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Leer la actualidad de la mano de Lorca: “Quienes sostienen que no lo mataron por cuestiones ideológicas no lo han leído”

Un dibujo de la serie 'El rey de Harlem' de Seisdedos

Alejandro Luque

18 de agosto de 2025 20:37 h

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A 89 años de su asesinato en Víznar (Granada), Federico García Lorca no es solo un clásico indiscutible de las letras españolas, sino también una lente para leer mejor la actualidad. Asuntos candentes como la homofobia, los desmanes del capitalismo salvaje, la inmigración, el feminismo o las guerras de Ucrania o Gaza pueden ser comprendidos mejor a través de la poesía del genio de Fuentevaqueros.

Así lo confirman varios artistas y creadores que se han inspirado recientemente en su obra. Para la actriz Silvia Aguaded, que encabeza esta temporada el reparto de la Yerma dirigida por Richard Sahagún, “al final lo más bonito y ejemplar que hizo Lorca fue defender por encima de todo su libertad expresiva y su libertad de vivir a su manera, de una forma auténtica”. En ese sentido, “su legado y su obra están tan presentes en tantísimos temas de actualidad, y realmente podría extenderse hasta a la forma en la que cada uno elegimos vivir nuestra vida día a día”, reflexiona la actriz.

Del montaje lorquiano que ha venido representando, comenta que “es precioso y a la vez trágico ver cómo el tema principal de su obra es, de alguna forma, eterno y absolutamente vigente: el deseo de una mujer de ser madre frente a la crueldad de la infertilidad, y cómo su deseo frustrado acaba llevándose por delante toda su vida y la de su marido. Es un tema atemporal y eso es de las cosas que más me fascinan del trabajo de Lorca, su capacidad para trabajar con los elementos más universales y más nucleares del ser humano que hacen que su obra atraviese el tiempo y el lugar”.

Por otro lado, agrega, “la obra se actualiza y se relaciona con el presente de una forma muy fuerte e interesante. Por ejemplo, hay una frase en la que Yerma dice: ‘Ay, si los pudiera tener yo sola’. Hoy en día eso ha cambiado, ahora las mujeres sí pueden ser madres solas. En ese sentido, es increíble ver cómo en menos de cien años el contexto de la obra ha evolucionado tantísimo”.

Silvia Aguaded, protagonista en la 'Yerma' dirigida por Richard Sahagún

Un mensaje vivo

Pero también están de triste actualidad el dolor y la pérdida, claro. “Cuando ensayamos la obra y aparecen frases como ‘Yo quiero tener a mi hijo en mis brazos para dormir tranquila’, es imposible no pensar en el sufrimiento de todas esas madres que han perdido a sus hijos en la guerra o que luchan cada día por cuidarlos y mantenerlos con vida. Aun siendo situaciones y dolores incomparables, ese grito de ausencia, vacío y desesperación que Lorca plantea en Yerma resuena con muchísima fuerza”, asegura Silvia Aguaded.

Miguel Barrero (Oviedo, 1980) es un escritor de amplia trayectoria que en su última novela, El guitarrista de Montreal, recrea la peripecia de un joven Leonard Cohen al que le cambia la vida tras descubrir la poesía de Federico. “El mensaje de Lorca está vivo en todos los sentidos”, afirma. “En primer lugar, porque la forma arrastra la pervivencia del fondo: su poesía o su teatro permanecen vivos no porque los temas que tratan continúen vigentes —que lo están—, sino porque el modo de tratarlos les confiere una modernidad que los hace trascender su propia época y proyectarse hasta nuestra presente, y seguramente también hacia el futuro”, expresa el escritor.

Por otro lado, “Lorca supo que no hay modernidad más pertinente que aquélla que ancla sus raíces en la tradición —pienso en el Poema del cante jondo, el Romancero gitano o el Diván del Tamarit—, y así aportó una nueva luz a formas conocidas hasta renovarlas y dotarlas de relieves inéditos hasta entonces, con tanto acierto y tanta lucidez que sus innovaciones han terminado por convertirse ellas mismas en canon”, afirma Barrero.

