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La reforma laboral hace fijos a más de 21.000 trabajadores en Aragón en su fase de transición

El periodo de transición entre las reformas laborales ha provocado un aumento de la contratación indefinida.

Eduardo Bayona

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La reforma de las normas laborales pactada en diciembre por los agentes sociales comienza a dejar sentir sus efectos en las relaciones laborales de Aragón, comunidad en la que los tres meses de transición en los que han convivido las antiguas y las nuevas reglas han arrojado una marca histórica de más de 21.000 contratos indefinidos.

Esas 21.384 contrataciones fijas en solo tres meses equivalen a un 16,7% del total de 127.436 acuerdos laborales firmados entre empresas y trabajadores entre enero y marzo, una marca que supone un cambio de tendencia diametral en relación con la de los últimos años, en los que lo habitual era una relación de entre diez y once pactos eventuales por cada estable.

Los registros hechos públicos hace unos días por el Ministerio de Trabajo y Economía Social cifran en 6.504 de 42.109 los contratos fijos formalizados en Aragón  en enero, 2.422 de ellos convertidos a partir de eventuales anteriores; en 8.284 de 39.408 los de febrero, con 3.016 conversiones, y en 13.100 de 45.829 los de marzo, con 5.605 transformaciones.

Esas cifras arrojan sendas tasas del 15,44% en enero, del 20,97% en febrero y del 28,58% en marzo, con un comienzo en sintonía con la tendencias general del Estado, cuyas tasas respectivas fueron del 15% en enero, el 22% en febrero y el 30,7% en marzo, para comenzar después a abrir una brecha de un punto cada mes.

Una tasa de temporalidad cercana al 25%

El margen de mejora era elevado, ya que el mercado laboral aragonés había cerrado el año anterior con una tasa de temporalidad del 24,4%, con 120.400 asalariados empleados con contratos eventuales en el último trimestre de 2021 frente a los 493.300 que tenían relaciones laborales estables con sus empresas.

Ese registro se verá reducido cuando, a finales del mes que viene, la Encuesta de Población Activa (EPA) del Instituto Nacional de Estadística (IJNE) actualice los datos del mercado laboral aragonés.

La nueva normativa laboral reduce las posibilidades de contratación temporal a periodos de hasta 90 días o seis meses a lo largo del año, previamente señalados y cuya duración dependerá del sector productivo en el que opere la empresa, por aumentos puntuales de la producción y a sustituciones de vacantes de miembros de la plantilla.

No obstante, los contratos temporales de los antiguos formatos firmados antes del 30 de marzo se mantendrán en vigor hasta que alcancen el plazo máximo de duración de seis meses que la nueva normativa concede para el trabajo eventual.

La reducción con matices cualitativos del paro de larga duración

Ese cambio de tendencia en la contratación coincide en el tiempo con otro, positivo aunque con matices, referente al paro de larga duración, el de quienes llevan más de un año buscando trabajo sin éxito, que se ha reducido de nuevo para caer a 25.000 personas en términos de media.

Ese registro, que no se daba desde que en 2009 se quedara en 19.600 tras estar cerca de triplicarse en un solo año para rebasar los 40.000 al siguiente, mejora en 1.500, 2.400 y 4.600 los datos de los ejercicios inmediatamente anteriores.

Sin embargo, al mismo tiempo, el hecho de que el peso de ese colectivo sobre el total de 65.000 desempleados de la comunidad alcance el 38,2% apunta a un incipiente fenómeno de exclusión del mercado laboral que afecta a los estratos de mayor edad y menor formación de los trabajadores.

Entre esos colectivos el paro de larga duración tiene perversos efectos secundarios como el desplome de la cuantía de sus futuras pensiones después de pasar tramos sin apenas ingresos por el fin de la prestación de desempleo a los dos años de comenzar a percibirla en el mejor de los casos.

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