Los ecologistas alertan sobre los riesgos de la puesta en marcha de una planta de extracción de halita en Monzón
Ecologistas en Acción ha presentado alegaciones al proyecto de la empresa Salmueras Depuradas, SL para la puesta en marcha de una planta de extracción de sal halita en Monzón. El colectivo indica que la ubicación a menos de 300 metros del casco urbano supone “una alteración del ordenamiento territorial porque la actividad extractiva y también industrial se basa en un reactor que tiene como misión la precipitación química y sedimentación de las sales solubles”. La solicitud de esta firma se encuentra desde el pasado 1 de noviembre sometida a información pública, estudio del impacto ambiental y plan de restauración.
El Gobierno de Aragón le otorgó el pasado verano la declaración de Inversión de Interés Autonómico al proyecto “Planta de producción de sal para mercado electroquímico en Monzón”. En un comunicado, Ecologistas dice que “la instalación está demasiado cerca del casco urbano de Monzón y deben ser las administraciones, local o autonómica, las que ejerzan la ordenación del territorio, no los promotores los que impongan su localización según sus intereses privados”. El permiso de extracción alcanza más de 1.300 hectáreas de los términos de Monzón y Almunia de San Juan, depósitos de un antiguo mar que cubrió la zona, y se sugiere buscar “otros emplazamientos menos impactantes”.
También se indica que en el estudio de impacto ambiental presentado por el promotor no se recogen alternativas de emplazamiento de esta planta, que va a ocupar diez hectáreas con seis balsas y la planta de procesado. Aunque en el texto se indique que los riesgos de hundimientos del terreno (subsidencia) que se pudieran provocar al crear una cavidad subterránea para extraer la sal mediante dilución son mínimos, “existe un cierto riesgo puesto que se pretende explotar, en una primera fase, cinco cavidades en el área en los próximos 30 años, cavidades a más de 1.400 metros de profundidad de entre 70 y 100 metros de ancho por 200 de profundidad que según el proyecto estarían separadas entre sí un mínimo de 240 metros”. Además, se prevé una producción de 70.000 toneladas al año, por lo que el tráfico de camiones, próximo al casco urbano, supondrá “la generación de gases contaminantes y ruido”.
La veta de sal gema, procedente de los depósitos del antiguo mar que cubrió la zona, “sin duda se extienden por una superficie considerable”, añaden Ecologistas en Acción. De hecho, “el permiso de investigación se extiende por más de 1.300 hectáreas de los términos municipales de Monzón y Almunia de San Juan, ”motivo por el que parece razonable buscar otros emplazamientos menos impactantes donde se aleje el riesgo de poblaciones y con un impacto visual y paisajístico menos evidente“.
De igual forma, Ecologistas en Acción denuncia que no se han realizado estudios sobre la presencia de acuíferos en la zona que pudieran ser contaminados con sal durante la explotación. Al respecto, recuerdan que “durante la construcción de la autovía se puso de manifiesto la existencia de cursos de agua en el fondo del valle de Campián que quedaron contenidos por el trazado lineal y que precisaron de obras auxiliares para su evacuación”. Dichos cursos pueden aflorar en la parcela de la mina y ser contaminados por la actividad. También indican que es necesario aclarar el destino final de los residuos que se generarían y su peligrosidad.
Hace unos meses, se paralizó también en la capital de la comarca del Cinca Medio la puesta en marcha de una planta de biomasa. El grupo energético aragonés Forestalia iba a invertir 100 millones de euros y habría generado unos 50 empleos directos en la capital del Cinca Medio. Los ecologistas mantenían que su funcionamiento supondría gravísimos riesgos para la salud pública y llevaron el proyecto a los tribunales.
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