El alcalde de Cullera exige que las playas del municipio “dejen de ser el vertedero del Xúquer” por los temporales
Cullera lleva hasta las Corts Valencianes su histórica reivindicación para una solución viable y duradera a los efectos que los temporales causan en sus playas. El alcalde de la localidad, Jordi Mayor, ha comparecido en el parlamento valenciano para exigir una respuesta “seria e inmediata” que ponga fin a una situación que ha calificado de “inexplicable y onerosa injusticia”.
La máxima autoridad local ha cifrado en más de un millón de euros los costes que han supuesto para las arcas municipales la reparación de los daños causados por las sucesivas DANAS que a lo largo de los seis últimos años han azotado en el territorio valenciano. “Los barrancos, afluentes o cuencas -vinculados en el Xúquer-, el mantenimiento de las cuales no haya sido debidamente previsto, acabarán en nuestras playas en un inmenso vertedero de residuos de toda clase, la gestión de los cuales sufraga el único municipio y Administración que no los habrá generado: Cullera”, ha denunciado Mayor.
El alcalde ha incidido en el mal no solo ambiental que causa a los más de 15 kilómetros de la costa cullerense, sino también en el perjuicio que estas situaciones causan en el principal motor económico de la localidad: el turismo.
Playas del sur
Así mismo Jordi Mayor ha hecho hincapié en la regresión que sufren las playas del sur. Como ejemplo de esto ha señalado lo Brosquil, donde en los últimos diez años se ha perdido todo el cordón dunar y tierras que eran campos de cultivo son ahora la primera línea de costa.
En ese sentido, ha reclamado “un impulso todavía más urgente para la ejecución de las obras previstas para la recuperación y defensa de nuestro litoral sur”. Tal como ha puesto de relieve, “es urgente, afecta en casas y cultivos, vidas de hombres y mujeres que tienen nombres y apellidos y viven en el Dosser, el Marenyet o en el Brosquil de Cullera”. Finalmente, ha reflexionado que “cada DANA, cada nuevo temporal ya no se puede considerar una catástrofe imprevista a la cual destinar recursos extraordinarios extraídos de un fondo de contingencia. El cambio climático es un hecho, no son hechos extraordinarios”. Por ese motivo, “se tiene que valorar y estudiar la necesidad de proveerse de líneas presupuestarias específicas en cuanto a la retirada, gestión y limpieza de las áreas del litoral limítrofes a la desembocadura de ríos y barrancos”.
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