La oposición gallega recrimina a Rueda que las políticas de igualdad “le molesten” a Feijóo y al PP

Alfonso Rueda busca estar en misa y repicando. Su partido, el PP, pacta con la ultraderecha a lo largo y ancho de la península y sus gobiernos acuerdan eliminar concejalías y consejerías de Igualdad, pero él afirma sumarse a “las felicitaciones por el Día del Orgullo” y a una Galicia “tolerante y diversa”. Su antecesor, mentor y superior Alberto Núñez Feijóo anuncia que, de gobernar el Estado, suprimirá el Ministerio de Igualdad, pero Rueda califica de machista al BNG por apoyar la ley de solo sí es sí “que pone a los violadores en la calle”. Solo unos minutos después de la sesión de control al presidente en el Parlamento de Galicia en la que afirmó estas cuestiones, el PP gallego votó en contra de una iniciativa socialista, apoyada por el BNG, para desarrollar la ley gallega de no discriminación al colectivo LGTBI.

Fue precisamente la portavoz del PSdeG, Begoña Rodríguez Rumbo -tomó la palabra en sustitución del habitual Luis Álvarez-, quien había expuesto en su intervención que a Feijóo “le molestan las políticas de igualdad”. Su pregunta al presidente de la Xunta de Galicia versaba sobre la situación del empleo en la comunidad. “Galicia va bien a pesar del gobierno gallego”, argumentó en defensa de las políticas del Ejecutivo central. Y eso que, añadió, existe un diferencial negativo, resumido en factores como la falta de ejecución presupuestaria en la materia (el 34,2% sin ejecutar en políticas de empleo desde 2009), en “el podio gallego” en la emigración de titulados universitarios (8.257 en 2022, según la Conferencia de Rectores) o la brecha salarial de género (un 19,1% anual a favor de los hombres).

Alfonso Rueda obvió la mayoría de los datos aportados por la socialista. Con su estilo habitual de menosprecio a las cifras que no ofrece él -aunque sean oficiales, como era el caso-, instó a “hablar en serio” y “sin consignas”. “Tenemos mejores números que el resto de España”, aseguró. En realidad, la recuperación económica y laboral en Galicia posterior a la pandemia ha ido a menor ritmo que la media. Sobre el gasto presupuestario escaso, se conformó con decir que se parece al de otras comunidades. Y si la socialista le había mencionado el empeño del PP en oponerse a las mejoras para os trabajadores -fue contrario a la subida del salario mínimo, a la reforma de la reforma laboral o al incremento de las pensiones públicas-, Rueda se aferró únicamente a un desliz de Rumbo. “Votamos a favor del Ingreso Mínimo Vital, infórmese, con la promesa de que lo traspasaría a la comunidad autónoma, y nada”, dijo. Lo que sí hizo su gabinete fue declarar incompatible por ley la Risga (renta de inclusión social de Galicia) autonómica y el Ingreso Mínimo Vital estatal.

Rueda culpa al BNG de 14 años de gobiernos populares sin nuevas competencias

Sobre las competencias y el desarrollo del Estatuto de Autonomía trató, precisamente, la intervención de Ana Pontón, líder del BNG. Los sucesivos gobiernos del Partido Popular en Galicia, primero con Feijóo al frente y Rueda como su segundo y ahora con éste de presidente, han batido un singular récord: en 14 años no han obtenido ninguna nueva transferencia relevante. Ni con Zapatero, ni con Rajoy, ni con Sánchez en la Moncloa. Mientras, Catalunya se hizo con 11, Andalucía con 14 y Euskadi con 26, repasó Pontón. Y, según su opinión, se debe a dos razones: “La primera es que, como sucursal, son el caballo de Troya del centralismo. Y la segunda, es que el PP es completamente inútil para defender los intereses de Galicia”. La respuesta del presidente de la Xunta a la cruda realidad de los hechos resultó no por previsible menos inaudita: la culpa es del BNG.

Para articular una justificación de semejante declaración -los nacionalistas gallegos están en la oposición desde que, en 2009, Feijóo consiguió la primera de cuatro mayorías absolutas-, se extendió en el apoyo del Bloque al Gobierno de coalición. “Usted paró el contador en 2019”, le dijo, “cuando Sánchez se hizo presidente”. El BNG apoyó el pacto entre Partido Socialista y Unidas Podemos, pero su único diputado en el Congreso, Néstor Rego, se ha mantenido al margen de muchos de los acuerdos del llamado bloque de investidura. Según Rueda, eso convierte a la formación nacionalista en poco menos que un apéndice del PSOE y de que Galicia no haya logrado nuevas competencias. A lo que no se refirió es que fueron los sucesivos gabinetes del PP gallego los que ni siquiera las solicitaron. “Empieza usted a ser una caricatura de sí mismo, señor Rueda”, fue lo que replicó Pontón, “14 años gobernando y la culpa es del BNG”.