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Oriol Junqueras bendice ahora los casinos que rechazó por su baja tributación

El vicepresident y conseller de Economía, Oriol Junqueras

Oriol Solé Altimira

“Enterramos BCN World”. Así ha querido expresar el vicepresident y conseller de Economía y Hacienda, Oriol Junqueras, la nueva etapa que, en su opinión, ha iniciado este jueves el complejo de ocio y juego anteriormente conocido como BCN World y que el Govern denomina Centro Recreativo y Turístico (CRT) de Vila-Seca y Salou. El nuevo proyecto es de dimensiones más reducidas a las que planteó Veremonte antes del abandono del empresario del ladrillo Enrique Bañuelos. No obstante, los dos casinos del complejo se beneficiarán de la rebaja fiscal que aprobaron CiU y el PSC en 2014 a petición de los inversores y a la que se opuso ERC: cuando abran, tributarán al 10%, frente al anterior tipo impositivo aplicable a los casinos de juego del 55%.

El proyecto que ha presentado este jueves Junqueras tiene poco que ver con el que en 2012 lanzó Bañuelos con el apoyo del Govern de Artur Mas y del PSC y con el de julio del año pasado del ejecutivo catalán que lo redimensionaba a la baja, lo que no evitó que recibiera varias alegaciones en contra por parte de la plataforma Aturem BCN World. La Generalitat y la Caixa, la propietaria del suelo donde se construirá el proyecto, han acordado prorrogar hasta septiembre de 2017 la opción de compra de los terrenos, que finalizaba este julio. Junqueras ha dicho que las obras empezarán el verano del año que viene.

Con el nuevo proyecto, se ha reducido considerablemente la superficie a construir. Las 600 hectáreas iniciales se han dejado en poco más de 100 hectáreas (101,7) y de éstas, la superficie dedicada a los casinos se ha dejado en un máximo de 30.000 metros cuadrados de los 210.000 metros cuadrados previstos inicialmente. “Siete veces menos”, ha reiterado Junqueras.

Así, de los seis casinos previstos inicialmente, ahora habrá un máximo de dos, que ocuparán tan solo un 4% del conjunto del proyecto. Los operadores de juego interesados son Hard Rock y Melco, por un lado, y el grupo Peralada y el grupo malasio Genting, por el otro.

También se reducirá en un 29,2% el espacio reservado a los hoteles y los 600.000 metros cuadrados proyectados se dejarán en 425.000 metros cuadrados. En cambio, se mantiene la superficie dedicada a usos comerciales en 50.000 metros cuadrados y en ocio, con 120.000. La inversión privada prevista se ha cifrado en unos 2.000 millones de euros, mientras que los puestos de trabajo que se podrían crear ascienden a 10.000.

ERC había mostrado en la legislatura pasada sus reticencias al proyecto, y precisamente la fiscalidad que ahora se mantendrá fue de los principales escollos. “Estamos totalmente en contra de rebajar los impuestos al juego”, dijo en 2013 Junqueras en una entrevista en Catalunya Ràdio donde aseguró que personalmente prohibiría el juego. “Pagarán todo el IVA, todo el impuesto de sociedades, pagarán el 10% sobre la actividad del juego y el 1% del total de la inversión se destinará a proyectos socioculturales”, ha dicho el vicepresident este jueves.

La CUP ya no es necesaria

El aval de ERC al nuevo BCN World se produce en un momento idóneo para que el ejecutivo de Puigdemont encauce definitivamente el proyecto. Y es que las reticencias de los republicanos al proyecto ya habían hecho que CiU aprobara todo lo referido al complejo de la mano del PSC la pasada legislatura. Al sumarse ERC a CDC y PSC como partidos que apoyan el proyecto, el Govern ya no necesitará a la CUP para que su tramitación parlamentaria salga adelante.

La CUP, el socio del Govern hasta que le tumbó los presupuestos, ha mostrado siempre su rechazo a BCN World y este jueves ha avisado que el paso adelante del ejecutivo en el proyecto puede condicionar la cuestión de confianza a la que Puigdemont se someterá en septiembre.

“Nos preocupa dar la sensación a la ciudadanía de que estamos avanzando hacia la nueva república con juego y vicio, fomentando un tipo de asentamiento turístico que no es compatible con el que se ha construido en los últimos años”, ha dicho el diputado de la CUP, Sergi Saladié, que ha sentenciado: “Juegue quien juegue, gana Fainé”.

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