Cuatro propuestas urbanísticas para una Valencia “en estado de emergencia”
Ramon Marrades, economista urbano, lleva tiempo reflexionando con sus compañeros de La Ciutat Construïda y a través de iniciativas como València Vibrant sobre como hacer de la capital valenciana una urbe mejor. Después de un encuentro con muchos de los especialistas en la materia, y antes de las elecciones municipales del 24 de mayo, ofrece cuatro recetas para potenciar todo lo bueno de una ciudad en horas bajas, en estado de “emergencia” por, entre otras cosas, la “inacción municipal”. “A esta ciudad le hacen falta muchísimas cosas, pero en urbanismo podemos identificar un grupo de acciones imprescindibles de aplicación inmediata y relativo bajo coste”, dice Marrades. Estas son:
Urbanismo depredador, l'Horta y el Cabanyal
“En primer lugar, es necesario acabar con el urbanismo depredador y borrar del todo el plan general caduco para apostar por procesos ciudadanos que aprovechen la ciudad construida y respeten el recurso productivo inigualable de l'Horta y la vitalidad social y cultural del Cabañal”.
Participación: Imitar a Nueva York
“A la manera del proyecto Talking Transitions que inició el alcalde Di Blasio en New York y ante la previsión de un gobierno de coalización, es recomendable apostar por la participación ciudadana empezando por una gran conversación técnica y ciudadana sobre las políticas a tomar. Con herramientas online y offline y convirtiendo, porqué no, la Plaça de l'Ajuntament en una verdadera Ágora, la transición participativa serviría para recoger opiniones y preferencias de manera sistematizada, incorporar razonamientos profesionales para sacar a la superficie ese estado sumergido que ha estado administrándonos de manera opaca. Los pactos y las decisiones tomadas en despachos cerrados están condenadas al fracaso y a darse de bruces con la espalda de la ciudadanía. La participación es una herramienta imprescindible para tomar y aplicar decisiones más informadas, más eficientes, apropiadas”.
Más bicis y menos coches
“Eliminar la absurda supremacía del coche en la ciudad, un privilegio disfrazado de liberad. Una recuperación progresiva del espacio público supondrá una herramienta de desarrollo económico, aumentando espacios de encuentro y socialización y reforzando el espacio comercial. La apuesta por la movilidad sostenible y el transporte público es una herramienta de cohesión social y de mejora medioambiental. No necesitamos grandes infraestructuras sino una mejor gestión: prioridad semafórica, coordinación tarifaria, frecuencias y pacificación del tráfico apostando por la bici”.
Reducir los locales vacíos; aprovechar los espacios infrautilizados
“Crear los mecanismos para el aprovechamiento público y privado del espacio infrautilizado: viviendas, solares, equipamientos y comercios. El acceso a un local es la primera barrera para emprender y un local vacío es síntoma de de una enfermedad urbana. Solucionarlo es cuestión de resolver un problema de información e introducir los incentivos adecuados”.
