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Los 65.000 jornaleros del campo extremeño ya tienen convenio

Firma del convenio del campo de Extremadura entre sindicatos y patronal, excepto Asaja

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Los sindicatos, la Asociación de Fruticultores de Extremadura (Afruex) y las organizaciones agrarias, a excepción de Asaja Extremadura, han firmado finalmente este viernes el nuevo convenio del campo extremeño, después de varios de aplazamientos a la hora de rubricar el documento.

De hecho, la firma de este nuevo convenio del campo extremeño estaba prevista a primera hora de la mañana, a tenor del acuerdo inicial de todas las partes, pero se optó por aplazarlo para cerrar “algunos detalles”, lo que exigió volver a asentarse.

Finalmente, la parte sindical, UGT y CC.OO, Afruex y las organizaciones agrarias, a excepción de Asaja Extremadura, han plasmado sus respectivas firmas en el nuevo convenio. A la espera de conocer los últimos detalles del documento, el acta inicial sobre el que había una cuerdo previo recogía que tendría una vigencia de tres años, con revisión de la cláusula salarial anualmente, y beneficiará a unos 65.000 trabajadores.

En otra de las cuestiones que había encallado las negociaciones era en la relativa al complemento de antigüedad, en la que se ha conseguido, como pedían las organizaciones agrarias, que se compute por jornada de trabajo efectiva.

Según ha explicado el presidente de Apag Asaja, Juan Metidieri, “no se podía entender” que un trabajador se le acumule antigüedad con varios empresarios o que en un año, trabajando 10 días con un empresario, se le compute el año entero.

El nuevo convenio mantiene las 1.768 horas laborales, como en el antiguo, con la única variación de que “la hora del bocadillo pasa a ser por cuenta del trabajador en jornadas de hasta seis horas y media”. También establece, en materia de complementos, el abono mensual de 30 euros en concepto de distancia, en lugar de una cuota de un euro por día trabajado como recogía el anterior.

Metidieri, que ha calificado de “ansiado” el acuerdo, ha explicado que se ha conseguido el compromiso con la administración para que se ponga a funcionar ya la tarjeta profesional agraria, que recoja la formación de cada trabajador “y no se tenga que estar actualizando cada vez que se le hace un contrato con un empresario nuevo”.

En cuanto a la decisión de Asaja de impugnar el acuerdo, ha dicho que aunque la situación es complicada “hay que ponerse en la piel del trabajador” y ha abogado por “no crear más polémica”.

Para el secretario general de UPA-UCE, Ignacio Huertas, es una satisfacción que después de tantas reuniones “se haya impuesto la responsabilidad” en un convenio, que ha calificado de “histórico” y que es el más importante de Extremadura, y que ha necesitado de una negociación muy difícil.

“Asaja y La Unión querían conflicto”

En este sentido, ha recordado que con la actual composición de la mesa -tras la inclusión de Afruex por sentencia judicial- se llevaba negociando año y medio, que ha tenido que salvar cuestiones como el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) o la reforma laboral. No obstante, se ha congratulado de que todas las partes hayan puesto el interés de los agricultores y trabajadores por delante, y que se logre “paz social” y una seguridad jurídica que servirá para luchar contra la falta de mano de obra en el campo “y que las reglas de juego estén definidas”.

Sí ha criticado la actitud de las organizaciones agrarias que han pedido que no se firmase el acuerdo (Asaja y La Unión) y se ha preguntado “a quién defienden” y cree lo que único que querían “era conflicto”.

Para Huertas, lo importante es que se ha logrado un acuerdo “razonable, equilibrado para todas las partes y que ha mejorado el anterior” y ha añadido que en lo que se refiere a las tablas salariales, recoge lo que establece el SMI, por lo que no hay un cambio sustancial.

Por su parte, el coordinador de COAG, Juan Moreno, ha reconocido que “para llegar a acuerdos todos tienen que dejar pelos en la gatera”, pero ha añadido que lo más importante es que se ha conseguido un acuerdo que da “seguridad y tranquilidad a sector”, criticando también la actitud de los que no lo han suscrito.

El dirigente de Afruex, Miguel Angel Gómez, también se ha congratulado de contar “por fin” con un convenio bueno, adaptado a las circunstancias actuales, respetando todos los derechos de los trabajadores y que las empresas tengan suficiente flexibilidad, que puede ser muy favorable para todo el sector, pero muy especialmente para el de la fruta.

En cuanto a los sindicatos, el secretario regional de FICA-UGT, Ricardo Salaya, se ha mostrado satisfecho por la firma de un convenio “contra todo pronóstico”, ya que esta mañana había “algunos desacuerdos” que finalmente se han conseguido salvar “y que permiten preservar derechos de los trabajadores e incluso alguna mejora”.

Cree que el respaldo que le dieron los trabajadores a la convocatoria de huelga “le dio el empujón definitivo” para desbloquear la negociación, un aspecto en el que ha coincidido con el responsable de Industria de CCOO, Saturnino Lagar.

Según Lagar, con la entrada en vigor del nuevo convenio, tan pronto sea publicado en el Diario Oficial de Extremadura, el salario diario será de 52,69 euros diarios, un salario que considera “digno, comparado con el que se traía de atrás”.

Puntos “irregulares”

Asaja Extremadura impugnará el nuevo convenio al considerar algunos de sus puntos “irregulares”, según ha anunciado el presidente de esta organización Asaja Extremadura, Ángel García Blanco, que ha estado presente en la reunión en la que se ha cerrado la negociación, pero considera que “diversos puntos del convenio se encuentran fuera de la ley, como confirman varias sentencias al respecto del Tribunal Superior de Justicia de Extremadura, en lo referente a los complementos absorbibles y la antigüedad” y que, según calcula, supondrán, un 4 % más de coste para los productores agrarios, que ya atraviesan una situación muy complicada para su supervivencia.

García Blanco ha criticado que el acuerdo se establece además por un periodo “excesivo” de tres años, cuando hay una situación de absoluta incertidumbre económica mundial provocada por la guerra en Ucrania, que precisamente está afectado a la producción agraria y a la alimentación, ante la escasez y subida de precios de productos esenciales como el pienso. “Y no digamos ya el alza de precios en España con respecto a los carburantes, luz eléctrica, fertilizantes, etc., que hacen inviable el futuro de las explotaciones agropecuarias”, según el presidente de Asaja Extremadura.

Con todo este contexto, el presidente de Asaja Extremadura ha considerado “irresponsable” que el resto de organizaciones agrarias hayan claudicado al “pacto del pijama”, gestionado desde el poder político “simplemente por cuestiones electoralesm pensando sólo ya en las próximas elecciones autonómicas de menos de un año, sin importarles la salud de las explotaciones agrarias extremeñas”.

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