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“Sorprende que Ciudadanos no haya podido aprovechar su posición en la Junta”, explica el catedrático de Ciencia Política Manuel Alcántara

Alfonso Ferrnández Mañueco y Francisco Igea firman el pacto de gobierno ante la mirada de Tedoro García Egea y José María Espejo.

Ángel Villascusa

Para el catedrático de Ciencia Política de la Universidad de Salamanca Manuel Alcántara la principal lectura del resultado de las elecciones generales en Castilla y León es la situación en la que queda Ciudadanos en la Comunidad. “Es sorprendente que el partido no haya sido capaz de aprovechar su posición en el Gobierno de la Junta”. Aunque se trataba de unas elecciones generales, “todo se mezcla” y existe “cierta contaminación” entre la política local y autonómica, asegura.

Más que un voto de castigo, dice Alcántara, la sensación que tiene es que el partido se ha sentido “desbordado y sus votantes ”confundidos“ por una estrategia ”poco clara“ a nivel nacional. Así, Ciudadanos se ha dejado en Castilla y León 183.329 votos entre ambos comicios. ”Una parte importante de los votos de el partido se han ido a Vox y otra al PP“, señala Alcántara.

El partido de ultraderecha ha ganado 42.825 votos con respecto a abril y el PP, un total de 40.664. Hay 100.000 votos de Ciudadanos en Castilla y León que podrían haberse quedado en la abstención. “Ciudadanos podría retirar la confianza a Alfonso Fernández Mañueco y apostar por los socialistas para marcar la diferencia. Nunca se sabe”, explica el catedrático de Ciencia Política

El bipartidismo resiste en Castilla y León

“En Castilla y León el 63% de los votos ha ido a parar a los dos partidos tradicionales”, calcula Alcántara. Esto se explica, porque la Comunidad tiene un sistema de partidos 'pilarizados', muy fiel. La explicación que da el politólogo, es que, el electorado castellano y leones, más envejecido y concentrado en zonas rurales prefiere apostar por PP y PSOE. 

“Estos dos partidos prácticamente representan 2/3 del voto de la Comunidad. Luego hay otro 1/3 de personas más jóvenes y en capitales de provincias o ciudades de más de 20.000 habitantes que sí explora otras opciones”. Pero el bipartidismo goza de peor salud de lo que parece debido al sistema electoral. “Los partidos tradicionales se han hecho con 25 de los 31 escaños posibles, pero con una circunscripción única para toda la comunidad veríamos que está más repartido. Vox y UP habrían sacado un resultado mejor”, sentencia. 

Por Ávila y UPL se quedan lejos del Congreso

El catedrático de la USAL, se muestra sorprendido con la irrupción en Aragón de la formación Teruel Existe. “Esto tiene mucho que ver con el trabajo que han hecho en la provincia antes de las elecciones y con que han acudido con propuestas y mensajes muy claros”, asegura. “Han sido primera fuerza, no porque tengan tantos apoyos, porque están prácticamente empatados con el PSOE”.  Alcántara cree que otros partidos de Castilla y León podrían seguir el camino, pero eso significaría cambiar de estrategia.

Por un lado está Soria ¡YA!, que ha decidido no presentarse a estas elecciones, pero que podría llegar a hacerlo. A Alcántara le parece “difícil” cambiar el actual reparto de dos escaños de Soria, que van para PSOE y PP. Más sencillo podría ser, explica el politólogo salmantino, que que Por Ávila y UPL siguieran la estela de la formación turolensa, aunque para ello “deberían tener un buen liderazgo y trabajar en cada provincia”.

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