La vivienda no admite parches
La situación de la vivienda en las principales ciudades del país no admite parches. En València se ha incrementado el precio medio del alquiler un 45% desde 2014. La oferta de alquileres por debajo de 600€ prácticamente ha desaparecido. Hoy el sueño de la emancipación está cada vez más lejos para miles de jóvenes. Los treintañeros se ven condenados a compartir piso y a vivir de trabajos precarios que hace prácticamente imposible que puedan desarrollar sus proyectos de vida.
Esta legislatura el Ayuntamiento de València ha hecho el mayor esfuerzo de su historia en materia de vivienda. En los próximos años se construirán cerca de 350 viviendas sociales, con una inversión que supera los 40 millones de euros. Se ha ayudado a más de 4000 familias a pagar el 40% del alquiler anual. Hemos desarrollado un servicio de asistencia jurídica y mediación ante desahucios para asesorar y acompañar a la gente en sus momentos más difíciles.
El problema es que los ayuntamientos, en el marco competencial actual, solos no podemos, necesitamos el compromiso real de todas las administraciones y de la sociedad para abordar esta situación. Por esto, aceptar un parche ante una situación tan grave no sería otra cosa que mentir a la gente y cronificar la situación de vulnerabilidad de los inquilinos. Es imprescindible poner freno a la subida indiscriminada de los precios del alquiler inmediatamente. Esto solo se puede conseguir si el Gobierno genera el marco que permita actuar a los ayuntamientos allí donde sea necesario.
La delimitación de espacios tensionados por la descontrolada subida del precio de la vivienda permitiría frenar la expulsión de las vecinas y vecinos de sus barrios. Esta sería una medida de emergencia, la solución a largo plazo del problema de la vivienda es crear un parque público para alquiler social. Una tarea en la que nuestro país lleva un claro retraso frente al resto de países europeos. Mientras Austria tiene un 24% de alquiler social y Reino Unido un 17,6% España dispone de un ridículo 2,5%.
A finales de año, el pacto de los presupuestos generales del estado entre el PSOE y Podemos parecía aportar luz al oscuro problema de la vivienda que combatimos diariamente los ayuntamientos. Pero, tristemente, parece que lo que unos defienden en público con cuatro llamadas lo cambian en los despachos. Esta situación ha dado como resultado el intento fallido de convalidar el Decreto Ley de Vivienda. Un decreto que no era más que un parche, maquillaje para simular que se cambia algo mientras todo sigue igual.
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