El Papa abrirá los documentos secretos del Vaticano sobre los desaparecidos en Argentina
Jorge Bergoglio ha decidido desclasificar los documentos secretos que el Vaticano posee sobre los desaparecidos durante la última dictadura argentina. Casi 40 años después del golpe de Estado que sumió al país en un régimen militar que acabó con 30.000 personas desaparecidas –según los cálculos de organismos de derechos humanos–, el Papa prometió autocrítica sobre el papel que jugó la Iglesia en aquella época.
Lo hizo durante una audiencia con Ángela Boitano, de la Agrupación de Familiares de Detenidos y Desaparecidos por Razones Políticas (Faderap) y miembro de Madres de Plaza de Mayo, que este viernes tuvo en Roma una reunión con el responsable del Archivo Vaticano, impulsada por el propio Francisco. “Le pedí si la Iglesia podría hacer una autocrítica y abrir sus archivos en relación a la dictadura. Él me dijo que están preparando un documento sobre el tema”, ha explicado Boitano. Ese documento podría hacerse público en un mes, de acuerdo con las palabras del pontífice, aunque el Vaticano no ha confirmado de momento estos datos.
El miércoles Boitano fue recibida por Bergoglio, a quien le regaló un libro de poesías de ex presos políticos. “Lo tomé de los brazos y le dije: 'Como papa Francisco, le querría pedir la apertura de los archivos”, ha relatado la mujer. Bergoglio le comunicó el compromiso de la Iglesia católica de aportar la información disponible en sus archivos sobre el terrorismo de Estado en Argentina. “Ya lo estamos haciendo. Y a medida que vayan pidiendo, lo vamos a hacer”, fueron las palabras del antiguo cardenal Jorge Bergoglio, según el relato de Boitano.
El papel de Bergoglio en la dictadura
Con el nombramiento de Jorge Bergoglio como Papa en marzo de 2013, renació la polémica sobre el papel desempeñado por él durante los años del régimen militar. El libro El silencio, del periodista Horacio Verbitzky, publicado en 2005, señalaba al excardenal, y en los 70 provincial de la Compañía de Jesús, como cómplice en el secuestro de dos religiosos de su orden: Orlando Virgilio Yorio y Francisco Jálics.
“Hice lo que pude con la edad que tenía y las pocas relaciones con las que contaba para abogar por las personas secuestradas. Me movía dentro de mis pocas posibilidades y mi escaso peso”, argumentó el actual sumo pontífice para responder a las acusaciones. En una larga entrevista que dio vida a la biografía El jesuita, Bergoglio reveló que se reunió dos veces con el general Jorge Videla, presidente de facto entre 1976 y 1981 y que fue condenado a cadena perpetua por numerosos crímenes de lesa humanidad.
A la defensa del propio Bergoglio se sumaron numerosas voces –incluso la de Jálics– desvinculándolo del hecho y asegurando que el excardenal había ayudado a numerosos detenidos. De hecho, el periodista italiano Nello Scavo publicó La lista de Bergoglio, libro en el que se detalla que el religioso protegió y ayudó a huir a unas 100 personas que era perseguidas por la dictadura militar. Ahora el Papa hace un gesto definitivo a las asociaciones de defensa de los derechos humanos y por la memoria, que siempre han asegurado que la Iglesia católica tenía numerosa información sobre la situación de los detenidos por razones políticas en Argentina.
La misma Boitano ha relatado su experiencia cuando acudió a Juan Pablo II. En 1979 estuvo en Roma para denunciar la desaparición de Telma Jara de Cabezas, secuestrada en la ESMA. “Intentamos ver al Papa pero no pudimos. Nos recibió un funcionario, le dije que era familiar de desaparecidos y ahí me trajeron una ficha con mi nombre. La Iglesia tenía mucha información sobre el tema”. Los dos hijos de Boitano, Miguel Ángel y Adriana, fueron detenidos y desaparecidos.
Estela de Carlotto, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, ha confirmado este viernes a la prensa la noticia sobre la apertura de archivos, aunque ha matizado que “no habrá una desclasificación masiva”. “Tampoco se pueden pedir milagros”, ha asegurado. “El Papa encontró la manera de que los archivos de la Iglesia sean abiertos pero en una forma muy especial: bajo pedido judicial”, agregó. “Se sabe con certeza que obran archivos en el Vaticano sobre cada persona, una por una –dijo– y se van a abrir”.