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Entrevista
María Esteve: “Quiero ver más en la pantalla a mis coetáneos”

María Esteve, en los jardines de la Casa Colón de Huelva, sede del Festival Iberoamericano.

Fermín Cabanillas

15 de noviembre de 2022 20:12 h

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María Esteve ve el mundo, y la cultura en general, con la serenidad de un largo bagaje a sus espaldas, mucho futuro y una diversificación que ha asumido en el mundo de la cultura, a mitad de camino entre el cine y la danza. Ha realizado diversos trabajos en cine, televisión y publicidad, entre ellos, la película El otro lado de la cama, de Emilio Martínez-Lázaro o la serie de televisión Doctor Mateo. Está a punto de estrenar Sin huellas, en Amazon Prime, y no olvida su ojito derecho, la Fundación Antonio Gades, que no solo preserva el legado de su padre, sino que también difunde la danza allá donde la reclaman.

Rozando las 50 vueltas al sol, se felicita de ver en pantalla más papeles pensados para mujeres maduras, no solo historias de jóvenes para jóvenes, un paradigma del cine que, poco a poco, va cambiando.

¿Estamos en una época de problemas para ver a actrices maduras en pantalla?

Cada uno lo ve de una manera, pero es cierto que durante muchísimo tiempo he visto que realmente cuando era joven nosotros no teníamos padres ni madres en las películas. Lamentablemente, cuando se hace cine juvenil se obvia un rango de edad de mujeres muy potentes que no existían en estas películas. Pero ahora se está viviendo un cambio, y la mujer comienza a tener más peso en todos los sectores, incluido el mundo del cine. Empiezan a contarse historias de mujeres muy potentes, historias en las que participan actrices de mi generación haciendo trabajos maravillosos.

Entonces, se vive un buen momento.

Ahora mismo no estamos viviendo un mal momento, pero todavía hace falta contar historias, que no tienen que ser de una edad concreta de mujeres. Además, está la opción de las plataformas, con las que se puede trabajar en contar cosas que no vayan enfocadas solamente al público juvenil. 

Hay que contar con temas que vayan enfocados a público de un rango de edad que durante muchísimo tiempo no estamos viendo: historias de gente de 40, 50, 60 o 70 años, que es un público potencial igual que cualquier otro, con las preocupaciones que tenemos a partir de una edad, y, para mí, eso es necesario, y cada vez se empiezan a abordar más estas cuestiones. Hay que tener en cuenta que tenemos una forma de relacionarnos que no tiene nada que ver con niños de 20 años que van a discotecas. Por eso hacen falta películas que cuenten historias de esas edades, y quiero ver en pantalla a mis coetáneos.

La cultura es educación y no se puede prescindir de ella

¿Por dónde andan sus proyectos ahora?

En lo que se refiere a películas, estoy a punto de estrenar Sin huellas, en Amazon Prime Vídeo, pero yo hace tiempo que diversifiqué mi trabajo, y me empleo a fondo en la Fundación Antonio Gades junto a Eugenia Eíriz, dirigiendo tanto la fundación como el ballet. Tenemos muchos proyectos educativos, culturales, de obra social… Hay que mantener el legado tangible de todo su repertorio, y para eso visitamos con el ballet teatros de todo el mundo.

¿Son buenos tiempos para la cultura, a pesar de los recortes que vemos en este campo desde muchas administraciones?

Hay que recordar que la cultura “es educación, no solo entretenimiento”, pero está todo muy complicado, y se está haciendo como en una casa, cuando se quita lo que no es de primera necesidad cuando hay problemas. Pero la cultura es educación, y dentro de este mundo en el que nos movemos, el entretenimiento es esencial para resistir ante tanta represión, y la educación supone libertad.

Hay que educarse con la cultura.

No se la puede ver como algo que está ahí para cuando se tenga un rato libre, sino para educarse. Falta eso en nuestro país, porque la cultura es educación y no se puede prescindir de ella.

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