero no lo ha hecho. Cree que es el momento de reivindicar el espacio de las clases media y trabajadora. Ahí es donde sitúa su defensa del movimiento soberanista catalán que valora como el germen de un cambio social en toda la península.
¿A un actor le exige cosas distintas un personaje histórico y uno de ficción?
Depende. Cuando el personaje histórico es, por ejemplo, un asesino es un compromiso muy grande. En ‘La huella del crimen’, en ‘El asesino de Perpignan’ yo hacía de un inductor al asesinato que creo que no tenía redención. Sabes que el personaje te estará viendo y tienes un compromiso casi ético con esa versión que vas a dar tú, no el guionista, tú también. Hacer de Don Juan, el padre del antiguo Rey, no me ha supuesto ningún problema porque es una persona que ya no está presente y porque es una versión histórica que el público reconoce menos. Cuando he hecho del padre del Rey actual es más difícil porque es el Rey, la gente lo conoce, sabe como es, está vivo y presente y está siendo observado desde una visión distinta a la habitual, entonces es mucho más comprometido. No hay un valor único del personaje histórico en la ficción, siempre está en función de la posibilidad que tiene el público de replicarte y de gustarle.
Cuando hace esos personajes ¿Tiene la sensación de que el cine puede cambiar la Historia? No manipularla en ese momento sino cambiarla.
No, cambiarla no. Puede manipular la versión histórica. De hecho siempre es así, hay cine que está aleccionando sobre un hecho del pasado que ocurrió de otra manera. Como en los libros de Historia: las guerras explicadas por el vencedor son distintas de las guerras explicadas por el perdedor. La Historia siempre la hacen los vencedores y los personajes oficiales. Cuando Augusto le encarga la Eneida a Virgilio le está encargando un poema épico y que construya una épica romana que no existía y está creando Estado. Todo el pasado es susceptible de crear Estado.
En sus inicios trabajó como actor y guionista ¿tiene alguna idea para retomar esas trayectorias?
De momento no tengo perspectivas. Quizá dirección de teatro. Dirigir cine me lo han ofrecido muchas veces y siempre he dicho que no hasta hace tres años que me presenté a director con opción a subvención y me dijeron que no y se acabó. Aunque parezca mentira no tengo prisa, no tengo ninguna necesidad. Las cosas vendrán en su momento. Como todo el mundo, tengo problemas económicos, pero no necesidades urgentes a satisfacer. Artísticamente sí he tenido una época muy dura. Como muchos actores. Estamos viviendo una época tremenda para la inmensa mayoría de la profesión; he pensado si tirar la toalla o no, pero creo que no. Creo que me voy a ir a mi tierra y hacer lo que me gusta: teatro, cine, lo que sea... Me he desengañado mucho de muchas cosas.
Como por ejemplo…
No me gusta que se hayan cargado a toda la clase media de la profesión, me parece una canallada absoluta que sólo puede favorecer a grupos determinados. Creo que se ha favorecido mucho a los directivos y ha quedado un ‘star system’ controlado por esos grupos directivos y después una tropa inmensa en paro y algunos precarios, todos becarios. Lo que antes había en nuestra profesión, que era la clase media, ha desaparecido. No ha desaparecido por arte de magia, se la han cargado.
Y no es algo fortuito.
No, no, no. Se la han cargado. Hay un movimiento, sobre todo en Cataluña, donde la clase media es muy especial, porque depende menos del Estado, porque hay menos funcionarios, y está reaccionando a todo esto de una manera muy potente. Se está juntando todo esto con el movimiento soberanista, con la clase trabajadora que se reivindica para no desparecer… Todo esto es el movimiento soberanista catalán que está dando tantos dolores de cabeza a un Estado que aún no ha entendido esto que estoy diciendo. Desde mi humilde punto de vista creo que se juntan muchos afluentes al gran río que es, en definitiva, una reivindicación soberana de una clase media y trabajadora que se niega a desaparecer y que reivindica su posición social y política para cambiar el ‘statu quo’ actual. Y es potente. Y lo va a conseguir.
Usted ha sido muy activo en ese movimiento.
Soy una persona activa, me he pronunciado por la posición de Esquerra Republicana. No soy de Esquerra, sino de la Asamblea Nacional de Cataluña y soy una de las cientos de personas que se han pronunciado públicamente sobre esto. Quieren hacer ver que somos antiespañoles ¡Cómo voy a antiespañol! De entrada vivo en Madrid, mi mujer es de Málaga, en Cataluña hay miles de andaluces que están por la independencia y se reivindican como andaluces. Esto es un movimiento de la confusión que muchos medios de comunicación están creando para desvirtuarlo. Ahora ¿Dónde está la reacción de la clase media y trabajadora del resto de España?
¿Dónde?
No está. Sólo está en un sitio y cuando salen un millón y medio de personas a la calle –o dos millones, como se prevé este año- la gente está diciendo que quiere otra cosa. Quiere auto-administrarse desde cero. Decir ¡se acabó! Una nueva Constitución, una nueva manera de hacer, un país nuevo, más justo, más noble… Es decir, otra cosa ¡No queremos esto! Y queremos decirlo democráticamente, pacíficamente y ¡ya! Y que no nos digan que esto la Constitución no lo apoya. Se está haciendo de oro una serie de gente a costa de decirnos esto ¿Por qué no nos ayuda más gente ‘progre’ de la península? ¿Cómo es posible que este movimiento democrático y social tan enorme no esté apoyado de una manera clara por gente que consideramos compañeros y amigos? No lo sé. Alguien crea la confusión de que esto es un movimiento burgués y no lo es.
¿Puede haber un contagio?
