La DEA opera desde el puerto de València para evitar la salida de droga a EEUU en plena tormenta por la operación 'Spider' contra el narcotráfico

La operación Spider contra el narcotráfico en el Puerto de València ha acabado con más de 80 detenidos, 41 de ellos en prisión provisional, y ha permitido la incautación de más de 4,5 toneladas de cocaína. La macrocausa abierta por el juzgado de Instrucción número 15 de València ha demostrado, una vez más, que el puerto más importante en tráfico de contenedores del Mediterráneo es a su vez una de las puertas de entrada de la droga en Europa, junto a los puertos de Amberes y Róterdam. Pero aparte de un acceso es también una vía de tránsito de otras sustancias tóxicas y rentables, sobre todo de lo que llega de países terceros y pasa por sus instalaciones. El ruido en el recinto portuario ha puesto en alerta, más si cabe, a la discreta unidad de la Administración para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos (EEUU), país que desde hace unos años y sobre todo con la llegada de Donald Trump lleva una guerra sin cuartel contra el narcotráfico.

Desde los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York, la política de seguridad estadounidense en países terceros se convirtió en una cuestión de estado. EEUU llenó de controles los puntos de acceso de mercancías, entre ellos todos los puertos que querían exportar productos. Pese a ser aliados y con condiciones de seguridad importantes, los puertos europeos también sufrieron la psicosis por 11S y tuvieron que asumir algunas de las exigencias. El puerto de Valencia no fue menos y a una oficina propia de funcionarios estadounidenses y agentes de la DEA tuvo que sumar la incorporación de un escáner para detectar materiales radioactivos y explosivos. Todo camión que entra en el puerto de Valencia y cuya carga tiene destino a EEUU pasa por este control automático, explican fuentes portuarias.

La tecnología de este escáner es tan precisa que, en ocasiones, se producen falsos positivos. Como cuando saltó la alarma por radioactividad y no fue por transporte de materiales radiactivos, sino porque el camionero estaba recibiendo un tratamiento de radiofrecuencia. También han saltado alarmas por cargamento de plátanos o abonos, que, en ocasiones, contienen materiales que emiten radiación, cuenta un veterano del Puerto de Valencia.

Pese a que, en un primer momento, el motivo principal de la presencia de funcionarios estadounidenses fue por motivos de seguridad nacional y antiterroristas, con el tiempo, la lucha contra el narcotráfico ha adquirido un papel importante, más cuando el puerto de València no solo es un puerto de entrada, sino de salida y de tránsito. Desde China, por ejemplo, circulan a diario centenares de contenedores con destino a los puertos de la costa Este.

En 2022, los funcionarios de EEUU y de la DEA, que contaban con una pequeña oficina, se hicieron con toda una planta baja de uno de los edificios que ocupaba el antiguo Consorcio Valencia 2007 que se montó para la Copa de la América. Las operaciones de este personal estadounidense expatriado son muy sigilosas y poco se conoce de su trabajo, pero según ha podido saber elDiario.es, una docena de funcionarios estadounidenses trabajan cada día en el control de todo lo que sale en dirección a EEUU. Y el tráfico de mercancías entre Valencia y el país norteamericano no es menor. Según los datos de la Autoridad Portuaria de Valencia (APV), entre enero y agosto y pese a las políticas arancelarias de Trump, 94.612 contenedores con productos salieron desde el Puerto de Valencia a EEUU, mientras que en tránsito -es decir, con origen China u otros países- el número de contenedores que han salido desde la capital valenciana con destino a EEUU fue de 134.830.

Así, desde 2022 y en la actualidad, los funcionarios y los miembros de la DEA ocupan un espacio de más de 300 metros cuadrados en un edificio de la Autoridad Portuaria de València. Su trabajo, pasar cada uno de los contenedores por el escáner y supervisar todo lo que se exporta hacia su país. Estos agentes visten de paisano y pasan más que desapercibidos, si no fuera por el reconocible acento estadounidense. Ni uniformes ni chalecos de la DEA, aunque sí que se ha podido observar algún vehículo de fabricación estadounidense y matrícula de Texas.

Su posición en el puerto es también estratégica, puesto que están muy cerca del edificio de Aduanas que depende de la Agencia Estatal de Administración Tributaria del Ministerio de Economía y Competitividad. Esta oficina es la encargada de supervisar todo lo que entra y sale del puerto y de perseguir el narcotráfico, evidentemente con la ayuda de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.

La reciente operación policial contra el narcotráfico en el puerto de Valencia no ha sido una actuación más. En ella han caído un agente de la Guardia Civil, tres miembros del cártel de los Balcanes, 17 trabajadores portuarios, nueve camioneros y 17 responsables de cinco empresas, entre otros. Las alarmas están encendidas, máxime cuando 400 contenedores salen cada día desde València hacia EEUU, además de otros 560 en tránsito procedentes de terceros países, la mayoría de China, en la actualidad uno de los principales fabricantes de productos para drogas sintéticas.