El Gobierno británico da marcha atrás en sus políticas contra la crisis climática
El primer ministro británico, Rishi Sunak, ha anunciado este miércoles que revertirá parte de los planes de su Gobierno para reducir las emisiones más contaminantes. El líder conservador ha cedido a la presión del ala más a la derecha de su partido y de los activistas que llevaron al país al Brexit y ahora hacen campaña contra las restricciones de tráfico, la prohibición de las calderas de gas y el objetivo de cero emisiones netas para 2050.
Sunak se había comprometido hasta ahora con los planes defendidos durante años por Boris Johnson y otros líderes conservadores para que los hogares sean más eficientes, los ciudadanos escojan el tren en lugar del avión y sean más conscientes del impacto del consumo de carne en su salud y en el medioambiente. Reino Unido es, de hecho, uno de los países más avanzados en sus medidas contra la crisis climáticas: hasta ahora, el país tenía objetivos considerados “casi suficientes” por el Climate Action Tracker, un proyecto científico que sigue las políticas tomadas por grandes países y donde la Unión Europea sale peor.
Sunak ha cambiado tras las críticas de una parte de su partido y la impopularidad entre sus votantes de algunas medidas concretas. El primer ministro asegura que mantiene el objetivo de cero emisiones netas para 2050, que es obligatorio según la ley británica aprobada en 2019, pero dice que se trata de alcanzarlo en una manera “más proporcionada”. “Si seguimos por este camino, vamos a perder el consentimiento de los británicos”, dijo Sunak en una rueda de prensa en Downing Street. El premier asegura que los planes hasta ahora suponen “costes excesivos” para los ciudadanos y cree que algunas medidas no son necesarias porque el Reino Unido ha reducido más sus emisiones que otros países.
En aparente referencia a Boris Johnson, Sunak aseguró que las medidas medioambientales se habían tomado “sin un debate nacional informado”. Johnson está entre los tories que criticaron este miércoles el paso atrás de Sunak: “Reino Unido no puede permitirse titubear ahora”, se quejó el ex primer ministro.
Entretanto, Suella Braverman, la ministra del Interior y conservadora del ala dura del partido, defendió los nuevos planes del Gobierno: “Tenemos que adoptar un enfoque pragmático y proporcionado y que también nos sirva para nuestros objetivos. No vamos a salvar el planeta llevando a la quiebra a los británicos”, dijo en una entrevista en Times Radio.
El Gobierno británico insiste en que no abandonará sus compromisos, si bien no aclara cómo los cumplirá después de cuestionar medidas y plazos ya en marcha.
Según el plan anunciado este miércoles, el Gobierno retrasará la prohibición de vender coches nuevos de gasolina y diésel de 2030 a 2035 y mantendrá más años al menos el 20% de las calderas de gas, que iban a ser eliminadas del todo en la próxima década. Además, Sunak también prescindirá de las multas para los caseros que no hagan reformas para asegurar la eficiencia energética de sus propiedades, de los impuestos extra a los vuelos y de cualquier plan para animar a los consumidores a que compartan trayectos en coche o cambien su dieta.
Sunak dijo que sólo está siguiendo el ejemplo de otros países europeos, entre los que citó a España, que, según el plazo máximo establecido por la Unión Europea, seguirá vendiendo coches de gasolina y diésel hasta 2035.
El anuncio coincide con la cumbre de Naciones Unidas centrada en la crisis climática en Nueva York y a la que Sunak no ha asistido. Algunos de los participantes criticaron este miércoles la marcha atrás de Sunak. “Es la decisión equivocada”, dijo Al Gore, ex vicepresidente de Estados Unidos y activista medioambiental.
Los fabricantes de coches, en contra
Entre los críticos de la marcha atrás de Sunak están los fabricantes de coches, que prefieren incentivos para vehículos eléctricos e híbridos y se quejan de que ya han invertido para la transición prevista.
