El milagro bilbaíno se resquebraja
El Ayuntamiento de Bilbao también tiene deudas. La imagen de ejemplo de regeneración urbanística y gestión económica no deficitaria cultivada durante los últimos años toca a su fin. Las obligaciones más inmediatas de la capital vizcaína derivan de un convenio firmado en 2005 entre el consistorio, Bilbao Ría 200 e Iberdrola para que la eléctrica se mudara a la torre que actualmente ocupa. El balance de la operación ha sido un agujero de 20 millones de euros en las cuentas municipales.
La discusión sobre la liquidación de Bilbao Ría 2000, empresa pública que ha coordinado la remodelación urbanística de la capital vizcaína, ha sido la que ha sacado a relucir las deudas que el Ayuntamiento tiene con la misma. El grupo municipal Bildu se interesó por los costes que esta operación tendrá para el Ayuntamiento y ayer dieron una rueda de prensa para explicar la respuesta recibida.
Para llevar a cabo su traslado a la nueva torre, Iberdrola llegó a un acuerdo con el Ayuntamiento por el que el solar donde se ubicaba su antigua sede fue recalificado para la construcción de vivienda nueva. Esta maniobra permitió que el Ayuntamiento reconociera una ‘transferencia de aprovechamiento' de 20 millones de euros a favor de la eléctrica. Ésta, a su vez, usó dicho saldo para reducir el precio de la nueva parcela en Abandoibarra, propiedad en aquel momento de Bilbao Ría 2000. Al ejecutarse toda la operación la deuda pasó a ser del Ayuntamiento hacia la empresa pública, ambas instituciones lideradas por Iñaki Azkuna.
A estos 20 millones de euros hay que sumarle la deuda viva del Ayuntamiento a finales de 2012, 2.151.000 euros. Además, la liquidación de Bilbao Ría 2000 también sumará algo más de saldo negativo al consistorio, que es titular del 15% de la empresa pública. Actualmente la empresa pública adeuda 195,7 millones a los bancos, pero posiblemente la vea reducida si consigue vender los terrenos que todavía posee. En cualquier caso, Bilbao tiene unas obligaciones no inferiores a los 30 millones de euros, pero en función de la marcha del mercado del suelo podrían superar fácilmente los 40.
Aunque en números absolutos esta cifra esté entre las más altas de Bizkaia, la deuda por cada vecino de la villa ronda los 100 euros. Una cantidad que sigue manteniendo a Bilbao como uno de los municipios vizcaínos menos endeudados en proporción a su número de habitantes. No obstante, se trata de una cuantía suficiente como para romper la idílica imagen de regeneración urbanística milagrosa que durante los últimos años se ha cultivado.
Crítica unánime
La concejala de Bildu, Aitziber Ibaibarriaga calificó ayer de “escándalo mayúsculo” la suscripción de un convenio “que únicamente beneficiaba a Iberdrola”. “Le ha regalado un dinero público que ahora lo tendremos que pagar a escote entre toda la ciudadanía y supondrá una hipoteca añadida a la deuda consecuencia de la liquidación de Ria 2000”, declaró. Ibaibarriada anunció también que su grupo ha solicitado la comparecencia urgente del alcalde, al que le solicitan “que diga toda la verdad en torno a la deuda del Ayuntamiento”.
Una crítica compartida por el grupo popular municipal. Su portavoz, Cristina Ruiz, afirmó ayer que “la cacareada deuda cero de la que presume el Gobierno Azkuna no es real”. “El equipo de gobierno del PNV debe revisar la situación financiera del Ayuntamiento y reconocer que tenemos deuda, a los 20 millones contraídos con Ría 2000 habría que sumar la cifra que debemos a los fondos Udalkutxa de la Diputación”, añadió.
Una reflexión compartida por el portavoz del PSE, Alfonso Gil, que subrayó la participación del consistorio en el BEC, por la que también deberá responder a la parte proporcional de las obligaciones de la feria de muestras. “Esto confirma lo que venimos diciendo desde hace un año, que la deuda 0 del Ayuntamiento no es real”, recalcó Gil. “Cuando hay abundancia el PNV sabe gestionar, pero cuando ésta se acaba lo único que vemos es incapacidad”, concluyó.