El Athletic abre y cierra en horas el melón de la posible ampliación del nuevo San Mamés: en juego, dinero público
San Mamés se queda pequeño. El estadio del Athletic Club de Bilbao tiene apenas doce años, pero ya en el momento de su construcción se alzaban voces que consideraban que era insuficiente con poco más de 53.000 plazas para un equipo que arrastra a miles de aficionados fieles al club y a su carnet de socio, aunque las cosas vayan mal en lo deportivo, pero mucho más aún si van bien. Y eso es lo que está pasando ahora. La vuelta de Ernesto Valverde al equipo -esta es ya su tercera temporada- está suponiendo un momento dulce, que contenta a los socios, que se sienten recompensados por lo que les cuesta el carné que les garantiza su asiento en los partidos, y que supone un elemento tractor que alimenta la lista de espera para hacerse con el preciado bono. El Athletic tiene 43.835 socios y ya hay 7.000 en lista de espera a los que no se les puede dar respuesta. Y para los que no son socios, cada vez es más difícil conseguir entrada para un partido.
El presidente del Athletic, Jon Uriarte, lanzó este pasado martes la posibilidad de ampliar San Mamés en un futuro y acometer una “inversión muy fuerte” para ampliar el estadio. Lo hizo justo antes del partido de estreno en Champions League contra el Arsenal, con San Mamés a rebosar. “Veremos si en algún momento acometemos una obra mayor con una inversión muy fuerte para ampliar el estadio”, señaló a preguntas de un periodista de Movistar. Uriarte lamentó que haya 7.000 personas en lista de espera para hacerse socio a los que no se puede dar salida, y señaló que se intentan buscar huecos para ampliar aforo “hasta debajo de los asientos, nunca mejor dicho”.
Lo que el martes por la noche era una posibilidad de ampliación a futuro pero posibilidad con “inversión muy fuerte”, al fin y al cabo,vdecayó en horas. El propio Uriarte daba marcha atrás el jueves en su apuesta por la ampliación, y negaba la mayor. “En ningún momento estamos pensando en hacer una inversión millonaria con unas obras de cualquier tipo para aumentar el aforo. No es algo que se haya planteado”, decía el presidente durante una rueda de prensa cuando se le pidió mayor concreción sobre la posible ampliación millonaria que quedó rebajada a tratar de aumentar alguna localidad “con las limitaciones que ahora tenemos”.
Uriarte pidió incluso “disculpas”. “[Igual] no me expliqué bien o no se me entendió bien. Trabajamos en tratar de optimizar el estadio que tenemos a día de hoy. No creo que sea digno de una noticia o que acapara titulares”, señaló ante la bola de nieve. Pero lo cierto es que, además de presidente del Athletic, Uriarte es un empresario bregado en la importancia de manejar la exactitud cuando hay dinero de por medio, por lo que sus manifestaciones abriendo la puerta a una posible “inversión muy fuerte para ampliar el estadio”, más que una equivocación o malentendido suenan a globo-sonda que ha lanzado a ver cómo cae.
Más que nada porque no fue sólo el Athletic o sus socios los que financiaron la construcción del nuevo San Mamés, sino que el estadio se levantó con una importante aportación de dinero público, y cualquier nueva ampliación debería contar con la aprobación de los que, junto con el Athletic, financiaron la construcción de San Mamés. El Gobierno vasco, la Diputación Foral de Bizkaia, el Ayuntamiento de Bilbao -desde el sector público- y Kutxabnak, que constituyen la sociedad San Mamés Barria, que es la dueña del estadio.
De hecho, después de que Uriarte lanzara al aire la posibilidad de inversión, desde la Diputación foral de Bizkaia, su portavoz aseguró que para la institución foral había sido una “sorpresa” escuchar esas declaraciones, y que no les constaba que se hubiera planteado esa posibilidad en el seno de la sociedad conjunta, San Mamés Barria.
El nuevo San Mamés, inaugurado en septiembre de 2013, es decir hace 12 años, costó 186,489 millones de euros, según se constató por el Tribunal Vasco de Cuentas Públicas en un informe de fiscalización a la sociedad San Mamés Barria. De ese mmontante total, 140,889 millones de euros corresponden a la aportación de los socios, a lo que hay que sumar 33,6 millones por el valor del suelo y 12 millones de euros en licencias del Ayuntamiento de Bilbao. El Gobierno vasco puso 50 millones de euros para la construcción, lo mismo que la BBK -en esa época todavía no existía Kutxabank-. Otros 50 millones de euros fueron a cargo de la Diputaciónde Bizkaia, 33 millones de forma directa más otros 17 obtenidos del valor del solar donde se ubica el nuevo campo. La misma cantidad el Atlhetic, 33 millones de forma directa y 17 por el valor del terreno donde estaba el campo antiguo. El Ayuntamiento de Bilbao hizo aportó casi 12 millones para licencias municipales.
La millonaria aportación del Gobierno vasco para el nuevo estadio del club de fútbol bilbaíno vía presupuestos generales se justificó en su día por parte del entonces lehendakari, el socialista Patxi López, en la reserva de parte de las instalaciones para uso público. “Podemos presentar un San Mamés que va a ser utilizado no sólo 30 días al año o en grandes conciertos, sino todos los días del año”, argumentó entonces el Gobierno vasco. Uno de los proyectos que estaban destinados a ocupar las nuevas instalaciones era un módulo de atletismo de 112 metros de largo por 12 de ancho, una pista de 60 metros lisos y zonas para salto de altura, triple salto, salto de longitud, salto de pértiga y lanzamiento de peso.
El Gobierno vasco, además, se había comprometido a abrir un centro de innovación y otro de medicina deportiva. En 2017 el Gobierno, ya en manos del PNV, desechó la pista de atletismo por no constituir “una prioridad” en esos momentos, pero, también a través de una respuesta parlamentaria aseguraba que definiría “a corto plazo un proyecto para este espacio”. Ya en 2022 el Gobierno vasco ratificó que no tenía previsto “ningún proyecto concreto” para instalar en el estadio de San Mamés, pese a que la utilización pública de parte del espacio fue una de las condiciones que se fijaron por el Ejecutivo para la aportación monetaria.
Doce años después de su construcción el único uso público que tienen las instalaciones son las de polideportivo de titularidad municipal que está instalado en los bajos de estadio, con 4.838 metros cuadrados y capacidad para casi 600 personas y piscina municipal cubierta, que sólo puede usarse, como es lógico, los días en lo que no hay partido o en el estadio no está programado ningún otro acto. Además, se ha usado en diversos conciertos promovidos por la Diputación Foral de Bizkaia.
En función del contrato de arrendamiento que se firmó en 2013, por un periodo de 50 años, y prorrogable otros 50, y que se conoció también por el informe fiscalizador del Tribunal de Cuentas, el Atlhletic paga una renta a San Mamés Berria de 500.000 euros anuales que se actualizan anualmente en función del IPC. Transcurridos 50 años, es decir, en 2063, el Athletic tendrá opción de compra por 66 millones de euros.
El caso de la financiación del campo del Athletic no es único, aunque sí ha sido el más cuantioso. Por ejemplo, las reformas del estadio de Anoeta supusieron un coste de 50,7 millones de euros, de los que la Real aportó 36,7, el Gobierno vasco diez millones y la Diputación Foral cuatro. El dueño del Deportivo Alavés, Josean Querejeta, también lleva años demandando una ampliación de Mendizorroza.
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