La nueva alcaldesa de Orihuela intenta evitar que se construyan 2.200 viviendas en el último kilómetro virgen de la costa
Una mesa de negociación para evitar que se ejecute el proyecto de construir 2.200 casas en Cala Mosca, el último kilómetro y medio virgen de los 15 kilómetros de la costa de Orihuela. Este es el último recurso planteado por la alcaldesa de la ciudad, Carolina Gracia (PSPV), un encuentro con el que se quiere abrir una vía de negociación y a la que se han convocado todos los partidos del pleno municipal (PSPV, PP, Cs, Cambiemos Orihuela y Vox), a la Generalitat, y a la empresa Playa Salvaje S.A. (del grupo Gomedio), promotora del proyecto.
Como explica la propia alcaldesa, el objetivo es abrir una vía que implique a los diferentes agentes para alcanzar un acuerdo que “evite la consecución del proyecto de construcción de Cala Mosca y preservar el último kilómetro virgen de nuestra costa, agotando todas las vías políticas que tenemos sin renunciar ni un ápice a lo que es el proceso administrativo y el expediente que se lleva en curso desde 2007”.
La iniciativa parte de la propuesta que en marzo de 2021 el grupo municipal Cambiemos formuló a través de una moción en el pleno municipal, además evitar esta construcción era una de las condiciones que esta formación puso a los socialistas para darles su apoyo en la moción de censura que les dio la alcaldía el pasado mes de abril. Pese a ello la alcaldesa ha advertido que “no somos ilusos. Somos conscientes de que quizá haya gente que cuando se comunique esta decisión piense que esto no va a servir para nada, pero lo que no sirve para nada es callarse, es resignarse en una situación como la que tenemos hoy”.
Carolina Gracia explica que pretende con esta mesa establecer una negociación “desde la responsabilidad” y “donde se pongan encima de la mesa elementos como el bien común, el respeto a nuestro entorno natural y, por supuesto, los derechos de todas las partes implicadas. Un marco de negociación en el que queremos que esté presente la generosidad”. Añade que la intención es “encontrar la vía para que Cala Mosca siga siendo lo que es. Creemos que es el momento de hacer más política y no dejarlo todo en manos de una resignación cristalizada por los hechos administrativos”.
Por otro lado la primera edil ha afirmado que “a lo mejor Orihuela sí que tiene cabida para construir 1.000, 2.000, 3.000, 4.000 viviendas…, pero quizá no tenga que ser y ojalá que no lo sea, en el último kilómetro virgen que nos queda en Orihuela Costa. Si la constructora está dispuesta a buscar cualquier otra ubicación en nuestro término municipal para acometer esto, se estudiará”.
Situación actual del proyecto
La urbanización de Alameda del Mar, proyectada para Cala Mosca, prevé la construcción de más 2.200 viviendas en el último espacio de 456.000 metros cuadrados, el último no urbanizado de la costa del término municipal de Orihuela. Sus orígenes se remontan al año 1995 y durante su impulso ha tenido la oposición de parte de los partidos progresistas, los ecologistas, así como también de parte de los vecinos que han hecho campañas de recogidas de firmas. Además también Fiscalía llegó a abrir unas diligencias que acabó archivando.
El proyecto ha visto así luces verdes y otras rojas. Además del archivo de la Fiscalía también han conseguido la aprobación de la Dirección General de Calidad y Educación Ambiental de la Generalitat Valenciana, que dictó resolución complementaria a la Declaración de Impacto Ambiental del proyecto que declara el cumplimiento de las condiciones en materia de tutela efectiva de especies protegidas, ya que se incluye la creación de una micro reserva de 60.000 metros cuadrados para preservar la flora en primera línea.
“Es evidente que esta resolución hace avanzar el proyecto. Y es lógico que la empresa quiera hacer valer su derecho a que se apruebe el proyecto de urbanización por parte del Ayuntamiento con el fin de iniciar las obras lo antes posible”, ha explicado María García, segunda teniente de alcalde.
Por otro lado, existen recursos como el de la Dirección General de Carreteras, con un informe desfavorable a la modificación del plan puntual por su afectación a la N-332 en la zona próxima al acantilado, ya de por si muy transitada. Asimismo, se dan también, condicionantes que cuestionan también el desarrollo de este proyecto, y que tienen que ver con el abastecimiento del agua.
Posicionamientos políticos
Desde el ayuntamiento se afirma que “estamos hablando de un proyecto con un claro rechazo social y, por qué no decirlo, político”. Pero cabe recordar que actualmente los socialistas gobiernan gracias al apoyo de Ciudadanos en Orihuela, mientras que esta formación, cuando estuvo gobernando junto con el PP apoyó la tramitación del proyecto; su líder en el gobierno, José Francisco Aix, fue concejal de urbanismo con alcalde del PP y lo continúa siendo con alcaldesa del PSOE. Los populares de momento no han asegurado la participación en la mesa.
Desde Cambiemos Orihuela ha valorado positivamente el anuncio y han recordado que esta fue “una iniciativa que PP y Cs rechazaron de plano y que Bascuñana (el anterior alcalde del PP) despreció” recuerda el coportavoz de la formación Carlos Bernabé. Añade que desde 2015 el anterior alcalde de Orihuela no hizo otra cosa que “favorecer, acelerar y facilitar los pasos necesarios para la destrucción de Cala Mosca, así que este cambio de actitud revela que, si hay voluntad, hay margen para tener iniciativa política y buscar alternativas. En este tipo de cosas se nota lo positivo del cambio de Gobierno y de que Cambiemos, aún en la oposición, esté en el Ayuntamiento”.
Pese a ello Bernabé también muestra escepticismo señalando que “el objetivo es que esta mesa de negociación no sea un espacio vacío ni meramente formal, el Gobierno tiene que demostrar su voluntad en ella, la Generalitat debe corregir su pasividad con el tema y el promotor debería estar a la altura de lo que Orihuela, la emergencia climática y las circunstancias históricas actuales exigen”.
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