Invertir no es solo para millonarios
Al final, a las instituciones reguladoras europeas no les ha quedado más remedio que reconocer la necesidad de proteger la salud financiera de los inversores y, sobre todo, de los inversores más pequeños. Porque la decisión de invertir, y la decisión hacer crecer el dinero y los ahorros, ya no es sólo una prerogativa de grandes patrimonios ni de grandes fortunas.
La verdad es que ya había llegado la hora de exigir a los mercados más transparencia y más responsabilidad. Y cuando el pasado tres de enero de este año entró en vigor la segunda edición de la Directiva de Instrumentos y Mercados Financieros (MiFID II), parecía el momento de estar de enhorabuena.
MiFID II, en sus infinitas 7.000 páginas, demostraba que Europa sigue estando a la cabeza del pensamiento en materia económica, y ponía el dedo en la llaga sobre un aspecto muy concreto de nuestro modelo económico: los mercados tienen que ser más transparentes. Desde ahora, los que nos dedicamos a las Relaciones con Inversores hemos de tener claro que los minoristas han de estar en el centro de nuestro pensamiento.
La incertidumbre sobre el futuro, la falta de cultura que hay en España en materia de finanzas personales y el estado del sistema de pensiones han hecho sonar las señales de alarma. Hablo con Carmen Redondo, de AXA Exclusiv, y me dice: “los ciudadanos, especialmente los más jóvenes, tienen que tener en cuenta que el sistema de pensiones no podrá cargar con todas sus necesidades dentro de 25 o de 30 años, y por ello es importante que una parte de sus ahorros vaya destinado a invertir en el mañana”.
MiFID II se ha tomado muy en serio, proteger las inversiones y las apuestas de futuro de los ahorradores más pequeños y de aquellos que vuelcan su dinero y su conocimiento en los mercados. Y exige, sobre todo, transparencia.
Porque lo que deberían defender sin cuartel los reguladores europeos son la libre competencia y la transparencia. La transparencia es la clave para que los inversores de menor tamaño, aquellos que no negocian los activos en dark pools y que son ajenos al trading de alta frecuencia puedan, al menos, contar con información significativa a la hora de tomar decisiones.
El futuro de las pensiones es un tema de seguridad nacional. La semana que viene, en el Foro de Finanzas Personales, estaremos hablando de ello el director general de Pensiones de Ibercaja, José Carlos Vizcárraga, los expertos Enrique Devesa y Julio Fernández en Forinvest, en Valencia.
La crisis económica que empezó en el año 2008 y que aún coletea, barrió con los ahorros y el futuro de muchos accionistas. De muchos minoristas. Hace unos días recuperé un viejo artículo de Bloomberg, del año 2008, que me puso los pelos como escarpias, porque contaba cómo la caída de Lehman Brothers llevó al suicidio y a la desesperación a adultos mayores que no tenían ni idea de qué era o dónde estaba Lehman Brothers en lugares tan dispares como Hong Kong o Toronto.
La reciente fusión de la bolsa de Dublín con Euronext es un avance significativo y necesario. Desde que ocho bolsas europeas se reunieran en Madrid en el año 1999 para buscar formas de armonizar sus procesos mucho nos ha llovido. Pero el mundo tuvo casi que colapsar para que alguien se planteara seriamente defender los intereses de los pequeños.
Mi amigo Francisco Blanco recordaba recientemente en un artículo clarísimo en la revista de la Bolsas y Mercados Españoles que en el nuevo escenario, “la figura del inversor minorista, en general olvidado por las empresas en sus políticas proactivas de comunicación, emerge como una oportunidad para la empresa cotizada si sabe gestionar un nuevo modelo relacional con el mismo”.
Los pequeños inversores han dependido durante demasiados años de productos imposibles, de derivados over-the-counter o de deuda perpetua disfrazada de participaciones preferentes, y ya era hora de que llegara una norma clara para que los mercados sean realmente transparentes y de que la mano negra del mercado pueda moverse libremente sin arrasar con los ahorros de los que más han trabajado para acumularlos, en pequeñas cantidades, poquito a poquito.
Y ellos son tan importantes para el futuro de la economía española como los grandes fondos. Decía el otro día Warren Buffett, en su más reciente carga a los accionistas de Berkshire Hathaway que “no hay nada más importante para nosotros que el accionista de medios limitados que nos confía una porción sustancia de sus ahorros”.
Sin un seguimiento claro y un acción efectiva y de seguimiento por parte de los reguladores, MiFID II es un canto al sol. Pero hoy en día, en el que invertir ya no es únicamente un deporte de millonarios, y en el que proteger el futuro de los nuestros, como decía, es un asunto de seguridad nacional, el cuidado de los ahorradores y los minoristas es un tema que habrá que tomarse muy en serio.
*Ramón Pedrosa, presidente de Bracken y experto en Relaciones con Inversores
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