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CV Opinión cintillo

Un año a peor

22 de octubre de 2025 23:00 h

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Con los gritos del sábado y el silencio del miércoles se cumplirá un año. El funeral llega tarde, en línea con otras muchas actuaciones que se han demorado inexplicablemente. El dolor por las pérdidas no pasará nunca, más allá de batallas políticas, los tiempos y la nómina de invitados. Como con la emergencia que no se decretó, la Generalitat ha delegado su papel de facto aunque no oficialmente. No ha estado a la altura a la hora de reconfortar a los afectados, ni en grandes actos ni en pequeños. Tanto tiempo después, hay quien ya no espera nada, incluso, muchos preferirían pasar el día 29 en la intimidad. Es comprensible que muchas víctimas expresen su opinión sobre los invitados del miércoles. Tanto como que todos los partidos piensen cómo se ha llegado hasta aquí en esta situación y con un acto que ha acabado organizando el Gobierno central un año después del día fatídico. Y con un President de la Generalitat que tiene que estar, aunque haga daño con su presencia a muchas víctimas. 

Antes, la manifestación mensual será especial y se prevé multitudinaria. Entre la tristeza y la indignación, será inevitable pensar en las anteriores movilizaciones y en las futuras. En el acordeón de asistencia y el riesgo al olvido general, una vez la mayoría de empresas han vuelto a la actividad o las infraestructuras van entrando en servicio. En la reflexión sobre los doce meses transcurridos y qué ha ido cambiando. Recapitular no debe llevar a la nostalgia ni a la desazón porque evitar que se cronifique la reivindicación es tarea de todos los que cada mes, o cuando pueden y quieren, salen a la calle a protestar. En la proyección de futuro hay imágenes del pasado, las del centenar de concentraciones de las víctimas del accidente del Metro y todos los que las apoyaron. En el Palau se están repitiendo actitudes y métodos. A las puertas, hay que copiar la constancia y aprender de lo vivido y, sobre todo, de lo sufrido.

Los ritmos de la justicia hacen que la reparación y la asunción de responsabilidades tarden mucho más de lo que la cadencia vital marca que es soportable. Pero conviene no olvidar que lo más lento no lo determinan la falta de medios o las garantías procesales de todos los acusados. Lo más desesperante es el goteo de revelaciones que rodean la tarde-noche del día 29 de octubre. En contra de lo que se podía pensar en los primeros meses y tanto tiempo después, queda mucho por conocer. Y ha quedado muy claro que no nos lo van a contar voluntariamente. Cada elemento ocultado, troceado o muteado es una falta de respeto a las víctimas y a la verdad. Conviene no pensar que sabemos suficiente porque, como con las grabaciones, siempre queda algo más. Los datos y detalles no han fluido en ningún momento. La opción del secretismo y la acusación ha sido la elegida desde el primer día. Las actuaciones de la jueza, pese a todos los ataques recibidos, y la investigación periodística nos acercan a la verdad con nuevos detalles. Algunos tan obscenos como el destino de las donaciones. Es vergonzoso que lo que humildemente aportó la gente, euro a euro, esté parado. Las pequeñas contribuciones, que hicieron quienes no les sobra ni pueden obtener réditos de su altruismo, debieron ser canalizadas de inmediato. No se ha hecho en un año. Además, como sucede tantas veces en la gestión de esta tragedia, después de la revelación inicial, el asunto empeora. Se ha empleado parte de esos fondos en unas ayudas recién aprobadas pero no se ha explicado. De nuevo, tras la revelación periodística de este medio hay una realidad susceptible de empeorar. El dinero de gente compungida por la tragedia ha financiado la medalla gubernamental. Porque alguien sí considera que subvencionar la reconstrucción sirve para apuntarse tantos. Y para ello, se utiliza, incluso, el dinero donado. En las zonas más afectadas y más allá mucha gente se pregunta si la extensión de determinadas ayudas a personas que no han sufrido daños pese a vivir en poblaciones castigadas es una manera de comprar votos. El sábado, el miércoles y los días venideros seguirán dando pistas sobre la respuesta.

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