El 32% de los valencianos en riesgo de pobreza y exclusión
La pobreza y el riesgo de exclusión social afecta ya, según datos de algunas oenegés, al 32 por ciento de la población valenciana. Son cifras aportadas por el adjunto al Síndic de Greuges, Ángel Luna, en la constitución del Observatorio de la Vulnerabilidad.
Luna alerta de que la pobreza ha crecido “extraordinariamente” en los últimos años como consecuencia de la crisis económica y de las recetas de austeridad aplicadas, a las que ha culpado de la “pérdida de calidad de vida, de condiciones de vida, de estatus social y de derivas hacia la exclusión social y hacia la vulnerabilidad”, por lo que entiende que “ni funcionan desde el punto de vista económico ni desde el social” y ha reclamado “hacerlo ver cada día” para que “se le ponga remedio”.
Por ello, defiende la creación del Observatorio como mecanismos para “anticiparse” y poner en manos de “instituciones de todo tipo” la realidad valenciana cuyos datos deben ser a su entender “un aldabonazo” que “empuja a actuar” porque está “llamando todos los días a la puerta”.
Alicante ciudad
Como ejemplo de lo que está ocurriendo en todo el País Valenciano, José Maria Ruiz Olmos, portavoz de CCOO y Plataforma contra la Pobreza, denuncia que la realidad es que las situaciones de riesgo en la ciudad de Alicante, se han expandido “como una mancha de aceite” desde barrios afectados tradicionalmente por la exclusión a barrios de clase media y trabajadora como El Pla o Carolinas.
Zonas de Alicante que han sufrido “un deterioro de las condiciones de vida muy grave, muy notable y muy visible”, ha advertido Ruiz que ha apoyado en informes de Caritas para señalar que “la pobreza es más extensa y más intensa: los pobres son más pobres y, además, cada vez más personas están dentro del grupo de pobreza y vulnerabilidad”.
El Observatorio
El Observatorio para la defensa de los derechos de las personas en situación de vulnerabilidad se ha constituido a instancias de la sindicatura con presencia de organizaciones sindicales, no gubernamentales, sociales y profesionales, universidades y expertos.
Según la Sindicatura debe ser un espacio “vivo de comunicación e intercambio” desde el que tener “un contacto permanente con profesionales y representantes de entidades que desarrollan su labor en el ámbito de la discapacidad, la dependencia, la atención a personas mayores o de otros colectivos en riesgo de o en exclusión social, o en situación de especial vulnerabilidad, a fin de conocer, analizar y valorar los problemas que diariamente afectan a los integrantes de los grupos sociales citados”.