Los libreros andaluces vuelven a alertar contra la utilización fraudulenta de cheque-libros
Los últimos años, por estas fechas, ocurre algo parecido: los cheque-libros llegan a los colegios y las asociaciones de padres y madres de alumnos gestionan su entrega a las familias, que los canjean en una librería. Pero no siempre ocurre así. Los libreros andaluces vienen quejándose de la utilización fraudulenta de los cheques en algunos colegios concertados y públicos, cuyas AMPAS gestionan directamente la compra del material con distribuidoras e intermediarios, a cambio de un suculento descuento. Y a ellos, explica Juan García (presidente de la Federación Andaluza de Libreros –FAL-) se les queda “cara de tonto”. La campaña de libros de texto representa en torno a la mitad de la facturación anual de los libreros, menguante desde hace años.
FAL ha denunciado más de una decena de casos este año, según asegura su presidente. Los cheque-libros garantizan la gratuidad de los libros de texto. La Junta de Andalucía los emite y los envía a los colegios, que los distribuye, normalmente a través de las AMPAS, a los padres y madres. FAL denuncia que en ocasiones, esas AMPAS o los colegios concertados que carecen de licencia de librería negocian directamente la compra con distribuidoras e intermediarios. Estos ofrecen los libros con un descuento, que los colegios y las AMPAS suelen utilizar para adquirir otros materiales. Fuentes del sector editorial confirman que estos supuestos se producen. Para FAL suponen un “sistema de aprovechamiento de los impuestos de todos los andaluces”.
Los privados no se benefician de la gratuidad y tienen, en muchos casos, licencias para operar. En esos casos llegan a obtener legalmente descuentos de hasta el 40%, según aseguran fuentes del sector editorial. El problema se produce con algunas AMPAS de colegios públicos y en colegios concertados. Escuelas Católicas de Andalucía, la principal agrupación de escuelas concertadas, no ha respondido a las cuestiones formuladas.
“Es imprescindible la entrega de los cheques-libros de manera individual y directa a los representantes legales del alumnado beneficiario”, se lee en las instrucciones del programa de gratuidad de libros de texto para este curso académico, que añaden: “No está permitida la gestión de los cheques-libros por parte de AMPAS, asociaciones, o los propios centros docentes, excepto cuando cumplan los requisitos legalmente establecidos para la venta de libros de texto”.
“Han llegado agentes externos, negociantes, que quieren hacer dinero entrando en la venta online por ejemplo, y ofreciendo dinero a los padres para que les entreguen los cheques”, explica Juan García. Según el presidente de FAL, el margen de beneficio con los libros de texto está entre el 10 y el 15%. El gran volumen de ventas hace que la campaña tenga un peso de entre el 50 y el 60% de la facturación anual de una librería.
Un presupuesto de más de 64 millones de euros
El presupuesto que la Junta de Andalucía destina a la gratuidad de los libros de texto este año es de 64,2 millones de euros. Para este curso se destinan 136 euros para cada alumno de primero y segundo de Primaria, 154 euros para tercero y cuarto, 159 euros para quinto y sexto, 250 euros para primero y segundo de Secundaria, 274 euros para tercero y cuarto y 70 euros para FPO.
FAL ha presentado denuncias ante las delegaciones de Cádiz, Málaga, Córdoba y Huelva. El problema, que ya motivó quejas el año pasado, se agrava este curso porque se renuevan los libros de los seis cursos de Primaria, mientras que los cursos anteriores sólo se renovaron, por falta de fondos, los libros de primero y segundo, libros fungibles porque los alumnos trabajan sobre ellos.
El telón de fondo es la compleja situación de muchas librerías españolas. “Se cierran tres librerías al día y cuando puedes hacer un poco de beneficio para mantenerte vivo durante todo el año, vienen estos personajes extraños y se lo comen”, lamenta García: “Esta campaña tiene que servir para compensar todos estos años que hemos aguantado. Si no se hace bien vamos a caer como moscas…”.
