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Treviño: el desconfinamiento reabre la polémica sobre el territorio de Burgos enclavado en Álava

El Condado de Treviño se halla enclavado en pleno corazón de Álava.

Laura Cornejo

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¿Puede un municipio de Castilla y León empezar su desescalada a la par que el País Vasco? En teoría, no. Son las comunidades autónomas las que tienen que proponer su plan para volver a la normalidad al Gobierno, pero siempre hay excepciones. Incluso en una situación de pandemia, la política irrumpe. En este caso el apoyo del PNV a la prórroga de alarma ha dependido, entre otras cosas, de lo que se decidiese respecto a una zona de más de 200 kilómetros cuadrados situada en Álava pero que pertenece a Burgos. El ministro de Sanidad, Salvador Illa, confirmaba este viernes que Treviño, como toda Euskadi, está en Fase 1.

Desligar la política de la Sanidad no es tan simple en el enclave de Treviño, una isla burgalesa en medio de tierras alavesas. Administrativamente pertenece a Castilla y León; geográficamente, no toca ni en un solo extremo a la provincia de Burgos, pero es Burgos. Que la desescalada de este enclave, con dos ayuntamientos, dependa de Castilla y León es paradójico: la inmensa mayoría de sus casi 2.000 habitantes hacen vida en Vitoria, a unos 20 minutos de distancia. Estudian, trabajan y se divierten en el País Vasco, con algunas excepciones, que lo hacen en Miranda de Ebro (Burgos) pero es que hasta para llegar allí desde Treviño, hay que atravesar tierras alavesas.

Desde el pasado 8 de marzo, fecha en que se cumplieron 42 años del último referendo para la desanexión de Castilla y León, en el Ayuntamiento de Treviño hay un cartel que dice “De Burgos en contra de la voluntad de los treviñeses”. “A nadie le ha molestado”, cuenta el alcalde, Kike Barbadillo (PNV). Hace unos días, tanto los dos ayuntamientos del enclave, el de Treviño y del La Puebla de Arganzón, como la Diputación foral mandaron una carta al ministro de Sanidad y a los delegados del Gobierno del País Vasco y de Castilla y León planteando cómo afrontar la desescalada, entre otras cosas argumentaban la “actividad vital de sus habitantes”  en Álava o acuerdos marco entre las Diputaciones de Burgos y la Foral de Álava que incluye servicios sociosanitarios, de dependencia y/o emergencias.

“No nos han respondido, pero bueno, ya nos ha quedado claro (por el miércoles) con lo que ha pasado en el Congreso”. El portavoz del PNV en el Congreso de los Diputados, Aitor Esteban, dijo en su intervención que “desde Madrid parece que el mundo es todo plano, pero el mundo es redondo y complicado” y pidió que se tengan en cuenta los “detallitos” cuando se legisla. Así, el PNV defendió con sus enmiendas que los enclaves “reciban el tratamiento propio de la provincia que les circunda, sin que sea obstáculo que ésta pertenezca a Comunidad autónoma distinta a la de aquellos”. En el caso de Treviño, consideró que “a efectos de la emergencia sanitaria” lo “lógico” es que “el grado de más o menos control sea el de la provincia que les circunda, o algunos pobres no van a poder salir del pueblo”.

Según la consejera de Sanidad de Castilla y León, Verónica Casado, es “gravísimo” que se imponga el criterio político al sanitario, porque Treviño es de Castilla y León y su sanidad depende de la Junta. No es del todo así. Barbadillo pone ejemplos de las situaciones tan complejas que se dan en el enclave. “Si llamas al 112 desde un fijo, te responden desde el País Vasco, pero si llamas desde un móvil, contesta Castilla y León”. Así, una ambulancia puede tardar 20 minutos o una hora y el traslado al hospital puede ser al de Vitoria en el primer caso o al de Miranda de Ebro en el segundo a pesar de que el hospital de referencia es del Txagorritxu, en Vitoria.

También la enseñanza tiene sus pegas. Hasta que empiezan la educación primaria, los niños pueden acceder a colegios de primaria de Vitoria o de Miranda de Ebro pero la secundaria va a depender exclusivamente de eso posteriormente. 

Desde el AMPA del CEIP Condado de Treviño, Miguel Ángel López, reconoce que hay menos relación con Miranda de Ebro, “pero la hay”. Actualmente, la medida de desescalada no afectaría a los niños en edad escolar, pero si el cambio de fases en Castilla y León se ralentizasen, también afectaría a los alumnos de Treviño que estudian en Miranda de Ebro, aunque sean minoría.

La situación geográfica del enclave junto a la administrativa no deja de dar problemas a sus habitantes. Roberto Dulanto, dueño de la Taberna Dulanto, relata por ejemplo las complicaciones que se producen para notificar una avería o un siniestro a un seguro. “Hay que advertir siempre que aunque el código postal sea de Burgos, estamos a 20 minutos de Vitoria, luego que decidan a quién mandan y desde dónde, pero parece más lógico que sea desde Vitoria”, cuenta. Dulanto, nacido en Álava es hijo y nieto de treviñeses que siempre se sintieron vascos “más allá de la política”. Resalta que no hay nada contra Burgos y que el problema se ha politizado siempre. “Es una cuestión de lógica, hacemos nuestra vida en Vitoria, más allá de papeleos obligados en Burgos, y el 70% de mi clientela es de Álava, pero se ha politizado siempre. Aquí hay un falso empadronamiento terrible, porque mucha gente de Treviño está empadronada en Álava, pero es distinto a lo que hizo Javier Maroto ¿no? que se ha empadronado en un pueblo de Segovia para ser senador por Castilla y León”, recuerda.

Para el otro alcalde de Treviño, el de La Puebla de Arganzón, Pablo Ortiz de Latierro (EH Bildu), afrontar la desescalada con Álava era algo que había que hacer “por lógica”. El asunto, apunta Ortiz, no afecta sólo al enclave, también al resto de alaveses que lo atraviesan para moverse por la provincia. “La semana pasada, cuando el Gobierno dijo que la desescalada iba a ser por provincias, la gente en La Puebla estaba preocupada porque iban a continuar desplazándose a Álava para trabajar o para comprar, pero no para visitar a familiares o para actividades de ocio, pero los alaveses sí que podrían atravesar Treviño para ir por ejemplo a La Rioja alavesa”. La preocupación acabó el miércoles y se confirmó este viernes.

Retomar la desanexión

Esta situación ha puesto otra vez sobre el tapete la complicada partida de la desanexión de Castilla y León. Tanto Barbadillo como Ortiz quieren retomar esa posibilidad de integrarse en Álava conformando una mesa de trabajo en la que estén los gobiernos de Castilla y León y País Vasco. “Hay que hablar, desde el sentido común, con voluntad política y altura de miras y o seguir con cotas de malla como hace cuatro siglos”, demanda Barbadillo. “La desanexión siempre ha estado ahí, en la calle”, comenta Ortiz.

Mientras en Castilla y León, el Gobierno autonómico guarda un llamativo silencio, más allá de la consideración de la consejera de Sanidad, el PSOE sí que ha pedido al senador por Castilla y León, el alavés Javier Maroto (PP), que se pronuncie. Ya lo hizo en 2014, cuando todavía era alcalde de Vitoria y defendió en una entrevista con la agencia EFE la integración del enclave castellano en Euskadi. “Treviño es Álava, es Euskadi, y el sentimiento de los treviñeses es de pertenencia a Euskadi, por razones administrativas, culturales e históricas”, aseguró entonces.

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