PNV y PSE-EE se dan una tregua y escenifican una reconciliación: “Es mucho más lo que nos une que lo que nos separa”
Por triplicado, PNV y PSE-EE, socios en Euskadi tanto en el Gobierno vasco como en las diputaciones y el grueso de los ayuntamientos, han querido escenificar este jueves una reconciliación después de dos intensas semanas de cruce de declaraciones. Lo más evidente: los dirigentes Joseba Díez Antxustegi y Ekain Rico han ofrecido una rueda de prensa conjunta en el Parlamento. Lo menos visible: horas antes, sus líderes Aitor Esteban y Eneko Andueza han mantenido una conversación para reconducir la situación y, después, el lehendakari, Imanol Pradales, se ha tomado un café en el Parlamento con el propio Andueza.
“Es mucho más lo que nos une que lo que nos separa”, ha solemnizado Díez Antxustegi, portavoz nacionalista en el Parlamento y miembro de peso del Euzkadi Buru Batzar. Ha habido “algunos momentos de tirantez” pero “la relación es totalmente normal”, ha despejado a preguntas de los periodistas. Rico, de su lado, ha constatado que representan a “dos formaciones” diferentes pero que “para mejorar” Euskadi se han puesto de acuerdo en “multitud de puntos en común”. La comparecencia era para presentar una iniciativa con la que buscan una “condena” a los disturbios del 12 de octubre en Vitoria, en busca de que EH Bildu se avenga a usar ese término.
Antes, en Euskadi Irratia, Esteban ha revelado que había mantenido una conversación con Andueza. Fue este miércoles. Fuentes socialistas han confirmado la charla, que fue telefónica y no presencial. Es incierto que “no haya confianza” entre él y Andueza, ha recalcado el presidente del PNV, que ha apelado al “diálogo interno” y “civilizado” para dar cauce a las discrepancias. “Algunas cosas no están consensuadas en el acuerdo y entonces cada uno irá por donde quiera, pero tras hablarlo antes internamente”, ha asegurado. Andueza también ha departido con Pradales aprovechando un receso del Parlamento. Ha sido “amigable”.
El fuego cruzado se inició con la votación sobre la reforma legal para blindar las exigencias de euskera en la Administración. El PNV no solamente la presentó en solitario sino que se apoyó en EH Bildu para iniciar su tramitación. El PSE-EE se mostró en contra. Después, a modo de bola de nieve, han ido surgiendo otros temas, como el puerto de Pasaia, la migración y la vivienda. En la refriega han participado los líderes, consejeros y hasta cargos territoriales. Hubo la pasada semana un intento de bajar el suflé y, de hecho, Díez Antxustegi llegó a exponerlo ante los medios de comunicación, pero Andueza insistió en las críticas a pesar de las llamadas permanentes a la “estabilidad” de Pradales.
En el anterior choque entre socios, de primavera, Pradales bromeó que habían pasado un catarro. Las partes no son capaces de calibrar si la tregua actual será larga o si vendrán nuevas turbulencias. Fuentes de la coalición ya asumen que, en efecto, podrían regresar pronto las turbulencias. “Hay asuntos en los que no vamos a coincidir, porque no hay voluntad de hacerlo. Hay que gestionar estas cosas”, insisten.
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