Eso es lo que esperamos. En la Historia siempre ha habido un sitio en el que empieza un movimiento y otros lo han continuado: los liberales, los carlistas… La historia se va repitiendo. Las cosas nacen donde tienen que nacer. En Cataluña, la dependencia de la clase media del Estado es menos fuerte.
¿Porque es más potente económicamente?
No, porque hay menos funcionarios. Los funcionarios del Estado son una clase media importante pero es distinta de alguien con una pequeña y mediana empresa que se tiene que ganar la vida en la calle. Esta clase media se está empobreciendo de una manera brutal y está muy localizada en varios puntos de España pero en Cataluña está el epicentro, por eso se produce ahí el movimiento.
Pero la sensación, desde fuera, es la de un movimiento político, con un tinte económico que suena insolidario.
Claro, porque esa es la estrategia que tiene el Estado para defenderse: embarullarlo todo y desvirtuarlo todo ¿Qué van a decir? ¿Van a facilitarlo todo?
En ocasiones, desde el nacionalismo, se han vertido acusaciones muy duras, especialmente para Andalucía a la que se suele acusar de vivir de la sopa boba.
Pero eso son comentarios desde la derecha. Ahí no estamos todos. Y, además, se magnifica lo que interesa. Se dicen tonterías en las portadas de los periódicos de la altura de un campanario. Pero preguntémonos por qué en una comunidad que tiene más de un millón de andaluces o hijos de andaluces, muchos están por la labor ¿Por qué la mayoría de extremeños, 350.000, lo están apoyando? ¿Por qué? Cuando sepáis responder la pregunta habréis dado con la solución, porque si no diríais que es cosa de la burguesía catalana. Me da la sensación de que la gente quiere construir algo nuevo y mejor.
Eso se parece a lo que dijeron muchas organizaciones en el 15M
Pero cuando lo hace el 15M todo es bueno ¿por qué no es bueno lo otro? ¿Por qué la progresía desconfía tanto? Los medios de comunicación no dan la posibilidad. Habla Suso del Toro, Ramón Cotarelo, yo… pero ¿en qué canal dejan hablar a otra gente? En La Sexta, cuando hablan de Cataluña siempre sale Citadans, nunca sale nade de la CUP o de Esquerra. Cuando se habla de Cataluña siempre es gente de la oposición y no del movimiento. ¿Por qué es más fácil encontrar a Alfred Bosch en Intereconomía o en 13TV que en un canal más ‘progre’? Esas son las grandes preguntas ¿Quiénes son los dueños de las grandes cadenas de televisión?
¿Se prestaría todo este debate a una película?
Ya creo que se estrena una película que ha hecho Issona Passola ‘L’endemá’ (el día después), que es un documental hecho con crowdfunding, preguntando a la gente cómo ve el futuro. Están todas las opiniones, habla todo el mundo… Se hacen cosas, allí se hacen. Donde no se hacen es en el resto de España. Se habla mucho del movimiento catalán pero nunca aparecen los actores que están a favor del movimiento soberanista ¿Por qué no aparecen? Porque debe haber orden de que no aparezcan.
A lo mejor no hay cultura de que aparezcan
Yo creo que han dicho directamente se acabó ¡No! Porque en televisiones de derechas sí que han aparecido. Yo he visto una entrevista a Alfred Bosch en 13TV, porque quieren saber de él, lo que dice ¿Por qué no está en otras televisiones?
¿A la izquierda no le interesa una renovación profunda?
¿Es una pregunta? Yo tengo compañeros afines a todo esto y me gustaría que se pronunciaran, pero se escabullen, no saben qué decir, no están bien informados, opinan fuera de lugar… Nadie les da una señal clara ni tienen una opinión clara (…) En Cataluña el PSOE está atomizado. El PP y el PSC han disminuido muchísimo. El PP disminuye pero se mantiene cohesionado mientras que el PSC disminuye y se atomiza en grupos distintos. En el resto de partidos deben pensar que no es bueno este movimiento porque… mira lo que está produciendo. Pero es evidente que hay un tema, y grande, para hablar, para discutir, para poner encima de la mesa. Pero el tancredismo que ha creado nuestro admirado presidente del gobierno está contaminando a todo el mundo. Es muy difícil dialogar sin interlocutor y cuando se tocan estos temas no hay interlocutor, así que parece una declaración de principios. Pero tiene que haber debate, por eso se pide un referéndum; para hacer debate y escoger.
Esta pérdida de espacio de la cultura, con la excusa de la crisis ¿Está restando posibilidades al diálogo?
Totalmente. Vamos para atrás. Cada vez la cultura está controlada por menos manos. El cine cada vez está más en manos de los grupos televisivos. Y los grupos televisivos no son 40 canales, son 3 distintos dueños. Todo está concentrándose en manos de unos pocos. Las portadas de los periódicos se parecen cada vez más, los editoriales se parecen cada vez más ¡Suerte que está Internet y los periódicos alternativos! En nuestro país todo está concentrándose. No sólo están desapareciendo la clase media y la trabajadora, que está aparcada y empobrecida. La alta burguesía está desapareciendo hacia la muy alta. Nos vamos pareciendo a la Rusia zarista. También en mi profesión vamos para atrás. El espectáculo se parece más a los años 80. Vuelve el paleto como broma, como gran espectáculo televisivo… Hay una regresión que va a acabar mal porque tenemos que salir de este pozo. En el 78 queríamos otra cosa y lo que estaba por venir iba a ser mucho mejor. Entonces lo que se creó no fue modélico. Y ahora también hay que crear algo, sobre todo para nuestros hijos, que tienen ante sí un panorama desolador ¿Quien hará este cambio? La clase dirigente no lo va a hacer, lo tiene que hacer esa tan castigada clase trabajadora y la clase media, castigadísima, de este país. Y la gente joven. Son los que tienen que dar el vuelco.