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CV Opinión cintillo

Acabad con el periodista

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“No t´han parit per a dormir:

Et pariren per a vetlar

En la llarga nit del teu poble.

Tu seràs la paraula viva, 

la paraula viva i amarga.“

Vicent Andés Estellés. Llibre de les Meravelles. Burjassot, 1958

En las primeras imágenes que se han visto del golpe de Estado perpetrado en EE.UU. alentado por el  presidente saliente Donald Trump, la primera obsesión de los asaltantes del Capitolio en Washington ha sido agredir a la prensa (periodistas, cámaras de tv y equipos de retransmisión) para que no hubiera testigos ni constancia de la tropelía que estaban protagonizando bandas organizadas. Con el propósito de violentar la expresión parlamentaria de la democracia. El ataque en la confirmación interrumpida de Joe Biden, como presidente hasta 2024, no se puede entender sin información facilitada desde el interior del edificio por quienes hayan propiciado la invasión física de la sede del poder legislativo estadounidense

Incómodos

Poco antes de la defenestración, mediante dimisión forzada, de José Enrique Silla Criado, ex presidente de la Cámara de Comercio de València, en 1995, Federico Félix –miembro del Comité Ejecutivo--, le exigió que no asistiera a los comités el director del área de Comunicación, Xavier Ribera, como venía haciendo durante toda su etapa presidencial. Félix, ex presidente de Ave y titular de Pro Ave, de  cuyo perfil destaca la osadía, al ser preguntado  en nombre de quién actuaba, respondió que de “ Fuenteovejuna, todos a una”. Se refería a la decisión mafiosa de la mayoría de los miembros del Comité Ejecutivo que se reunían previamente en la sede de la CEV, presidida por José María Jiménez de la Iglesia,  para adelantar su oposición  a los puntos del orden del día, que imponían torticeramente al presidente y al secretario de la institución. Les preocupaba que en las reuniones hubiera un testigo de las fechorías que tenían planeadas contra el presidente de la Cámara y su secretario general, José María Gil Suay, al que también obligaron a dimitir. Las reuniones del contubernio empresarial se desarrollaban durante cenas—en un reservado de la cafetería Aragón 58-- que convocaba el secretario de la Confederación Empresarial, Luís Espinosa Fernández , inspirador del conciliábulo al que asistían: Silvino Navarro Vidal, José María Jiménez de la Iglesia, Salvador Fernández Calabuig—con ambición de sustituir a Silla--, José Lladró, Vicente Marzal—conspirador nato— y Arturo Virosque Ruíz, presidente de los transportistas.. Este último consiguió presidir la Cámara, con una envolvente contra la voluntad de Espinosa y de Fernández Calabuig, presidente de la federación metalúrgica, la más poderosa e influyente.

Firmes

Ser periodista no es fácil. Escribir en un periódico es otra cosa. Ser  vocero voluble, en el sentido de bogar hacia donde sopla el viento, para conservar el pesebre, tiene su apellido: escribidor servil o mercenario gris. No resulta sencillo mantenerse en su sitio. “Firmes, siempre firmes”. La Unesco ha registrado la muerte violenta de 59 periodistas a causa del ejercicio de su profesión, dos más que en 2019. México es el país de mayor riesgo real para los informadores. La cifra global es de que 888 reporteros comprometidos con su trabajo fueron asesinados en la última década. Es la cantidad llamativa. Junto a ellos ¿cuántos sufrieron extorsión, abusos—sexuales, sobre todo ellas--, presiones, menosprecios, chantajes, amenazas, violencia o mofas? ¿Cuántos perdieron su empleo, su dignidad, su autoestima al ejercer su profesión frente a grupos de presión e influencia? ¿Cuántos jueces, patronos, politicastros, abogados, caciques o mafiosos emplearon las malas artes de la calumnia y la insidia para doblar el espinazo del periodista que perseguía la verdad que no les convenía? El ciudadano de a pie ha de entender que sin periodismo libre no hay democracia. Que los medios de comunicación que no sirven a señor conocido, son su baluarte —quizás el último— para que los inspiradores de lobbies no puedan ensañarse con los derechos de los humanos indefensos.

