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Extras de 20.000 euros al mes en un mar de pluses: las peonadas en la sanidad pública cántabra se disparan en dos años

Operación en un quirófano del Hospital Valdecilla.

Javier Fernández Rubio

Santander —

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Cobrar 20.000 euros en un mes como un complemento extra en el Servicio Cántabro de Salud es posible en la actualidad, como no es nada inusual que determinados especialistas de la sanidad pública de Cantabria cobren, aparte de su nómina mensual, en donde ya se recogen productividades y complementos, pluses variables de 12.000, 10.000 y 7.000 euros de forma puntual.

El pago de peonadas y complementos por productividad en la sanidad cántabra ha escalado en dos años hasta alcanzarse la cifra global de 38 millones de euros de inversión en 2025, prácticamente la misma cifra que, por este concepto, se abonó a los profesionales un año antes, superando todas las previsiones en aquel momento, que ya implicaban un incremento notable con respecto a 2023, cuando los incentivos al rendimiento eran de 1,8 millones de euros.

El gasto público en complementos variables, fuera, por lo tanto, de los ingresos derivados de nómina y subidas lineales pactadas, en un contexto de falta de recursos en la Atención Primaria y de listas de espera en la Atención Especializada, se está traduciendo en el pago de complementos que pueden llegar a 20.000 euros al mes en el caso de algunos facultativos especializados, pero no en la reforma de la estructura de personal ni en la implantación de la jornada de tarde.

Un salto desde 2023

El gasto sanitario de Cantabria en materia de productividades fijas y variables ha experimentado un salto de gran envergadura desde 2023. Si este año el gasto en personal del Servicio Cántabro de Salud (SCS) era de 505,25 millones de euros, dos años después, en el presupuesto de 2025, están consignados 581,54 millones, 76 millones de euros más, de los que 38 millones son la parte correspondiente a 'peonadas' y productividades.

Estos 38 millones de euros son prácticamente la traslación del gasto efectivo que se produjo en 2024 y que superó con creces lo presupuestado ese ejercicio. Para 2025 hay consignados 20,1 millones de euros para pagar incentivos al rendimiento (productividades), pero aparte de ello, fuera de nómina, hay pagos variables como las peonadas que totalizan los 38 millones antes aludidos: 11 millones de euros para peonadas en Atención Primaria; 4,5 millones para peonadas en el Hospital Valdecilla; dos millones para peonadas en el Hospital Sierrallana, y 410.000 euros para peonadas en el Hospital de Laredo.

Ya en 2024, con el nuevo Gobierno de María José Sáenz de Buruaga (PP), y con César Pascual al frente de la Consejería de Salud, el presupuesto incorporó incrementos importantes, pero la ejecución real, aun así, los desbordó. De este modo, había consignados 15,27 millones para incentivos a pagar, pero aparte de ellos se presupuestaron 9,2 millones de euros para peonadas de Primaria (finalmente se pagaron 10,67 millones), 2,9 millones para peonadas en Valdecilla (finalmente se pagaron casi dos millones más: 4,8 millones), un millón en peonadas en Sierrallana (también se desbordó el gasto, abonándose 1,7 millones) y 270.000 euros en peonadas en Laredo (que se convirtieron en 450.000 euros). Solo en peonadas, el exceso de gasto fue de 4,35 millones de euros por encima de lo previsto.

Como puede apreciarse, la ejecución real de 2024 es prácticamente la misma que lo presupuestado para 2025, lo que no tiene por qué impedir un nuevo desbordamiento del gasto este año, según las fuentes consultadas, que lo dan casi por seguro. Durante los tres primeros meses de este año se han abonado 2,36 millones de euros en peonadas. Áreas como trasplantes y quirúrgica son las más destacadas a este respecto. Solo la liquidación correspondiente de marzo por productividad variable asciende a 1,46 millones, mientras la de febrero casi rozó el medio millón (474.245 euros) y la de enero fue de 419.676 euros.

Todo ello contrasta con lo que sucedía en 2023, año en el que cambió el Gobierno de Cantabria, pasando de la gestión del bipartito PRC-PSOE a la del PP. Un dato ejemplica esta circunstancia: los incentivos al rendimiento previstos en el capítulo presupuestario de personal ascendían a 1,8 millones de euros, 10 veces menos de lo que hay previsto este año.

Pluses de hasta 20.000 euros

Bajando al detalle, se están produciendo abonos sustanciales, complementarios a las nóminas de los profesionales y que se abonan como “productividad variable”. Destaca en este sentido un plus de 20.000 euros a un médico en diciembre de 2024 y otros dos de 16.250 y 15.950 euros ese mismo mes, según la información consultada por elDiario.es. En marzo de este año, por poner otros ejemplos, hay facultativos que han llegado a ingresar 12.400 euros extra. Es el más alto, pero hay otros de 12.350, 10.150, 7.050, 6.400 y 5.640 euros.

