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Los Gobiernos vasco y navarro compartirán datos y su banco de ADN para facilitar la localización de represaliados del franquismo

Las consejeras Artolazabal y Ollo, en el centro, con sus respectivos equipos, este miércoles en Bilbao

Iker Rioja Andueza

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Las comunidades autónomas de Euskadi y de Navarra han suscrito este miércoles en la sede del Instituto de la Memoria (Gogora), ubicada en Bilbao, un convenio de colaboración en materia de “memoria, paz, convivencia y derechos humanos”. Entre las concreciones del protocolo se halla el intercambio de información entre los respectivos bancos de datos y de ADN para facilitar el esclarecimiento de episodios de la represión franquista, según han expuesto las consejeras de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales, Beatriz Artolazabal, y de Relaciones Ciudadanas, Ana Ollo, respectivamente.

Artolazabal ha deseado que afectados de ambas comunidades “puedan beneficiarse de la información de esas bases de datos para buscar a ese familiar que no saben dónde se encuentra”. Ollo ha añadido se trata de interconectar dos sistemas ya operativos y de “referencia” en España. “No todas las autonomías tienen bancos de ADN y menos bancos de ADN públicos”, ha enfatizado para destacar que, solamente en Navarra, “casi un tercio” de los 3.000 represaliados “no han aparecido” y que, en algunos casos, incluso habiendo aparecido la identificación es compleja.

La consejera vasca Artolazabal, como anfitriona de la firma, presidida por la ikurriña y la bandera foral, ha destacado que al acuerdo es importante por el “qué” -son “materias clave para la vida”- y por el “quién” -ya que se da entre “hermanos” y “vecinos”-. Ambas mandatarias han hecho referencia a que se están desarrollando programas similares y han hecho mención especial a que el Tribunal Constitucional ha dado ya luz verde a la norma navarra para la reparación de las víctimas de violencia policial, como antes ocurrió con la vasca. Asimismo, han subrayado que la “memoria” es un eje para una “convivencia” en el siglo XXI desde parámetros de “diversidad” y de reconocimiento de las injusticias de las vulneraciones de derechos humanos. Y han hecho votos por mantener esta buena sintonía en el futuro: “No va a haber viento que se lleve nuestra firma”.

En relación con la actualidad, ambos Gobiernos han saludo la inauguración el próximo martes, 1 de junio, del Memorial de las víctimas del terrorismo impulsado por el Estado en Vitoria y que abarcará la violencia de ETA pero también la de los GAL o grandes atentados yihadistas. Estará presidido el acto por el jefe del Estado, Felipe VI, y por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y Euskadi y Navarra son también parte del patronato, como han recordado. No obstante, en el caso del área que dirige Artolazabal se plantean también otros proyectos memorialísticos en Bilbao (Gogora abarcará el terrorismo, las víctimas policiales y la Guerra Civil), en Gernika (en relación con el bombardeo de 1937) o en la misma Vitoria (en el barrio de Zaramaga por el 3 de marzo de 1976). 

Finalmente, Artolazabal y Ollo han destacado como primeros tres hitos del convenio de colaboración la celebración de una jornada sobre la digitalización al servicio de la memoria -precisamente sobre bases de datos de la Guerra Civil-, una exposición sobre un artista navarro que se exilió, Gerardo Lizarraga, y una jornada sobre la implicación de la incorporación de los derechos humanos a las buenas prácticas de las empresas como ha ocurrido con el medio ambiente, la igualdad o la responsabilidad social. Este entendimiento, según ha destacado Ollo, se ha reactivado desde 2015, cuando Uxue Barkos accedió a la presidencia tras relevar a UPN. La composición de los respectivos gabinetes vasco y navarro es muy similar. Iñigo Urkullu lidera una coalición de PNV y PSE-EE y María Chivite otra PSN y Geroa Bai (la suma de PNV y Socialverdes) con un consejero de Podemos.

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