Qué es y cómo funciona la polémica censura militar de Israel a la prensa

En la ofensiva que Israel lanzó el pasado viernes contra Irán y que continúa esta semana, la propaganda es un elemento muy importante. Pero también lo es la censura informativa –tanto de las operaciones de las Fuerzas de Defensa de Israel en suelo iraní, como de los ataques dirigidos contra el Estado judío–.

El Ejército israelí ha pedido a los ciudadanos “no publicar ni compartir las ubicaciones ni las imágenes de los impactos” de los misiles que Irán está lanzando a diario contra Israel en respuesta a la campaña de bombardeos iniciada el viernes por el Gobierno de Benjamín Netanyahu.

“El enemigo monitorea estas imágenes para mejorar su capacidad de impacto. ¡Sea responsable! No comparta ubicaciones en línea”, dice un breve comunicado castrense que ha sido difundido repetidamente en los últimos días, cuando una oleada de misiles alcanza Israel –donde han fallecido al menos 23 personas desde el viernes, mientras más de 220 han perdido la vida en Irán–.

Las instrucciones para la prensa son mucho más estrictas que las que el Ejército da a los ciudadanos de a pie. El censor militar, el general Kobi Mandelblit, ha emitido varias órdenes desde el pasado viernes con nuevas indicaciones sobre la censura de los medios de comunicación, que se suman a las que se aplican a la cobertura de la guerra en Gaza, desde el 7 de octubre de 2023.

Muchos contenidos relacionados con la ofensiva israelí en Irán y la respuesta de Teherán deben pasar el filtro de la censura militar antes de ser publicadas. Es el caso de la información sobre las operaciones y capacidades militares del Ejército, planes de defensa y emergencia en Israel, daños en suelo israelí y en sus infraestructuras, coordinación con socios regionales, información de Inteligencia, etc.

No difundir imágenes ni la localización

En concreto, el censor militar ha pedido a los medios de comunicación que remitan a las autoridades cualquier material impreso o digital sobre el lugar de un ataque en Israel, así como sobre el tipo de proyectil empleado (misiles, drones, etc.). Además, ha alertado a las televisiones de que tengan especial cuidado con la información que ofrecen en sus emisiones en directo desde el lugar del impacto de los proyectiles lanzados por Irán, que no difundan la dirección exacta si el blanco del ataque es civil y que no tomen imágenes si es militar. Los medios tampoco pueden emitir imágenes de los sistemas de defensa aérea israelíes o de la interceptación de proyectiles, tampoco vídeos que circulan en las redes sociales.

Estas últimas instrucciones también interesan a los medios extranjeros, que habitualmente no tienen que someterse a la censura militar previa. Este jueves, la policía israelí ha impedido a algunos medios internacionales que filmaran los sitios donde impactaron misiles iraníes, según ha informado la prensa local.

“Es necesario destacar y aclarar la política de censura sobre este aspecto. Su principal propósito es evitar que se ayude al enemigo durante los tiempos de guerra, lo cual constituye una amenaza tangible a la seguridad del Estado”, escribe el general Mandelblit en uno de los documentos enviados a los medios de comunicación en los pasados días.

De hecho, el censor militar puede censurar una parte del contenido o prohibir su publicación sólo cuando considera que afecta a la “seguridad nacional”, pero ese concepto puede abarcar muchas informaciones en medio de un conflicto.

Desde Reporteros sin Fronteras, Martin Roux, responsable de la Oficina de Crisis, explica que todos los medios de comunicación en Israel están obligados por ley a someter a la censura militar cualquier artículo o reportaje relacionado con “cuestiones de seguridad”. “El término es muy vago y, por lo tanto, puede aplicarse a una amplia variedad de historias”, dice a elDiario.es Roux.

Agrega que “la opacidad del proceso lo hace aún más peligroso, ya que fomenta la autocensura y puede permitir que el censor favorezca a ciertos medios de comunicación sobre otros”. Parte de esa opacidad es que los medios de comunicación no pueden indicar cuando una información ha sido censurada, por lo que el público no lo sabe. Los medios sí pueden apelar las decisiones del censor y dirigirse a un comité formado por un ciudadano, un representante del Ejército y uno de la prensa, y el veredicto de ese comité es vinculante.

“En contra del derecho del público a estar informado”

“La censura militar en Israel atenta, por definición, contra la prensa libre e independiente. Va en contra del derecho del público a estar informado, un derecho que RSF defiende en todo el mundo”, afirma el responsable de la Oficina de Crisis de la organización.

La institución del censor militar data de la época del mandato británico sobre Palestina. Israel, después de su creación en 1948, la ha mantenido y ha regulado su trabajo. En tiempos de paz, son los editores de cada medio los que evalúan qué informaciones deben ser revisadas por la censura militar antes de su publicación, aunque el censor puede pedir a posteriori que se eliminen algunos materiales que han sido publicados sin pasar ese filtro.

En momentos de conflicto, el censor redobla la supervisión de los medios, tal y como ha sucedido desde que Israel lanzó su brutal ofensiva contra Gaza –donde ha matado a más de 55.000 palestinos en poco más de 20 meses– y, aún más, desde que empezó su campaña de bombardeos contra el régimen de Irán hace una semana.

Recientemente, la publicación independiente +972 Magazine denunció que la censura militar había aumentado considerablemente en 2024, coincidiendo con la guerra en Gaza y las ofensivas israelíes en Líbano y en Siria, además de los bombardeos en Yemen. El año pasado, el censor prohibió la publicación de 1.635 informaciones y censuró partes de más de 6.000. Los medios de comunicación enviaron al censor militar 20.770 informaciones, casi el doble que el año anterior, y un 38% de ellas fueron censuradas, siete puntos porcentuales más que en 2023.

Los datos fueron proporcionados por el censor militar en respuesta a una solicitud de +972 Magazine y el Movimiento para la Libertad de Información en Israel, pero el censor no ofreció los motivos por los que censuró ese material. Según el análisis de los datos, no sólo aumentó la censura en 2024, sino el porcentaje de informaciones que fueron censuradas en su totalidad y la frecuencia con la que fueron censuradas.

RSF ha constatado “el constante declive de la libertad de prensa en Israel tras el 7 de octubre de 2023”. “En el contexto de la ofensiva israelí en Gaza y los múltiples frentes que [Israel] abrió en Oriente Medio, miembros del Gobierno israelí están utilizando una retórica agresiva contra los medios de comunicación que informan sobre estas guerras de una manera que contraviene la narrativa oficial”, denuncia Roux. “En los últimos 20 meses se ha vuelto cada vez más difícil producir periodismo independiente y crítico en Israel”, añade.

El representante de RSF recuerda la difícil situación de los periodistas que tratan de informar sobre el terreno y de los que ya no pueden hacerlo, como la cadena de televisión qatarí Al Jazeera, cuya actividad ha sido prohibida por las autoridades israelíes. “En Gaza y la Cisjordania ocupada, las agresiones y asesinatos perpetrados por el ejército israelí contra periodistas persiguen el mismo objetivo: aniquilar la contranarrativa. Para ello, el ejército israelí ha asesinado a casi 200 periodistas en Gaza en un intento de imponer un silencio informativo en el territorio”.

Desde el comienzo de su guerra de castigo contra la población gazatí, Israel ha vetado el acceso a la prensa a la Franja y ha atacado repetidamente a los periodistas palestinos que han estado informando desde el enclave. Según las autoridades locales, más de 220 informadores han sido asesinados, algunos de ellos, en sus casas junto a sus familias.