Carta con respuesta es un blog del escritor Rafael Reig. Dejad vuestros comentarios en este blog sobre vuestras preocupaciones políticas, sociales, económicas, teológicas o de cualquier índole, y él os responderá cada martes.
Al ministro Wert
He leído con mucho interés la información sobre materiales didácticos en internet. Es una iniciativa digna de aplauso, pero creo que, de momento, no hará desaparecer los libros de texto. El libro (en papel, por supuesto) tiene, a mi modo de ver, una larga vida por delante.
El titular, sin embargo, tiene una imprecisión que debería aclararse. “Los libros de texto son muy caros”, afirma. No “son” muy caros: los ponen a precios escandalosos las editoriales.
La solución más sencilla sería que los libros de texto los hiciese una editorial pública (semejante a la Editora Nacional que cerró el PSOE nada más llegar al poder). Podría venderlos a precio de coste y, naturalmente, el uso de esos textos sería obligatorio en todos los centros públicos. También podría entregarlos a colegios e institutos que los prestarían durante el curso a los alumnos.
Imagino que las plañideras de guardia se rasgarían las vestiduras con gestos teatrales: ¿y la sagrada libertad de elegir el libro que te guste o que mejor se adapte a tu sagrada ideología?
Pamplinas. Considerando la libertad real de que las familias tengan libros asequibles, cualquiera mandaría a paseo esa presunta libertad y se quedaría tan campante.
Claro que, si recordamos que el grupo Prisa de Polanco amasó una fortuna con libros de texto, si recordamos también el peso de la Iglesia en las editoriales de texto, ya empezaremos a entender cuál es el verdadero problema.
La única libertad que se protege es la de las editoriales a llevárselo crudo, así de sencillo.
¿Se favorecen sólo los intereses del negocio editorial frente a los de las familias? Qué va, también prevalecen los de las grandes superficies, como la de ese filántropo que acaba de pasar a mejor vida.
Nada de esto no es culpa suya, señor Wert, lo admito, aunque empiezo a sospechar que a usted le agrada que le echen la culpa de todo.
De esto último tiene la culpa su espíritu gemelo, el PSOE, el que liberalizó el precio de los libros de texto en la enseñanza obligatoria.
Como todo el mundo sabe, el precio fijo es lo único que permite sobrevivir a las librerías. Soy librero y sé muy bien que, con precio libre, no puedo competir con una gran superficie, que podría regalar los libros con el chándal de los niños y seguir ganando dinero.
Ante esa deslumbrante idea del PSOE, usted no podía quedarse corto, faltaría más, y decidió crear una ley que obliga a cambiar los libros de texto (y recorta por todos lados).
No entendía bien para qué había hecho esa ley, a la que se oponía la mayoría de los implicados, pero tras ver el espectacular aumento de la desigualdad en nuestro país, empiezo a comprenderlo.
Eso lo que le quiero preguntar: ¿sabe usted que una de las palancas más eficaces para aumentar la desigualdad es ahorrar en educación?
Algo me dice que la respuesta podría ser: sí, claro, precisamente por eso.