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La Agencia Antifraude investiga a la fundación municipalista que montó el hombre de confianza de Ximo Puig

Joasé Manuel Orengo y Ximo Puig en un acto del PSPV-PSOE.

Laura Martínez

A la polémica fundación que impulsó José Manuel Orengo, mano derecha de Ximo Puig en Presidencia de la Generalitat Valenciana, le siguen saliendo complicaciones. Hace unos meses, el Centro de Investigación de Conocimientos para la Administración Local (Cical) tuvo varios encontronazos con la Diputación de Valencia, al negarse esta a pagar más de 40.000 euros a esta fundación en gastos como dietas y kilometrajes entre Gandia, donde reside Orengo, y Valencia. Entre los problemas, la Diputación señalaba una factura de 756 euros por un viaje exprés, dos noches de hotel y un almuerzo de Orengo en Barcelona para, dijo el asesor, una reunión.

La fundación nació con las críticas bajo del brazo. El proyecto se presentó con un presupuesto de 1,4 millones de euros de los que pretendía que el 100% fuera financiación pública, pese a definirse como ente privado. La idea era obtener 400.000 euros de la Generalitat, 200.000 de la Diputación de Valencia y el resto de las diputaciones de Castellón, Alicante y los ayuntamientos. Desde las Corts Valencianes, todos los grupos salvo el socialista criticaron el plan, más aun viniendo de alguien del entorno de confianza del presidente, y consideraban que era una fundación hecha a medida para Orengo. El asesor en su momento negó estas acusaciones y defendió que “es un proyecto fundamental en el que se habían implicado 68 alcaldes de todos los colores y las tres diputaciones”.

La ocurrencia de la fundación llegó al poco de la salida de Orengo de la Diputación de Valencia, donde había sido jefe de gabinete de Jorge Rodríguez, entonces presidente, posteriormente dimitido e investigado en la Operación Alquería. La coincidencia en un periodo breve de tiempo entre la salida y la creación del ente dio argumentos a los partidos para oponerse.

Ahora es la Agencia Antifraude la que ha puesto bajo su foco el funcionamiento de Cical. Según fuentes de la Diputación de Valencia, Antifraude requirió el pasado viernes a la corporación provincial información sobre los estatutos, pagos y trabajos realizados por este ente y pagados con dinero público.

El exalcalde de Gandia, exnúmero tres del PSPV y hasta hace dos meses asesor de confianza de Ximo Puig, se fue apartando de esta fundación en marzo del pasado año, tras una oleada de críticas al poco de presentar el proyecto. En junio de 2017 presentó formalmente su renuncia como director general y presidente del comité de dirección de la fundación. No obstante, la fundación no se paralizó y el ideólogo siguió trabajando en ella, pasando los correspondientes gastos a la Federación Valenciana de Municipios y Provincias.

Tras su salida de Presidencia, Orengo  cumplió su promesa de abandonar la política y hace un mes pasó a ser director corporativo de expansión de la naviera Baleària, con cuyo presidente, Adolfo Utor, le une una estrecha amistad. El paso de Orengo al sector privado también coincide con el planteamiento de los socialistas de una enmienda para privatizar la gestión del puerto de Dénia, donde Baleària tiene su sede.

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