Bajada de impuestos ¿Desafío a Madrid o gesto electoralista?
Estaba prevista y así ha sido. Fabra anunció durante el debate de política general una reducción de impuestos a los valencianos en el tramo autonómico del IRPF, así como el incremento de otras deducciones fiscales. Sin duda, es la medida más destacada de Fabra, junto con la pretensión de eliminar el aforamiento a diputados, consellers y al propio President de la Generalitat.
Sin embargo, la adopción de esta medida tiene varias lecturas. La primera, de que se trata un desafío a Madrid en toda regla. Ante el ninguneo al que ha sido sometido en la capital, agraviado por su propia esquizofrenia de predicar una cosa en Valencia y otra en Madrid, Fabra habría aprobado esta medida para probar a Mariano Rajoy, ya que ante unas arcas esquilmadas este anuncio supone diezmarlas más.
Pero, la dependencia de Fabra de Madrid para conseguir ser candidato a la Generalitat y la ruptura que supone con el discurso de nosotros hacemos los deberes y como cumplimos reclamamos un reparto más justo de financiación, pueden alejar esta interpretación. Más si cabe, porque con estos recortes fiscales será más difícil cumplir con los objetivos de déficit y mantener los servicios sociales básicos.
Descartada la lectura de que Fabra ha retado a Madrid imitando a Monago, parece que la rebaja de impositiva y las deducciones fiscales acordadas suponen un gesto electoral para intentar tapar la hemorragia de votos populares que vaticinan las encuestas y que se confirmó en las pasadas elecciones europeas. Una medida a la desesperada para captar votos, consentida por los guardianes del equilibrio presupuestario en Madrid y que puede hipotecar aún más la prestación de servicios por parte de la Generalitat.