La Atención Primaria tampoco escapa de esta espiral de pluses. La prolongación de jornada ha comportado pagos por el SCS que rondan los nueve millones de euros en 2024 (11 millones son los previstos para 2025). Solo en un mes, en enero de 2025, la Sanidad cántabra reconoció el pago de 199.569 euros en concepto de absorción de jornada (cuando se produce un exceso de la misma), 183.552 euros por autocobertura (reemplazar a otros empleados que se encuentran de baja laboral, vacaciones u otras ausencias no programadas) y 445.402 euros por prolongación de jornada en centros de salud y consultorios rurales.

Subidas pactadas

Todos estos gastos extra se realizan al margen de los ingresos de cada cual mediante nómina. El Gobierno de Cantabria había reconocido incrementos de productividad de 400 euros que se han incorporado como subidas lineales, dentro de la nómina, en el pacto que alcanzó con el Sindicato Médico sin el beneplácito de los demás actores representados en la Mesa de Sanidad, que se consideraban discriminados. Solo el sindicato CSIF dio visto bueno, pero ni CCOO, el sindicato mayoritario, ni UGT, lo hicieron.

Esta subida lineal se pactó como reconocimiento “a la especial dedicación” con argumentos que se retrotraían al período especial que desencadenó en la sanidad cántabra la crisis de la pandemia por coronavirus. Así, aquella subida se justificó en la “puesta de manifiesto de manera extraordinaria durante la pandemia, pero también en el día a día, al incremento constante y continuo de la productividad, a la eficiencia del trabajo desarrollado y como un incentivo para retener el talento dentro de nuestras instituciones sanitarias”.

El acuerdo es aplicable de forma escalada entre 2024 y 2028, con la siguiente distribución anual: primer año: 210 euros al mes; segundo año: 90 euros; tercer año, 50 euros; y cuarto año, 50 euros.

Aparte del “reconocimiento del esfuerzo”, otras razones que se barajan desde el Ejecutivo fueron la necesidad de incrementar la productividad del sistema para bajar las listas de espera, sobre todo en atención especializada, un objetivo que el Gobierno del PP tiene en su agenda, pero que a duras penas se va consiguiendo. Tras dos años de gestión, acaba de situarse por debajo de los 16.000 pacientes en lista de espera quirúrgica. En este intervalo solo ha descendido en 2.500 usuarios del sistema a la cola del quirófano.

Reacciones

Las fuentes consultadas por este periódico consideran que los extras variables deberían conducir a una reforma del modelo para que esa financiación repercuta en más empleo y, a la postre, en una mejora en la oferta de servicio público a los ciudadanos.

Así, en opinión de Marisa Muela, representante del Grupo de Funcionarios Estatutarios SinSiglas, determinadas retribuciones que actualmente perciben algunos profesionales “deberían dejar de materializarse de forma puntual o discrecional, para transformarse en una fórmula estructurada y equitativa”. A su juicio, es necesaria una reforma del modelo basada “en una planificación adecuada de los recursos humanos y materiales, orientada a optimizar la eficiencia del sistema”.

“Solo así se podrán generar beneficios tangibles para el conjunto del sistema público de salud: una mejora real de la calidad asistencial y la creación de empleo estable y de calidad. Porque no se trata únicamente de compensar, sino de construir un modelo sostenible que refuerce los cimientos del servicio público. No se trata solo de repartir, sino de invertir con sentido común: convertir retribuciones puntuales en fórmulas estructurales que mejoren la organización de los recursos humanos y materiales. Porque eso sí genera beneficios reales: mejor calidad asistencial y más empleo digno”, ha valorado.

Por su parte, Arancha Cossío, portavoz de CCOO en materia sanitaria, ha reafirmado la posición de la Federación de Sanidad y Sectores Sociosanitarios de Cantabria (FSS), que “es contraria al pago de la actividad extraordinaria, salvo en casos de absoluta necesidad”, En este caso, ha considerado que “la imposición de programas extraordinarios sin un análisis riguroso de la actividad ordinaria es inaceptable”.

“Rechazamos cualquier forma de pago que no priorice el empleo de calidad y las condiciones laborales dignas para todas las categorías profesionales. Nuestra prioridad es garantizar condiciones laborales justas y empleo estable para todos los trabajadores, sin concesiones a políticas que precarizan el sector y ponen en jaque nuestro sistema sanitario público”, ha señalado Cossío.

Además, para el exconsejero de Sanidad durante la pasada legislatura y actual diputado autonómico del PSOE, Raúl Pesquera, es “constatable” que el gasto en productividades variables se ha disparado en los dos últimos años, durante la gestión de César Pascual al frente del departamento. “La subida del capítulo que refleja gastos de personal ha sido exponencial desde la llegada del Partido Popular, pasando desde los 505 millones a 581 millones en solo dos años, 76 millones más, de los cuales 38 están vinculados a peonadas, programas especiales y productividades”.

Consultado el Gobierno de Cantabria, este no ha contestado las preguntas de elDiario.es.

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