València planifica la transformación del polígono Vara de Quart en un distrito innovador
La vicealcaldesa y concejala de Desarrollo Urbano Sostenible, Sandra Gómez, ha anunciado este martes el proyecto de transformación del polígono industrial Vara de Quart en Distrito Innovador, que supone la apuesta por “un modelo productivo basado la ciudad del siglo XXI, es decir, en el factor conocimiento y en la creatividad de las personas”.
Tal como ha explicado Gómez, “las ciudades, para ser competitivas, necesitan crear entornos urbanos que favorezcan la creatividad de las personas y la innovación de las organizaciones”.
La vicealcaldesa ha señalado que “las tendencias actuales ya no pasan por localizar industria pesada próxima a los núcleos urbanos, sino industria blanda, innovadora y de base tecnológica”. “Y eso supone una oportunidad para València si creamos entornos urbanos que favorezcan esa creatividad y esa iniciativa dado que, además, nuestra ciudad está logísticamente preparada mediante las conexiones por vía aérea, portuaria y por la red ferroviaria, especialmente dado que va a ser uno de los nodos principales del futuro Corredor Mediterráneo”, ha explicado.
Tal como ha asegurado Gómez, esas características de nuestra ciudad han hecho que numerosas empresas tecnológicas se han interesado para establecerse.
“Pero nuestra principal debilidad es la falta de bolsas de suelo para poder localizar esas grandes, o pequeñas, empresas terciarias”. De ahí este proyecto, que busca aprovechar “las oportunidades que ofrece un espacio prácticamente en desuso, como es Vara de Quart, y relanzarlo como un gran distrito innovador mediante un cambio de planeamiento”, ha manifestado Gómez.
Para poner en marcha esta reconversión se pretende implicar a la Generalitat, universidades, entidades empresariales, agentes sociales, y también a los vecinos y vecinas. Tal como ha explicado la vicealcaldesa, “el mecanismo que se está estudiando para llevarlo a cabo es ofrecer una mayor edificabilidad a aquellas propiedades que decidan cambiar el uso de sus parcelas de industrial a terciario relacionado con la innovación”.
A cambio de este extra de edificabilidad, las nuevas edificaciones podrán aumentar su altura liberando suelo para zonas verdes, y deberán ceder parte para dotaciones al Ayuntamiento. Estas transformaciones se pueden realizar por áreas determinadas, manzanas completas o parcelas. Se deberá reurbanizar la zona para dotarla de una especial calidad ambiental y paisajística y un nivel de servicios adecuado, que le permita convertirse en un distrito innovador de referencia.
El Ayuntamiento utilizará el suelo cedido para generar dotaciones y vivienda pública que ayude a ofrecer vivienda de calidad a
precios razonables.
“En todo caso –ha añadido Sandra Gómez- no se trata de erradicar todos los usos industriales, sino de segregar aquellos menos compatibles con los usos terciarios, manteniendo, por tanto, la posibilidad de implantación de la industria blanda y de la industria tecnológica, relacionada con el manejo de información, software, sistemas informáticos o similares”.
La vicealcaldesa ha destacado la “situación privilegiada del polígono y su potencial para consolidarse como un centro de actividad económica de referencia”.
Todo ello, unido a la demanda que hay de nuevos usos, ha llevado al Ayuntamiento a impulsar este proceso de reconversión del polígono Vara de Quart en un Distrito Innovador que aproveche todas las potencialidades y dé respuesta a las necesidades de la ciudad y de la nueva economía del conocimiento.
De hecho, Gómez ha querido diferenciar entre lo que constituye un distrito innovador y un parque empresarial o tecnológico. Éste es un espacio, generalmente a las afueras de la ciudad, donde existe una suma de empresas cada una en su actividad, e instaladas allí para disponer de oficinas al mejor precio y bien comunicadas.
“Por el contrario, el distrito innovador es un espacio urbano, integrado en la ciudad, y formado por un conjunto de agentes que interactúan (empresas, instituciones start-ups, incubadoras y aceleradoras) compacto, técnicamente conectado, y basado en la ciudad 15 minutos, con viviendas, oficinas, comercio, etc”, ha añadido.
Y ha citado ejemplos, como el 22@ de Barcelona, o las iniciativas similares impulsadas en Bilbao o Palma de Mallorca. “Al final –ha explicado la concejala- las ciudades con este tipo de ecosistemas innovadores pasan a formar parte de una red global de ciudades que compiten por atraer talento e inversiones de valor añadido. València debe potenciar esta transición generando este ecosistema urbano que sirva para que el talento que producen nuestras universidades se quede en la ciudad, así como para atraer talento de otras ciudades”.
Oportunidades de empleo
Además de las ventajas de desarrollo e innovación, una de las características de la implantación de sectores innovadores es que “generan empleo de alto nivel, desde las tecnologías de la información al sector de las ‘ciencias de la vida’, la industria 4.0 (robótica, inteligencia artificial, impresión 3D…), las Fin-Tech, las industrias culturales y creativas o las relacionadas con la transición energética”, ha afirmado Sandra Gómez, que ha citado un estudio del profesor Enrico Moretti, que asegura que “por cada nuevo empleo high-tech en un área metropolitana se crean a largo plazo cinco empleos locales en el sector servicios: dos para profesiones liberales (médicos, abogados…) y tres en sectores como la hostelería o el comercio. Esto quiere decir que la implantación de un distrito innovador, además de crear puestos de trabajo cualificados, genera una demanda en el sector servicios que ayudará a desestacionalizarla, como ocurre con el turismo, manteniéndola todo el año y haciendo que no dependa de la situación económica o sanitaria del resto de países”.
El polígono de Vara de Quart fue creado a mediados del pasado siglo para cubrir las necesidades de suelo industrial de la ciudad y resolver la localización de actividades incompatibles con la vida urbana, buscando nuevos emplazamientos de acuerdo con las directrices del Plan Sur.
Actualmente tiene una superficie que supera las 59 hectáreas, con parcelas edificadas de 2.000 m2 a 22.000 m2 de superficie. A principios de este siglo, el polígono inició una reconversión con la recalificación de los terrenos de la antigua factoría Ros Casares para uso terciario (más de 70.000 m2 y actualmente oficinas), y de Hierros Turia (25.000 m2, que actualmente son un solar).
A lo largo de las últimas décadas se ha ido produciendo un abandono paulatino de industria pesada e implantación de industria vinculada al sector servicios y uso terciario de oficina. Tal como ha explicado Sandra Gómez, “esta transformación se enmarca en el proceso de reconversión general de las zonas industriales a usos residenciales y terciarios, como los casos del Plan de Reforma Interior de Camino Hondo del Grao, el PRI de Parque Central o la manzana de Tabacalera”.
Al tratarse de un polígono consolidado por la edificación, que cuenta con dinámica propia y en el que no puede paralizarse la actividad existente, hay que pensar que la sustitución de los usos se va a producir de manera paulatina en el tiempo, en el escenario del medio y largo plazo, y que la ejecución de la ordenación que se proponga se va a producir, con carácter general, mediante actuaciones aisladas.
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