El proyecto de la consellera Cebrián: Sostenibilidad, madurez y resiliencia
Entre alusiones a la “economía circular”, el “cambio de modelo productivo”, la necesaria “transición ecológica” y, por supuesto, la necesidad de ser sostenible y resiliente, la consellera de Agricultura, Medio Ambiente y Cambio Climático, Elena Cebrián, ha expuesto las grandes líneas de su trabajo en el Fórum Europa Mediterránea. Estas son algunas de las más destacables:
Agricultura
El sistema agroalimentario representa el 16% del PIB y el 14% del empleo y supone un 20% de las exportaciones valencianas, 6.000 millones de euros en el primer semestre de 2016. Pese a todo, el sector tiene graves problemas de rentabilidad por el tamaño de las explotaciones, la estructura de su propiedad y los costes. Y “sin agricultores no habrá agricultura”, dice la consellera.
La Conselleria trabaja para crear un modelo más justo y transparente en la cadena agroalimentaria [mejorar los precios en el campo], potenciar la calidad antes los retos de la globalización (regularidad, variedad y calidad de la producción), fomentar la venta directa -del agro al consumidor sin intermediarios- y aumentar la producción ecológica, un nicho con precios más altos.
En esa línea, Cebrián quiere poner en valor las denominaciones de origen y las indicaciones geográficas protegidas. Se formará a los agricultores con oficinas comarcales. Se impulsará el cooperativismo y, sobre todo, se fomentará la innovación. Es clave la “transferencia” de conocimiento al sector de I+D+I generado en institutos de investigación públicos -el IVIA, por ejemplo- o universidades.
Medio Ambiente
Cebrián afronta, a juzgar por sus palabras, una tarea hercúlea. El “País Valencià ha sufrido años [con el PP en el poder] de especulación, depredación y corrupción”. A esa problema coyuntural se une otro estructural: “La dualidad entre la costa [poblada y rica en términos relativos] y el interior”, con los inconvenientes que conlleva.
En ese campo, la Generalitat quiere recuperar los parques naturales como “motor de desarrollo socio-económico” tras los recortes del PP, fomentar una gestión forestal sostenible -aún reconociendo “que una gestión forestal que no es sostenible no es gestión forestal” y reducir el número de hectáreas quemadas. Aunque la superfície afectada por los incendios lleva varios años estable el número de incendios es muy elevado.
Cebrián tiene varios proyectos para convertir los bosques valencianos en “maduros y resilientes” y quiere fomentar el uso de la biomasa forestal como fuente de energía. En general, afronta su gestión -ironizó frente a algunos críticos- con “alegría infantil”, “porque los niños hablan sin prejuicios, con creatividad, sin estar mediatizados”.
En ese campo de política desacomplejada entran varias iniciativas sobre residuos. La más relevante, la posibilidad de introducir incentivos económicos para fomentar el reciclaje en colaboración con consumidores, industria envasadora y comercios, recibida por uñas y dientes por Ecoembes, el actor monopolista en el sector. Cebrián hizo alusión a su firme intención de introducir el SDDR pero sin insistir en el asunto.
Ley Valenciana contra el cambio climático
Como la protección del medio ambiente y la lucha contra el cambio climático están unidas, Cebrián ha hablado casi sin solución de continuidad sobre reciclaje, economía circular y cambio climático. Sobre reciclaje, más allá del SDDR, Cebrián ha tirado de ortodoxia: hay que apostar por las tres R (reducir el consumo, reutilizar y reciclar) para minimizar las agresiones sobre el entorno. La economía circular - donde los residuos se convierten en recursos ampliando su vida útil- será tenida en cuenta en la conselleria, que ya trabaja en un marco normativo que guíe la lucha contra el cambio climático.
Será la ley valenciana contra el cambio climático, que se prevé en vigor para el final de esta legislatura (2015-2019). Cebrián pretende que este instrumento visualice el compromiso del Consell con el medio ambiente y convierta a la Comunidad Valenciana en el líder español en la lucha contra el cambio climático. A buen seguro en esa ley se hablará de economía circular, el cambio de modelo productivo, transición ecológica, sostenibilidad y resiliencia.
