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Bruselas blinda la devolución de los billetes de avión, censura las cuarentenas generalizadas y pide restaurar la libertad de movimientos “por fases”

Un hombre ataviado con una mascarilla pasa por delante de una terraza recogida de un bar, en el centro de Valladolid.

Andrés Gil

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Tiene que ver con los pilares de la Unión Europea: la libertad de movimientos de personas y mercancías. Pero también con que el peso económico del turismo en la UE, en general, pero sobre todo en algunos países. E, incluso, tiene que ver con la importancia del comercio internacional para la Unión Europea.

Por todo ello, la UE quiere que se vayan abriendo las fronteras interiores en la medida de lo posible, y que, también, se pueda salvar la temporada veraniega en términos económicos, lo cual es clave para media Europa.

Así, Bruselas blinda la devolución de los billetes de avión, si bien apoya la posibilidad de que pueda haber vales para consumir en el plazo de 12 meses y reconoce que puede ser una manera de apoyar las economías maltrechas de las aerolíneas. Pero dice que no puede negarse al consumidor el reembolso en efectivo de su billete. En todo caso, aún no se decide a expedientar países que están protegiendo a las aerolíneas nacionales que se resisten a ofrecer reembolsos, y se limitará a enviar una carta informativa a los 27 gobiernos. Quince países, incluidos España, han pedido a la UE que permita en esta crisis que las compañías no tengan la obligación de devolver el dinero, cosa que rechaza Bruselas.

La Comisión Europea, además, censura las cuarentenas generalizadas –cree que deben ir haciéndose selectivas– como la aprobada este martes por España, y pide restaurar la libertad de movimientos “por fases”.

Así, la Comisión Europea ha presentado este miércoles un paquete de directrices y recomendaciones para ayudar a los Estados miembros a levantar gradualmente las restricciones de viaje y permitir que las empresas turísticas reabran, después de meses de cierre, respetando las precauciones de salud necesarias.

“La libre circulación y los viajes transfronterizos son clave para el turismo”, reconoce Bruselas: “A medida que los Estados miembros logran reducir la transmisión del virus, las restricciones generales a la libre circulación deben reemplazarse por medidas más específicas. Si la situación sanitaria no justifica un levantamiento generalizado de las restricciones, la Comisión Europea propone un enfoque gradual y coordinado que comience por levantar las restricciones entre zonas o Estados miembros con situaciones epidemiológicas suficientemente similares. El enfoque también debe ser flexible, incluida la posibilidad de reintroducir ciertas medidas si la situación epidemiológica lo requiere”.

Bruselas, así, propone actuar sobre la base de tres criterios: “Epidemiológicos, especialmente en áreas donde la situación está mejorando, basada en la orientación del Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC); en la capacidad de aplicar medidas de contención a lo largo de todo el viaje; y consideraciones económicas y sociales, priorizando inicialmente el movimiento transfronterizo en áreas clave de actividad e incluyendo razones personales”.

El Ejecutivo comunitario también ve fundamental “el principio de no discriminación: cuando un Estado miembro decide permitir viajar a su territorio o a regiones y áreas específicas dentro de su territorio, debe hacerlo de manera no discriminatoria permitiendo viajar desde todas las áreas, regiones o países de la UE con condiciones epidemiológicas similares. En el mismo sentido, cualquier restricción debe levantarse sin discriminación, a todos los ciudadanos de la UE y a todos los residentes de ese Estado miembro, independientemente de su nacionalidad, y debe aplicarse a todas las partes de la Unión en una situación epidemiológica similar”.

Las directrices de la Comisión Europea presentan principios generales para la restauración gradual del transporte de pasajeros por avión, tren y vía fluvial: “La necesidad de limitar el contacto entre los pasajeros y los trabajadores del transporte, y los propios pasajeros, reduciendo, cuando sea factible, la densidad de pasajeros. Las pautas también incluyen indicaciones sobre el uso de equipos de protección personal, como máscaras faciales y protocolos adecuados en caso de que los pasajeros presenten síntomas de coronavirus. Las directrices también hacen recomendaciones para cada modo de transporte y exigen la coordinación entre los Estados miembros a la luz del restablecimiento de las conexiones graduales entre ellos de la Unión en una situación epidemiológica similar”.

Es decir, de momento, la Comisión Europea no propone dejar asientos vacíos, sino llevar máscara en los aviones. Se espera que en los próximos días la Agencia de Seguridad Aérea de la Unión Europea (EASA) presente “directrices operativas técnicas para garantizar la seguridad del sistema de aviación europeo y establecerán un protocolo de referencia de seguridad de la salud de la aviación, propuesto para su aplicación en toda la UE”.

La Comisión establece un marco común “para restaurar de forma segura y gradual las actividades turísticas y desarrolla protocolos de salud para hoteles y otras formas de alojamiento, para proteger la salud de los huéspedes y los empleados. Estos criterios incluyen pruebas epidemiológicas; que exista suficiente capacidad del sistema de salud para la población local y los turistas; una potente capacidad de vigilancia y monitoreo y prueba y rastreo de contactos”.

“Estas pautas permitirán a las personas alojarse de manera segura en hoteles, sitios para acampar, Bed & Breakfast u otros establecimientos de alojamiento de vacaciones, comer y beber en restaurantes, bares y cafeterías e ir a playas y otras áreas de ocio al aire libre”, asegura Bruselas.

En cuanto al a polémica por las compañías aéreas que, apoyadas por los gobiernos, no devuelven el dinero sino que ofrecen solo vales, la Comisión Europea recuerda:“Según las normas de la UE, los viajeros tienen derecho a elegir entre cupones o reembolso en efectivo por billetes de transporte cancelados (avión, tren, autobús / autocar y transbordadores) o paquetes de viaje”.

Si bien reafirma este derecho, la recomendación de la Comisión apunta “a garantizar que los cupones se conviertan en una alternativa viable y más atractiva al reembolso de los viajes cancelados en el contexto de la pandemia actual, que también ha ejercido fuertes dificultades financieras para los operadores de viajes”.

Los vales “voluntarios deben estar protegidos contra la insolvencia del emisor, con un período mínimo de validez de 12 meses, y ser reembolsables después de un año como máximo, si no se canjean. También deben proporcionar a los pasajeros suficiente flexibilidad, deben permitir que los pasajeros viajen en la misma ruta bajo las mismas condiciones de servicio o que los viajeros reserven un contrato de viaje combinado con el mismo tipo de servicios o de calidad equivalente. También deberían ser transferibles a otro viajero”.

Los viajes, el transporte, el alojamiento, la alimentación, la recreación y la cultura contribuyen a casi el 10% del PIB de la UE y proporcionan un nicho clave de empleo e ingresos en numerosas regiones europeas. 267 millones de europeos (62% de la población) realizan al menos un viaje de ocio privado por año y el 78% de los europeos pasan sus vacaciones en su país de origen u otro país de la UE.

El ecosistema turístico también ha sido uno de los más afectados por las fuertes restricciones sobre el movimiento y los viajes impuestas a raíz del brote de coronavirus.

La Organización Mundial del Turismo (OMT) prevé una reducción del 20% al 30% en los viajes internacionales, lo que representa pérdidas de entre 280.000 y 420.000 millones para la industria de viajes en todo el mundo. En Europa, el verano es una temporada crucial para la industria.

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