Plural

El  régimen de la Transición, estandarte ideológico de  los conservadores de siempre, no dignificó, desde 1977, el flanco de la protección y salvaguarda de la prensa. Los medios de comunicación, esperanza civil de la sociedad, fueron abandonados a los truhanes, partidos políticos gobernantes, magnates y controladores de las finanzas. ¿Dónde está el equivalente hispano del complejo mediático de la BBC británica, dotada de un estatuto invulnerable para cumplir su trabajo como ente institucional, sin intromisiones del Estado o de la estirpe de Windsor, dinastía  regente de la Corona inglesa? Es bochornoso el tratamiento sesgado del caudal informativo que ejercen los medios de titularidad pública. Reiterando machaconamente sus mensajes o ignorando los asuntos que realmente interesan a las audiencias. En el panorama mediático valenciano urge solucionar la relación coste-calidad del ente público Radiotelevisión Valenciana. En vez de estar ocupados en perpetuar y ampliar plantillas de empleados. Se necesita buscar y seleccionar a los mejores—periodistas, administrativos, consejeros  y técnicos—para desarrollar la misión de la radiotelevisión de titularidad pública con garantías de honestidad, calidad y gestión eficiente. Quede claro que “À Punt”, buena marca de tintorería, no sirve tal como está enfocada en su tarea de completar y difundir la información general que necesitan los valencianos. Sin que la condicione la publicidad comercial y el poder. Con el objetivo de promover el uso de la lengua valenciana y además, vertebrar el territorio plural y dispar que se integra en la unidad política de la Comunitat Valenciana.

Pandemia

Los zarpazos de la pandemia Covid-19 al acervo de los derechos civiles –específicamente los periodísticos-- han puesto a prueba los recortes de salvaguarda y derechos constitucionales. Las situaciones de excepción requieren medidas especiales para proteger a la ciudadanía. Pero no ampararse en la dramática crisis sanitaria —“doctrina del shock”, como se la conoce-- para aprobar leyes que nada tienen que ver con ella y que atentan contra derechos fundamentales,  de información, expresión, opinión, de propiedad o legislaciones confiscatorias con la excusa de incrementar la recaudación.  Impuestos establecidos, como el de sociedades –por el que deberían pagar más los que mayores beneficios tienen— no los paga casi nadie. No tiene sentido gravar patrimonios medios, donaciones razonables y herencias legítimas, cuando se consienten prácticas  para que evadan su tributación las grandes fortunas. No es nuevo que el poder político –central y autonómico-- utilice el arsenal impositivo y sancionador, de que dispone, para amedrentar a colectivos sensibles a sus estratagemas. Lo empleaban con saña y corrupción los sicarios de la Hacienda del régimen franquista, se usó con UCD para disuadir y amedrentar, fue esgrimido  por el destacamento del terror jacobino y robespierista, que comandaba Alfonso Guerra, se prodigó durante los gobiernos iliberales del PP y deberían controlarse en el actual gobierno español de coalición (PSOE-U. Podemos). De esta tentación no están exentos los gobiernos autonómicos y locales que se esmeran en intercambiar favores  con los magnates, convencidos estos de que es mejor colaborar con el poder que intentar derribarlo a manos de inútiles.

Peligro

La pandemia ha puesto en peligro el futuro de los medios de comunicación—principalmente escritos— y a prueba  su pervivencia. Si ya estaban en crisis existencial al inicio de 2020, la reducción del mercado publicitario, la crisis comercial y de consumo, la escasez de materias primas y la complejidad de un sector sensible a la inestabilidad, han dejado a las empresas editoras de medios a merced de los poderes públicos. Los que reparten la publicidad institucional con criterios políticos, las grandes compañías, los grupos de presión,  los oligopolios sectoriales y patronales, las grandes fortunas y los “trusts” financieros. Los empresarios de la información están de rebajas y las primeras víctimas son las plantillas y las retribuciones de los periodistas que se reducen a la mínima dimensión.

Libertad de prensa

En el informe sobre la Libertad de Prensa de Reporteros sin Fronteras para 2020, en 180 países, se establece que las amenazas para el periodismo mundial son: geopolítica (agresividad de modelos autoritarios), tecnológica (falta de garantías en la innovación), democrática (polarización, represión), de confianza (animadversión y odio a los medios de comunicación) y económica (precariedad en las compañías editoras y bajas retribuciones de los periodistas, que afectan a la calidad de los medios). China está en los últimos puestos (177) junto con Irán(173) e Irak(162). Europa,  continente, sigue siendo la zona de mayores garantías. Estados Unidos y Brasil son antimodelos en el continente americano, en un segundo lugar. Asia-Pacífico es la que más se deteriora y Oriente medio es la zona más peligrosa. En el repaso de los problemas periodísticos, la crisis tecnológica deteriora la cuenta de resultados y potencia la concentración de medios que acabaran adquiridos a bajo precio. Por parte de inversores para  los que prevalece la rentabilidad a corto plazo sobre la integridad del medio. Política de usar y tirar, sin valorar la pervivencia y la credibilidad.

                   

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