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El IVAM ofrece una visión “más calmada” de Julio González

Escultura de Julio González

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El IVAM redescubre la obra del escultor Julio González desde una visión “más tranquila, calmada y contemporánea” en la que las obras ganan en espacio en un ambiente “más luminoso, diáfano y claro” para poder acercarse a ellas y descubrir “su complejidad, dominio técnico y proceso narrativo”.

Así lo han señalado este miércoles el director del IVAM, José Miguel Cortés, y el conservador responsable de la colección del museo, Josep Salvador, en la presentación de 'Las constelaciones de Julio González: entre la representación y la abstracción', que puede verse hasta el próximo 14 de enero.

Al respecto, Cortés ha explicado que esta nueva lectura de la obra de González obedece a la pretensión que tiene el IVAM de ser “un museo vivo, de ir cambiando y buscando nuevas relaciones que enriquezcan”. De este modo, la exposición es “una nueva oportunidad” para entender la “riqueza y matices” de su obra.

Para ello, la colección ha seleccionado 42 obras de Julio González de las 200 incluidas en los fondos del IVAM, entre ellas 'Mujer ante el espejo', 'Los enamorados', 'Daphné', 'El sueño/el beso' o 'Máscara de adolescente'.

Además, las enfrenta con 11 propuestas tridimensionales también de los fondos del museo que demuestran la vigencia de las aportaciones constructivas de González en Anfreu Alfaro, Martin Chirino, Georg Herold, Jacques Lipchitz, Miquel Navarro, Jaume Plensa, Reiner Ruthenbeck, Joel Shapiro, David Smith y Toni Smith.

Por su parte, el comisario y conservador responsable de la colección del museo, Josep Salvador, ha resaltado que González “marcó un camino como inventor de la escultura en hierro” y que su obra sigue siendo “un refernte de las nuevas sensibilidades estéticas”.

Sin embargo, en esta muestra se ha rehuido del orden cronológico y se ha optado por “una visión más contemporánea para buscar ”los elementos conceptuales de nuestra época“.

Así, la primera sala agrupa las obras bajo el epígrafe de la 'La transformación de la mirada y la percepción' en las que se aprecia una disolución de las formas para plasmar una nueva antropología construida desde el aprovechamiento de la técnica del ensamblaje postcubista. En cambio las obras de Alfaro y Lipchitz que acompañan muestran “el juego de la línea”.

A continuación, en la segunda sala exhibe los trabajos más “racionales e intimistas” de González creados en “la nueva modernidad” que surgió ante el derrumbe de la visión tradicional del mundo y la pérdida de un orden estable por las revoluciones políticas, los descubrimientos científicos y los avances técnicos que dieron paso a “una dualidad entre orden y espontaneidad”.

González no perdió el componente humano en sus obras más abstractas y el visitante puede apreciar cómo la obra de Tony Smith y Martín Chirino siguen este rumbo.

Arquitectura y espacio

La tercera sala, prosigue Salvador, permite descubrir “la creación del espacio y la defensa de la arquitectura más subjetiva, cómo nos relacionamos con lo que nos rodea y cómo nos afecta”. La ampliación interna de las ideas y externa del universo se percibe en los trabajos de Oteiza y Plensa que “abren la escultura al campo del pensamiento”.

El recorrido por la obra de González continúa con una muestra de la “desnaturalización” de su escultura que se mueve entre “la representación la abstracción dentro de la línea de aligerar las masas y abrir al espacio exterior” y se aprecia “cómo las piezas se van depurando”. Además, “se ve la incorporación de la idea de ensamblaje e improvisación”.

Salvador ha recordado que el proceso de trabajo de González se centraba mucho en la forja y le gustaba que “las soluciones formales se produjeran en el taller”. “No había nada preconcebido”, ha contado.

Por ello, en esta exposición no hay ningún dibujo de González para dar “más protagonismo a sus soluciones escultóricas”, además de dejar “descansar” estas piezas por conservación. La quinta sala se completa con los descubrimientos técnicos de Ruthenbeck y Herold en “una atmósfera misteriosa” y la propuesta totémica de Navarro que devuelve al “concepto de jerarquía y estructura”.

Por último, el poder de la ficción dentro del arte contemporáneo y el nuevo enfoque de las narraciones cierran el trayecto en el que 'Mujer ante el espejo', que cumple el 80 aniversario, centra la última sala. En esta misma sala las obras de David Smith y Joel Shapiro apelan a la imaginación y a las vivencias del espectador para establecer los diferentes planos de la realidad del mundo y cuerpo.

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