Ford defiende en un comunicado que el objetivo de 2030 es “un catalizador vital” para su empresa y los cambios de política ahora no benefician ni a los fabricantes ni a los consumidores. “Nuestro negocio necesita tres cosas del Gobierno británico: ambición, compromiso y consistencia. Relajar el objetivo de 2030 supondría socavar los tres”, dice Lisa Brankin, la jefa de la división británica de la empresa estadounidense.
BMW también dice que seguirá adelante con sus planes para que su coche MINI, que se fabrica desde hace más de un siglo en Oxford, sea “completamente eléctrico en todo el mundo desde 2030”. Según la empresa, el anuncio del Gobierno británico no tendrá “ningún efecto en esta decisión”.
El jefe de la patronal de fabricantes de coches, Mike Hawes, también se quejó en una entrevista a la BBC de que retrasar los plazos ahora manda un mensaje “muy confuso” a los consumidores.
'Tories' divididos
Los laboristas aseguran que, si llegan al Gobierno en las próximas elecciones, como sugieren las encuestas por sus casi 20 puntos de ventaja, devolverán los plazos a su estado original.
Más allá de la oposición, Sunak se enfrenta a las críticas de una parte de su propio partido, que ha empujado algunas de las medidas que ahora quiere retrasar. Según el Guardian, un grupo de tories está incluso hablando ya de recoger cartas contra Sunak para pedir una moción que lo destituya por el giro sobre la política medioambiental. Zac Goldsmith, lord conservador y secretario de Estado de Medio Ambiente hasta que dimitió en junio, describió la decisión de Sunak como “un momento vergonzoso” y pidió elecciones anticipadas.
“La política verde es un asunto que divide al Partido Conservador”, explica a elDiario.es Hazel Healy, editora para Reino Unido de DeSmog, una web activista especializada en la investigación de políticas climáticas. “Pero la acción climática está en la ley del Reino Unido y tiene un amplio apoyo, y al partido no le irá bien si lo ignora y deja de hacer políticas basado en lo que leen en el Telegraph, que con el Sun, está intentando construir una guerra cultural”. A la vez, Healy comenta que los gobiernos tienen que centrarse en hacer políticas climáticas que “mejoren la vida de los más pobres de la sociedad o cualquier gobierno se arriesga a que los populistas tomen el control de ese relato”.
La mayoría de los británicos están preocupados por el cambio climático y están convencidos de que se debe a la actividad humana. Pero cuando se pregunta sobre medidas concretas que les pueden afectar en su vida diaria, el consenso se empieza a resquebrajar.
El 55% de los ciudadanos cree que “las políticas para reducir las emisiones de carbono sólo tienen que aplicarse si no significan costes para las personas corrientes”, según una encuesta de YouGov de finales de julio. El 47% está en contra de la prohibición de la venta de coches nuevos de gasolina y diésel en 2030 frente al 42% que la apoya; en el caso de quienes votaron por los conservadores en 2019, el 68% está en contra de la prohibición. También hay más críticos de la jubilación de las calderas de gas, a la que se oponen la mayoría de los votantes tories, aunque los ciudadanos en general respaldan esta medida.
“El compromiso de la sociedad es frágil”, explica Healy. “Lo que estamos viendo es olas bien financiadas de ataques contra los objetivos de cero emisiones netas por parte de poderosos intereses. La preocupación es que tengan éxito retrasando las acciones”.
Los ataques vienen, en parte, de los mismos políticos y activistas que empujaron al Reino Unido a salirse de la UE, incluso con peticiones de un referéndum sobre las políticas medioambientales. Los bulos sobre medidas climáticas tiene el mismo origen que los que se difundían a favor del Brexit, incluyendo cuentas en redes sociales que han cambiado de nombre para pasarse a la oposición de medidas de alivio por la crisis climática.
A mediados de agosto, Sunak dijo en una entrevista que descarta convocar un referéndum sobre el objetivo de cero emisiones netas después de nuevas demandas de Nigel Farage, el antiguo líder del partido del Brexit. Ya ha habido un par de peticiones formales ante el Parlamento. Interrogado este miércoles sobre esta posibilidad, Sunak contestó: “Ya hemos tenido suficientes referéndums, sinceramente”.
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