“Eso en el aspecto literario”, acota. “En lo que atañe a los temas, supo ver lo que se escondía en los pliegues de su tiempo: se rebeló contra la voracidad del capitalismo entonces naciente en los textos de Poeta en Nueva York, reivindicó el amor homosexual en esa brillantez absoluta que son los Sonetos del amor oscuro y combatió esa postergación de las mujeres en la vida pública y privada en La casa de Bernarda Alba o Yerma. Y no quiero olvidar el papel que jugó en La Barraca, ese empeño suyo por llevar la cultura a los rincones más olvidados y marginados del país, en lo que fue una de las materializaciones del espíritu que orientaba los preceptos de la Institución Libre de Enseñanza”, desarrolla el autor de El guitarrista de Montreal.

Un Lorca anticapitalista

Para Barrero, “en estos tiempos en los que triunfan los discursos iracundos y la propensión al odio, Lorca fue un intelectual radicalmente buenista: creía en la convivencia y se puso siempre del lado de los que más tenían que perder, si es que no lo habían perdido ya todo. En definitiva, se situó, en su vida y en su obra, en el lado correcto de la historia. Por eso cuando oigo a leo ciertas voces que aseguran que su asesinato se debió únicamente a rencillas personales y no tuvo nada que ver con cuestiones ideológicas, tengo claro de inmediato que no lo han leído”.

Sí lo hizo, en clave gráfica y muy bien, el artista Seisdedos (Lorca, Murcia, 1979), quien el año pasado expuso en la Casa-Museo de Federico García Lorca de la Huerta de San Vicente su serie El rey de Harlem. “Un Lorca muy vigente, y muy poco visitado, es el Lorca anticapitalista de Poeta en Nueva York. Él llega allí procedente de un capitalismo periférico, atrasado y agrario como lo era el español, y se siente aplastado por esa megamáquina monstruosa. Además le toca presenciar su quiebra, porque el crack de la bolsa de Nueva York en 1929 le coge precisamente allí. Como reacción a todo ello, escribe un libro aterrador”, recuerda.

En opinión de Seisdedos, “ese capitalismo avanzado que horrorizó a Lorca se ha extendido a todo el planeta y ha colonizado toda la vida social, así que parece un buen momento para revisitar poemas como El rey de Harlem, Nueva York, oficina y denuncia o Ciudad sin sueño y cotejarlos con los titulares del periódico de hoy”.

El oprimido que llevamos dentro

Antonio Manuel, abogado y escritor cordobés, ha codirigido este año junto a José Antonio Torres el documental Lorca en La Habana. También le resulta imposible no pensar en el genio de Fuentevaqueros al oír hablar de Estados Unidos y su ambigüedad ante algunas guerras que estremecen al mundo, como Ucrania o Gaza. “Apostaría que fue en su viaje a Cuba, tras ver con sus propios ojos las secuelas del capitalismo desalmado en Nueva York, cuando Federico decidió vincular el compromiso a su poesía como la sangre a las venas”, comenta.

“En una entrevista a Jordi Jou en 1935, Lorca afirmó que guardaba un recuerdo dramático de Norteamérica: ‘Aquella civilización es algo primario y casi salvaje. No se conoce el valor del hombre. Allí vive un subhombre’. Creo que desde entonces se alistó en la milicia pacifista en defensa del ser humano, del más débil, del judío, gitano, negro, morisco, mujer, homosexual, obrero..., del oprimido que todos llevamos dentro”, defiende el escritor cordobés.

En esa misma entrevista, concluye Antonio Manuel, “Federico dijo que el poeta se debe apasionar ante el hecho social y ayudar en sus posibilidades a la conquista de un mundo más justo y más humano. Y concluye: ‘¡Me hablan ustedes de la guerra! La guerra es una cosa monstruosa, criminal, increíble... Una vergüenza para nuestra civilización’. ¿Acaso no hay un pensamiento más vivo que exigir al poeta que no mire hacia otro lado cuando nos devastan las guerras y los autoritarismos?”.

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