La concesionaria del hospital rescatado por el Gobierno valenciano denunció sin éxito hasta las inspecciones de Sanidad
La ofensiva de Ribera Salud en forma de recursos para paralizar la recuperación para la gestión pública del hospital de Alzira y del resto del departamento de La Ribera, que desde el pasado 1 de abril vuelve a depender de la Conselleria de la Sanidad pública valenciana, no se produjo solamente por la vía judicial.
Sin ir más lejos, este jueves se hizo pública otra sentencia del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana que rechazaba la suspensión cautelar de la reversión, la novena de las interpuestas por la compañía.
Pero los palos en las ruedas para tratar de frenar el proceso también se produjeron por la vía administrativa. En concreto, el Consell de Transparencia ha tumbado dos recursos de Ribera Salud.
En el primero de ellos, con fecha de 15 de febrero del presente año, la empresa se quejaba de la ausencia de reuniones de la Comisión Mixta de seguimiento del contrato de concesión por parte de la Conselleria de Sanidad Universal y Salud Pública de la Generalitat Valenciana, situación que, para Ribera Salud, vulneraba determinadas obligaciones y principios de buen gobierno.
Sin embargo, ante esta queja, Sanidad argumentó que “la reiteración de las peticiones de reuniones son semanales y que se plantea de esta manera un colapso administrativo que no concuerda con un interés real de paticipar en las reuniones, ya que cuando estas se han celebrado, la empresa ha declinado su asistencia”.
Ante esta situación, el Consell de Transparencia desestimó el recurso de Ribera Salud al entender que la convocatoria de la Comisión Mixta es competencia de la administración.
En el segundo de los recursos se quejaba de una inspección a varias zonas del Hospital de Alzira, curiosamente por parte de la direcora de Alta Inspección de Sanidad, cuya competencia es precisamente la de inspeccionar, motivo por el cual también fue rechazado el escrito.