Estaciones de cercanías, muy poco cercanas
Casetas – Miraflores el nombre de la línea 1 y única de la Red de Cercanías de Zaragoza, inaugurada en vísperas de la Expo de 2008. A lo largo de un trayecto que dura poco más de veinte minutos el tren atraviesa estaciones de lo más diversas. Utebo es la parada más utilizada de la línea aunque la de mayor uso urbano es la estación de Goya, que también es la última que se puso en marcha, en 2012. Ubicada en el centro de la ciudad, registra un tránsito anual de más de 400.000 viajeros. Es, junto con Utebo y Delicias, la que mejores conexiones tiene. Y la única, además de Delicias como estación central de Zaragoza, que dispone de un servicio de venta en taquilla y, por tanto, de atención al cliente.
El resto debe conformarse con un interfono para consultas y una o dos máquinas expendedoras de billetes “que no siempre funcionan”, como explica Raquel, una usuaria. “En Miraflores me ha pasado más de una vez de ir a coger el tren y que no funcionara la máquina. Claro que tampoco los tornos, así que se puede subir al tren”, explica, “eso sí, sin billete”, puntualiza.
Es precisamente esta estación la que peores accesos y conexiones ofrece. Se ha quedado muy aislada del barrio, encajonada entre caminos rurales, el parque de La Granja y Ronda Hispanidad. “Por la noche da un poco de miedo ir hasta allí. Es bastante solitario, no pasa ni un alma”, comenta esta usuaria. Con ella coincide Elena, que es, además, vecina de la zona. “Me queda relativamente cerca de casa pero prefiero bajar del tren en Delicias y coger un taxi o el autobús. Si llego de noche no quiero cruzar un parque vacío”, comenta. “Creo que no soy la única del barrio que no usa este servicio por el mismo motivo”, añade.
La estación, de dos plantas, está construida pensando en alojar otros usos complementarios, pero actualmente está completamente vacía. Se ha habilitado una entrada en el piso inferior por la que se accede a las vías tras cruzar los tornos. Ni un triste banco para sentarse a esperar. Más céntrica aunque igual de aislada está la estación de Portillo. Ubicada en esa tierra de nadie que conforman los terrenos de las antiguas vías del ferrocarril y que está delimitada por las calles Escoriaza y Fabro y Anselmo Clavé. “En realidad estás en el centro de la ciudad, pero al salir de la estación no ves ni un taxi, ni una parada de autobús”, comenta otro usuario.
La línea de cercanías ofrece más de cuarenta servicios diarios. Además aprovecha las vías de las líneas Zaragoza – Logroño/Pamplona y Zaragoza – Barcelona, de modo que a sus estaciones también llegan trenes regionales y de media distancia. Sin embargo, comprar un billete para un viaje de estas características en una de ellas supone un reto para los usuarios. Es el caso de Esperanza y Sara, madre e hija, que viajaron recientemente desde Portillo a Logroño. “No hay taquilla así que tuvimos que utilizar la máquina expendedora”, cuentan. “No admitía monedas, ni tampoco la tarjeta de crédito. Seguimos todo el proceso de compra pero, a la hora de abonar, no aceptaba ninguna forma de pago, y vuelta a empezar. Así, tres intentos. Al final, ya nerviosas, tuvimos que colarnos y comprar el billete en el tren”.
A Pedro le ocurrió lo mismo y no sabía a quién dirigirse. “La señora de la limpieza me indicó que la puerta del fondo estaba abierta y así pude llegar al tren. El billete se lo compré al revisor, creo que no le hizo mucha gracia”, apunta. Pedro recuerda que cuando inauguraron la estación, en 2008, había una tienda de prensa y chucherías donde también se podían comprar los tickets, “se echa en falta que haya una persona a la que recurrir ante un problema, aunque no sea de Renfe”, comenta. Igual de desierta está Casetas, situada a apenas unos metros del antiguo apeadero. La estación queda apartada del barrio y los vecinos prefieren usar el autobús para sus desplazamientos a Zaragoza.
Renfe, por su parte, ha anunciado una inversión de 750.000 euros en la Red de Cercanías de Zaragoza a lo largo de los próximos tres años. Está previsto que esta cantidad se destine a mejorar trenes y estaciones y a ofrecer más información al viajero a través de las nuevas tecnologías.